Luis Farías Mackey
Juzgue Usted mismo, si los partidos tienen entre otros objetos de interés público—por los cuales reciben prerrogativas financieras multimillonarias— hacer posible el acceso de los ciudadanos “al ejercicio del poder público, de acuerdo con los programas, principios e ideas que postulan y mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo”. (Art. 41 constitucional)
¿Es posible postular candidatos por tómbola?
Veamos, ¿dónde quedan los programas, principios e ideas que postulan y el obligado acuerdo para con ellos?
¿Dónde el sufragio universal, libre, secreto y directo?
¿Dónde las reglas de la legislación electoral?
¿Dónde el principio democrático de mayoría y minorías?
¿Dónde los derechos políticos del ciudadano y militante?
Tómbola es una rifa, un sorteo, casi siempre festivo y con propósitos de lucro.
Tal es la descomposición de los partidos que ahora, para ingresar, algunos lo más que exigen es el color ignominia de su calzado.
No nos espantemos luego de su depauperación ideológica, programática y organizacional; convertidos en cantores de lotería, pepenadores de infortunios y artistas de la banalidad refractarios a la dignidad.
No exijamos, tampoco, representación política, tonelaje legislativo, comprensión de lectura y hablar sin faltas de ortografía. Hay hoy más pensamiento y seriedad en la lucha libre que en el poder Legislativo. Y Lenia es la pica en Flandes para instaurar en el Judicial el analfabetismo funcional.
Lo peor es que hasta en las tómbolas hacen trampa para sortear a quienes más urgidos de fuero medran hoy en la espuma del poder. Sí, me refiero a Jesús Ramírez, que tan seguro está del triunfo de la calca, que se guarece tras el fuero que publicitó a los mexicanos ya no existe.
Al menos tuvieron el prurito de no sacar premiados a Andy y a Amilcar.