Actualmente, hablar de liderazgo implica, por el contexto en el que vivimos, mencionar la tecnología porque entre ambos han mostrado como existen cadenas que intentan interponerse. Los viejos modelos de liderazgo, tienen jefes autoritarios que ponen procesos llenos de burocracia, y sin embargo ya no sirven para nada. En un mundo donde la tecnología avanza a la velocidad de la luz, el verdadero líder no se mide por su rango, sino por su capacidad para aprovechar la tecnología y liberar a su equipo de las tareas inútiles y repetitivas.
Hay que buscar quitar el miedo a la inteligencia artificial o a la automatización, incluso a la tecnología en sí, como si fueran monstruos que vinieran a quitarnos el trabajo. La realidad es que la tecnología no nos roba nada, es más busca ayudarnos. No permite que nos volvamos parte de la rutina, de la oficina y de un sistema que se basa en vivir en el escritorio. Un buen líder ve en la tecnología una oportunidad para cumplir y tener una relación com las normas de manera diferente, rompiendo con la burocracia que asfixia la creatividad.
El problema de muchos jefes es seguir atascados en el pasado, aferrándose a métodos obsoletos y creyendo que la pertenencia de la antigüedad es lo que cuenta. Pues no. La tecnología es la ayuda, y los líderes los que la aceptan y que la entienden no se dedican a supervisar, sino a eliminar las barreras para que su equipo tenga la libertad de ser más productivo, innovador y hasta irreverente. Porque la libertad no se mide por el número de correos enviados, sino por la capacidad de decidir cómo hacer las cosas a tu maner bien
El liderazgo no merece adaptarse a reuniones que no dejan de lado la burocracia, y que mucho menos permite que la antigüedad se vuelva un actor más en su vida ni en la de los demás, La tecnología no debe ser el enemigo del avance, es una mano para quitarse el status quo. El liderazgo, de hoy ya no del futuro es de los que junto con la tecnología se liberan y ayudan a los demás para hacer lo mismo.
Al final, el liderazgo en la era digital es simple: evolucionas y te liberas, o sigues siendo esclavo de un sistema que ya no tiene sentido. Los líderes de verdad no esperan a que las cosas cambien, toman el control y usan la tecnología para romper barreras. Porque, para ser honestos, ya es hora de dejar de seguir instrucciones y empezar a construir algo que realmente importe.