En su obra Nanna, no confundir con Nana de Zola, Gustav Fechner afirma que las plantas tienen alma, esto fue escrito a mediados del siglo XIX, ha pasado siglo y medio desde que escribió esa obra y conforme pasa el tiempo hay cada vez más datos que ayudan a confirmar dicha teoría.
La reacción que tienen las plantas a la música es quizá una de las pruebas más bellas a dicha afirmación, pero no toda la música logra los mismos resultados, hay alguna que ayuda a que crezcan flores hermosas o frutos grandes y jugosos, en cambio hay música que no solo no ayuda si no que marchita hasta la más bella flor.
En México en los últimos años tocamos las más desafinadas melodías, somos los peores músicos del mundo, todos los días vemos o escuchamos de las flores marchitas de nuestro gran jardín, víctimas de la terrible música que se toca en el país.
Ejemplos como:
* -Hay que darle un coscorrón a esa vieja, refiriéndose a Lydia Cacho que defendía a niñas, pequeñas flores, víctimas de pederastia.
* El “no soy psiquiatra para entenderla” respuesta del SECRETARIO DE “DESARROLLO SOCIAL”, a una diputada que exhibió las deficiencias de su trabajo.
* Los dos Regidores en Morelos que insultaron y aventaron cerveza a mujeres que participaban en una manifestación contra feminicidios.
El hecho que funcionarios públicos muestren su desprecio a las mujeres, es solo una muestra de lo que sucede a diario en el resto del país, en los hogares, en las escuelas, en las oficinas.
Cada día en México se toca música dañina para sus bellas flores, que son nuestras madres, nuestras hermanas, nuestras hijas, pareciera que no nos damos cuenta que son las dadoras de vida las que están apareciendo mutiladas, abandonadas, como flores marchitas a la vera del camino.
Este 25 de Noviembre se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en México era un viernes mas, un viernes cualquiera en el que aparecieron mujeres muertas en diferentes zonas del país, un viernes como
otros donde mujeres fueron golpeadas y humilladas.
“El proverbio persa dijo: no hieras a una mujer ni con el pétalo de una rosa;
mas yo te digo: no la hieras ni con el pensamiento.”
Amado Nervo