Héctor Calderón Hallal
Luego de que desde el pasado 19 de junio, en una de sus últimas sesiones en el Senado de la República, Beatriz Paredes Rangel les dejara por herencia a los legisladores de Morena, partido que se asume como el nuevo centro hegemónico de las decisiones en materia legislativa en México, un razonamiento por herencia que se volvió lapidaria y cuya anécdota, bien puede y debe ser invocada a propósito de todo este momento histórico que vive nuestra nación.
La entonces senadora Paredes Rangel les dijo a todos -pero dirigiéndose salomónicamente a uno solo de esos embrionarios senadores, de nombre Rogelio Israel Zamora- que al hacer un uso indiscriminado del principio legislativo y/o “democrático” de la “mayoría”, cometen un enorme error…pues se arriesgan a que, en el devenir del consecuente juicio de la historia, el mínimo error cometido se magnifique en proporción directa al tamaño del uso y abuso del argumento “mayoritarista”.
Y es que cuanta acción y propósito político anuncian autoridades y legisladores emanados de Morena, lo hacen escudándose en el resultado “mayoritario” de la elección más reciente que los refrendó en el “gusto del público elector…” según sus propios cálculos y deducciones.
El 57% del total de ciudadanos empadronados, no les otorga el derecho automático a “borrar del mapa” y a ignorar a ninguna minoría política… por menor que esta fuese… pero, además, no les da el derecho de humillarla a diario en sus declaraciones al aun presidente López Obrador… mucho menos si esa “minoría que no votó por ellos se estima en un 43% del padrón electoral registrado.
Beatriz Paredes le dijo al senador Rogelio Israel Zamora, con una amabilidad propia de la gran dama que ella es, que en sus “30 años que formó parte de esa aludida (por él) mayoría (en el PRI)…nunca usó el argumento de la mayoría (para justificar ningún afán de reforma o decreto de ley)…porque es el peor de los argumentos; el argumento verdadero (el más adecuado y que más usó) es el de la razón… cuando las mayorías no tienen la razón, suceden aberraciones históricas; esperemos que este no sea el caso”.
Y vaya que el argumento o pretexto que “mayoritea” al interior de todo Congreso legislativo… es decir, que extermina, que ‘aplasta’ al opositor, por el simple hecho de ser más -numéricamente- que él, no solo es un argumento ramplón, ocioso, carente de dignidad, ingenio y honor político… es francamente indeseable, en un sistema que aspira a ser democrático y, consecuentemente, con equilibrios.
Así se despidió pues, la inmensa Beatriz Paredes, quien pudo ser una gigante de la tribuna -como lo fue siempre- en una oposición que hoy más que nunca necesita de figuras que articulen y defiendan con profesionalismo eso, precisamente… la razón, ante el embate de un partido hegemónico (Morena) que, engañó vilmente al electorado mexicano pues siempre dijo, desde su posición opositora y “chillona”, que abominaba cualquier indicio de postura abusiva, (‘huevuda’) y ‘mayoritarista’ del PRI o del PAN (según fuera el signo del partido en el poder)…y ahora, vemos como en realidad, convenientemente encarna los defectos de aquellos dos partidos históricos a los que decía combatir.
¡Malagradecidos!… las reformas que les dieron el pase al Congreso de la Unión a aquellos partidos de izquierda y sin registro, en el que muchos de los que hoy son “vacas sagradas” hicieron sus “pininos” en política, las promovió el PRI, con el respaldo del PAN, para que pudieran ingresar a los cuerpos legislativos y hubiera eso, precisamente… minorías, que pudieran tener representación, en la discusión diaria de las leyes.
Entre sofismas gastados y determinismos sociales, fueron estos nuevos actores políticos -ahora sí con registro y reconocimiento oficial- construyendo sus rabiosos discursos hasta llegar al día de hoy… desde aquel 1977 en que se aprobó la Ley LOPPE, a instancias del presidente José López Portillo y su secretario de Gobernación, el abogado Jesús Reyes Heroles.
Conforme se fue consolidando la caída del Muro de Berlín hasta su punto culminante en 1991 aproximadamente, con la caída de la entonces Unión Soviética, los actores políticos de izquierda en este país se quedaron huérfanos del ‘maná doctrinario y litúrgico’, tanto del comunismo como del sovietismo… por lo que más temprano que tarde migraron del materialismo histórico desprendido del marxismo a la lucha frenética por los derechos ‘humanos’ de todo cuanto se mueva…. Porque hoy hay hasta “derechos humanos de las mascotas” … y en eso, precisamente, fundamentan su quehacer discursivo.
Pero en general, el odio a las formalidades, al rigor científico y metódico del conocimiento, a la disciplina, al horario, a la dictadura de la higiene y la salud, al predominio de la estética y la armonía cultural en general, sigue siendo el lenguaje que predomina en los nuevos activistas de la que se autoproclama “izquierda” … y que se da el lujo de clasificar a los demás: “Tú eres de derecha y tú sí eres de izquierda” …. “Tú eres fifí y tú no” …. “Tú eres wanabi y tú no… tú sí eres mexicano reata” ….
Y han impuesto sus determinismos sociales a todo cuanto tiene importancia en la vida pública del país:
Determinismo es toda tesis o afirmación que niega la existencia de acciones libres (libre albedrío) de cualquier individuo.
Para Emile Durkheim, (el ‘Padre de las Ciencias Sociales’) los determinismos sociales son la antítesis de los determinismos biológicos, o sea, los determinados por la genética de un individuo, más que por la cultura, los eventos sociales o de convivencia interpersonal… y desde luego, más que por la elección propia de cada persona, por supuesto.
Incluso para Thomas Hobbes, los determinismos surgidos por la convivencia social, nos atan a los ciudadanos a una dependencia exclusiva de lo público, casi al borde de la pérdida de la libertad y la autodeterminación individual misma.
Por esos ‘determinismos sociales’, las prácticas más deleznables de demagogia, son reproducidas por los políticos populistas del mundo y de Latinoamérica de nuestros días, en sus discursos, arengas e informes… en sus mentiras cotidianas, su culto al ego compulsivo, sus eufemismos, su traición permanente a la transparencia, a la honestidad… porque esos son los deportes más practicados durante los grandes informes de Gobierno y los actos masivos partidistas en nuestros países de un tiempo a la fecha… y en México, desde 2018 hasta hoy, para ser precisos.
Por determinismos sociales, el aun presidente de la República, Andrés López Obrador ya le ‘heredó’ el ‘negocito’ de la ‘democracia’ a su hijo Andrés López Beltrán (‘Andy’ para ser precisos’), al anunciarse ya que este individuo asumirá pronto la Secretaría General del ahora hegemónico e invencible ‘Morena’ a nivel nacional, acompañando a la actual secretaria de Gobernación (que será la presidenta) Luisa María Alcalde Luján… todo esto sin el mínimo pudor ético o ‘democrático’, del que tanto se ufanaban cuando ‘pobres y erráticos’ en su faceta de vida opositora…
Y… ¿Por qué no?… ¿Si la clase política del PRI y del PAN practicaron el nepotismo y ‘pisotearon’ muchas carreras y biografías de cuadros ‘talacheros’ y nobles en el pasado?… Ese determinismo social aplicado a la política… aprendido por ‘mimetismo’ o por ‘ósmosis’ del pasado… de sus opositores, es el que se impone en cualquier criterio ético de las actuales autoridades emanadas de la 4 T.
Por determinismos sociales permanecerá sin castigo alguno el más descomunal fraude de la actual administración de López Obrador: el cometido a SEGALMEX, dependencia que coordina un área neurálgica de la actividad asistencialista en materia alimentaria para las clases populares del país…
Y… ¿Por qué no?… ¿Si los del PRIAN robaban más?… ¡Ellos no podían quedarse ‘atrás’!
Y por determinismos sociales también, se generan y se toleran las prácticas más abominables e indeseadas de toda la historia en las democracias modernas, mismas que se reproducen absurdamente en nuestros días… tal como la del “mayoriteo” legislativo y el hegemonismo partidista; las “uniformidades” y los absolutismos políticos… sin minorías, se presentan disfrazados de “éxitos de la democracia” …como “dictados de las mayorías autocráticas” … imposibles de ignorar… de “observancia plena” para la población de un Estado-Nación.
No solo la ciudadanía (el ‘pueblo’ para decirlo en el lenguaje incorrecto y demagógico de la autoproclamada 4 T), no hizo nada… por una descomunal ignorancia, por equivocación en su pretendida ‘intuición’ o “sabiduría”, se equivocó en las urnas… y hasta “los premió”, refrendándoles seis años en el poder…
El pueblo asume los ‘privilegios’ y los ‘derechos’ de la ‘clase política’ morenista…
Tienen -según este determinismo erróneo, absurdo- todo el derecho a equivocarse en las decisiones que asumen en detrimento del patrimonio, el orden, la legalidad y la paz pública de la Nación… y no ser juzgados ni tocados… ni con un incipiente ‘teclazo’ de la crítica escrita en la opinión pública.
Y los políticos de Morena, encumbrados en el poder ya lo asumen desde hace muchos meses…
Y son los primeros en gritar indignados cuando son señalados … o cuando se duda de su maltrecha ‘reputación’…
A ellos no se les puede tratar con la ‘igualdad’ que marca la ley para el resto de los ciudadanos… se ofenden… porque no son iguales a los del pasado PRIANISTA.
Porque cuando el privilegio se asume o se vive como un derecho… la igualdad se presenta o se señala como “atropello”.
En estos días querrán López Obrador y los senadores de Morena, doblegar a los 43 senadores de oposición que heróicamente resisten y resistirán, las pretensiones tiránicas de derribar al Poder Judicial de la Federación, mediante una reforma judicial que pretende volver un órgano al servicio del Poder Ejecutivo y sus afanes dictatoriales.
Este domingo ya fue aprobado el dictamen de reforma en comisiones y en cuestión de días, tendremos un probable resultado.
Veremos si la dignidad de 43 mexicanos que han jurado servir a la Patria con honradez y patriotismo, puede ser tan fácilmente vencida por el embate de los determinismos, los prejuicios, las ‘mañas’ y los convencionalismos cultivados al amparo de la ambición, el dinero mal habido y la sedienta ambición de control, de los dirigentes máximos de Morena… que en realidad todo mundo sabe ya que es uno solo.
Autor: Héctor Calderón Hallal
@CalderonHallal1;
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