Por Magdalena García de León
Tan cerca de la tan cacareada visita del Papa Francisco a México, sale a la luz, por el trabajo de investigación de Jenaro Villamil, en Proceso, la porquería y las tranzas que se realizaron para declarar inválido el primer matrimonio religioso entre Angélica Rivera y José Alberto Castro.
Todos recordamos que a Vicente Fox y a Martha Sahagún les tardaron varios años en concederles la anulación de sus respectivos matrimonios religiosos, y que a Enrique VIII no se lo concedieron, por lo que separó a Inglaterra de la Iglesia Católica y formó la iglesia Anglicana o protestante, pero aparentemente ahora es mas sencillo lograr dicho trámite.
Destituyen al párroco de Televisa, lo mandan a vivir fuera de la ciudad, declaran nulas sus potestades sacerdotales, todo esto con un fin de poder declarar inválido el matrimonio de la actriz y el productor y dejar vía libre para la boda entre la mentada Angélica Rivera y el entonces gobernador del Estado de México y candidato a la Presidencia.
Claro que se movieron muchos, suficientes, intereses para hacer posible la invalidación de un “sacramento” que se supone que es para siempre, pero he sabido de casos en los que algún cura casa a una pareja sin siquiera haber realizado el trámite de nulidad, y a esos no les ha pasado nada.
La iglesia como institución de hombres está inmersa, y no es nuevo, en la corrupción mas absoluta, han declarado a México como uno de los países mas corruptos, pero, yo pregunto ¿Qué pero le vemos al Vaticano? Recordemos a la celebre familia Borgia; a las frecuentes denuncias de fraude, lavado de dinero, etc., del Banco Vaticano; de la defensa a ultranza que Juan Pablo II hizo de Marcial Maciel; del supuesto, porque no se ha probado cabalmente, asesinato de Juan Pablo I, entre otros muchos motivos del “pecado del escándalo”, que es uno de los mas serios según lo que nos enseñaron en las escuelas confesionales, inexistentes en el México postrevolucionario.
Además me pregunto cual es el verdadero papel de cardenal Norberto Rivera, quien se ha creído papable, en todo este asunto, en donde prefiere defender a los políticos que a un sacerdote de su “staff”, pero bueno ¿Qué se puede esperar de ese señor?
Cambiando el canal
El pasado viernes se cumplieron 99 años de la promulgación de la Constitución Política de nuestro país. Lo que en su tiempo fuera un documento de avanzada no es mas que una cosa informe, un galimatías difícil de identificar.
Le han hecho 700 modificaciones contradictorias, a gusto de los gobernantes en turno, lo que ha creado un monstruo peor que el del Dr. Frankestein.
Ojalá que no sea el mismo destino para la futura Constitución de la Ciudad de México, que ya padece de tremenda rebatinga para ser parte del Constituyente, por ocupar un lugar en la historia y, quien sabe, también por la lana que obtendrán por dicha chamba. Sería un desperdicio además de una tristeza.
Hablando de casos inverosímiles
¡No hemos aprendido nada! Ahora resulta que Alejandro Murat, el hijo del muy conocido José Murat, es el candidato priista para gobernador de Oaxaca, pobre estado, ya denle un respiro, que tal que resulta que hijo de tigre pintito. ¿No fue suficiente la labor de padre por el patrimonio familiar y en contra de tan bella entidad? Un solo detalle lo pinta de cuerpo entero su supuesto intento de secuestro, no digo mas.
Y otro caso de vergüenza, de pena ajena, de ejemplo del inmenso cinismo priista, que un sobrino de Humberto Moreira va a competir por una Presidencia Municipal de Coahuila, no m…. Qué ¿Ya les endosaron la factura del estado a la familia Moreira?
En la casa de la pureza, pecado es el apellido…