Por Arturo Sandoval
“Donde hay poca justicia es un peligro tener razón”. Francisco de Quevedo.
La doctora Teresa Rodríguez de la Vega en Aristegui Noticias, habla de la memoria histórica como si fuera la lápida bajo la cual vivirán los ex presidentes al ser exhibidos en una consulta popular para que se les juzgue bajo contenidos como Ayotzinapa, guardería ABC, la Casa blanca o daños colaterales en la guerra contra el narcotráfico. Nos hace imaginar esta condena popular como un estigma maldito en toda la vida de los ex presidentes. Es innegable el deseo de justicia para estos personajes malévolos y saqueadores del pueblo mexicano. Al igual que el mundo, viven un confinamiento por la pandemia, pero ésta muy seguramente pasará y todos saldremos a la calle, a fiestas, al cine, al restaurante; ellos no lo harán, so riesgo de ser linchados verbalmente por donde caminen. Ya lo sufrió Fox, hasta en Estados Unidos. Lo mismo en el pasado López Portillo en México y en Europa, la gente lo veía y ladraba aludiendo a la frase del presidente: “defenderé el peso como un perro”. Su enorme residencia en Bosques de las Lomas, fruto de lo robado, se le llamó “La Colina del Perro”. Calderón, Fox y Peña Nieto, no saldrían limpios de mentadas de madre, si en este momento se les ocurriera caminar por Masarik o por la Condesa. La Memoria Histórica es su verdad histórica, su verdad presente y su verdad futura. El confinamiento eterno es su destino, ya sea solamente social o si se diera en justicia, en el presidio.
“La justicia, aunque anda cojeando, rara vez deja
de alcanzar al criminal en su carrera”. Horacio.
Se acabaron las pasarelas en fiestas faraónicas como las de Juan Collado o el cumpleaños de Fernández de Ceballos. Donde las elites empresariales, políticas, clericales sin olvidar a algún narco ilustre, planeaban sus próximos golpes delincuenciales. El Gran Gatsby mexicano será nostalgia vista desde un encierro domiciliario o con la sombra de una reja.
Para no creerse, pero Gustavo de Hoyos, después del segundo informe de AMLO, dice: “Tenemos el peor gobierno en el peor momento” eso es una gran verdad salida desde lo más profundo de su colapso hepático (iba a decir su alma, pero pos ‘onde). Es el peor gobierno para sus negocios y sus aspiraciones políticas claro, pero no para el pueblo quien le pone en la cara ese 70% de aprobación al desempeño de su presidente López Obrador. Salazar Lomelín del CCE., se alinea y apoya al Presidente.
Desde luego causa molestias cuando AMLO relaciona algún discurso a temas religiosos en un país laico constitucionalmente; probablemente no pase de eso sin causar daño. Pero construyamos esa memoria histórica para no olvidar a nuestros muertos: miles de jóvenes de todos los géneros, niños y niñas, periodistas, etcétera; delitos contra la población civil por policías, milicia y delincuencia de todo tipo con la indiferencia o complicidad de esas autoridades que su obligación es protegernos. Nos traicionaron. Sin quitarle importancia cuando el Presidente se brinca el laicismo, los agravios de los insensibles, saqueadores ex presidentes y pandillas le hicieron a la sociedad mexicana no tiene perdón ni olvido.
“Si la justicia existe, tiene que ser para todos; nadie puede quedar excluido, de lo contrario ya no sería justicia”. Paul Auster.
Hacer muy visible el deseo de justicia por medio de un plebiscito, es de vital importancia para la salud mental de un pueblo muy agraviado, muy dolido; incluso con deseos de venganza que a diario se cristaliza en las calles con linchamientos contra delincuentes.
NOTA: si además de la consulta, en realidad se les juzga, se les quita lo robado y se les encarcela, para la mayoría de mexicanos sería como tocar la mano de Dios, para saltarnos todo lo laico pues.