Jorge Meléndez Preciado
En los periodos de los gobernadores panistas en Morelos: Marco Adame 1994- 2000, y Sergio Estrada Cajigal, 2000- 2006, se rentó en ese lapso un helicóptero por 244 millones de pesos.
Sobre todo, en el segundo caso, el de Estrada Cajigal, se le denominó “el helicóptero del amor”, ya que Sergio invitaba a diversas mujeres a sus reales o aparentes giras de trabajo.
De haberse comprado la aeronave, se hubiera erogado cerca de 12 millones de pesos. Es decir, hubo un sobre precio de 232 millones de pesos para favorecer a diferentes empresarios, aunque también como es normal entre los panistas, se pidieron moches; es decir, sobornos, cuotas.
Ese gran desprestigio de los albiazules hizo que triunfara en la tierra de Zapata, el perredista, Graco Ramírez Garrido Abreu, hijo y hermano de militares, y siempre fiel al grupo de Los Chuchos: Zambrano, actual presidente del PRD, y Ortega, uno de los impulsores con José Murat, del PRI, del famoso, desastroso y parte de la gran estafa a México: Pacto por México.
Desde el principio, Graco, lejos de gobernar se dedicó a realizar negocios. Tantos que se difundió había comprado el famoso restaurante, Las Mañanitas, de Cuernavaca, Morelos.
Puso, Graco, a su esposa Elena Cepeda, en el DIF, donde la señora hizo transas al por mayor. Antes había sido encargada de Cultura del entonces DF. Y para sacar dinero a manos llenas, organizó un fideicomiso, el cual contrataba artistas que después ella presentaba en la capital del país, erogando un precio mayúsculo porque tenía que otorgarle una amplia comisión a la empresa que inicialmente había firmado al músico.
Así pues, Cuernavaca ya no era conocida como de la “eterna primavera”, sino de la “eterna transadera”.
Llegó Cuauhtémoc Blanco Bravo, que antes fue presidente municipal, justamente de Cuernavaca. Desde que estuvo en la capital de Morelos, se sabía que él no gobernaba, sino que lo hacía su promotor futbolístico, un español, José Manuel Sanz. También su primo, Ulises Bravo, hoy líder del PES. Y Jaime Tamayo, amigo y apoderado de la “Cuauteminha”, la señal que hizo famosa ese patabolista.
La cantidad de negocios y tropelías fueron muchas. Tantas que la UIF y la FGR descubrieron, en 2020, una red de lavado de dinero.
Las empresas que se utilizaron para los sucios negocios son: Comercializadora Saime, que regentea Ulises Bravo. Mientras Tamayo tiene cuatro, una de ellas denominada Calipso Comunicaciones y Sistemas.
Hay además transacciones de decenas de millones en dos bancos muy conocidos. Y depósitos de 505 millones de pesos en otro, de origen español.
Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad buscó a una persona que supuestamente es socio de una de esas compañías inexistentes. Lo encontró en Cholula, Puebla, y es un discapacitado de nombre Guillermo Cuenca, en condiciones paupérrimas. Aunque aparentemente dirige la empresa: Mantenimiento Obras y Proyectos Cuenca, SA de CV. ¡Una estafa más!
Hace poco el abogado Sergio Paredes, quien le dio la carta de que Cuauhtémoc Blanco si tenía la residencia en Cuernavaca para ser candidato a la alcaldía, reactivó una acusación contra el ex futbolista del equipo América.
El patabolista respondió que es una denuncia que sigue Uriel Carmona, fiscal dejado por Graco Ramírez, ya que el perredista tiene 60 probables actos ilícitos. Y además se supo que Elena Cepeda tiene una casa de decenas de millones de pesos.
El relato no deja títere con cabeza. Desde panistas, perredistas hasta aparentes ciudadanos han saqueado y empobrecido Morelos.
¡Es hora que la justicia haga su trabajo, señor Gertz Manero!
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