El líder minero, senador y lo que se acumule, Napoleón Gómez Urrutia, ha hecho mucho ruido en estas semanas, lo mismo por presentar una iniciativa contra el outsourcing -que ya fue congelada- como por ser señalado como la mano que mece la cuna para crear caos contra empresas de la mano de “ambientalistas”.
Lejos, muy lejos está “Napito” de representar los intereses de los trabajadores mineros y de todos los mexicanos, pues ya son muchas las voces -sobre todo en la prensa- que señalan sus vínculos con una organización ambiental llamada Project Poder que está detrás de una campaña en la que acusa desatención y daños no reparados tras el derrame ocurrido en 2014 en la mina Buenavista del Cobre.
Ya lo señaló Darío Celis en una columna:
“El objetivo del legislador y líder minero es emplear la supuesta defensa ecológica como un mecanismo en contra de empresas a las que presiona desde su sindicato.
“Precisamente en esta tarea cuenta con el apoyo de líderes sindicales de Estados Unidos y Canadá, con los que trabó alianzas durante los años que vivió en el exilio”, escribió.
Y es que Gómez Urrutia está echando mano de Project Poder para que sus huestes se manifiesten en las zonas mineras donde los tentáculos sindicales de Gómez Urrutia no llegan y así ejercer presión sobre las empresa para tener el control de los contractos colectivos.
Pero ¡oh, sorpresa!, esta “organización ambiental” está vinculada con IndustriaALL Global Union, que aglutina a sindicatos estadounidenses y canadienses afines a Gómez Urrutia. Y son esos mismos que estuvieron detrás de la imposición de los agregados laborales en el último acuerdo del T-MEC.
Sin embargo, la desinformación sobre los hechos del 2014 cuando desde la mina Buenavista del Cobre hubo un derrame al río Sonora que afectó su cauce y por ende a las personas asentadas en su ribera, continúa.
A pesar de las acciones de remediación, y que investigadores de la UNAM ya revisaron la calidad del agua de este río ya no representa un riesgo para la salud, se presentó el libro “Río Sonora: el derrame de la mina Buenavista del Cobre- Cananea, 2014” y al que asistió el titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Víctor Toledo.
En las instalaciones de la Universidad de Sonora en Hermosillo, la noche del miércoles, Diana Luke, una de las autoras de la publicación, dijo que no buscaban mostrar el grado de contaminación que causó el derrame.
“En nuestro estudios y el presente libro no intentamos determinar el grado de contaminación ocurrido en agosto del 2014 por el derrame. Ni tampoco si el río continúa siendo contaminado por la mina Buenavista del Cobre.
“Esto debe ser determinado por expertos en esos campos, usando los métodos más modernos posibles y comprando sus hallazgos con las normas nacionales e internacionales. Nuestro interés fue y continúa siendo el entender cómo este evento y la existencia de la mina impacta en la vida de la gente, su bienestar y sus relaciones en la comunidad”, dijo Luke, lo que generó molestia entre los presentes, quienes esperaban ver una radiografía de la supuesta contaminación del cauce y se quedaron meramente con opiniones de los presentadores.
Y sí, a más de cinco años de este lamentable hecho, aún hay quienes apuestan por la desinformación para tratar de desestabilizar la zona en un afán de ganar los contratos colectivos que no están bajo el control de Gómez Urrutia.
No importa si para ello deben disfrazar sus intenciones con falsos ambientalistas, jugar con la salud de los habitantes de Sonora o hasta presentar un libro que no expone estudios concluyentes, la verdadera razón es extender el control político de Gómez Urrutia, incluso, aunque sus intereses personales se contrapongan a los preceptos de la 4T, y si no, que le pregunten a la Secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde.