VOCES DEL DIRECTOR
Desde Filomeno Mata 8
Lo que nos avisa el coronavirus, es que estamos en el centro de gravedad de una guerra del mercantilismo recalentado contra el humanismo político. El primero, ante el altar del becerro de oro. El segundo, literalmente, rezando por la suerte de la sociedad planetaria.
En México, el instinto de revancha política está expectorando su fétido aliento. En los Estados Unidos, El Calígula anaranjado, Donald Trump, fiel a su espejo diario, se monta sobre los miles de cadáveres de sus compatriotas para continuar su campaña por un segundo mandato.
En la televisión comercial mexicana se da vuelo a un documental que exhibe la vida y milagros del líder ruso Vladimir Putin; obviamente, poniéndolo en el mismo nivel que Adolfo Hitler. En el Reino Unido, los buitres de la política adelantan el luto por el Primer Ministro Boris Johnson, una de las víctimas más prominente en la etapa más crítica de la pandemia que asuela el archipiélago.
Las venganzas políticas a la orden del día
Sin embargo, el espectáculo político más grotesco y repulsivo en América Latina se da en Ecuador, donde algunos desesperados dejan en bancas públicas los cuerpos de familiares fallecidos y otros les meten fuego.
El presidente ecuatoriano, Lenin Moreno pretende disimular su impotencia ante la crisis, ofreciendo a los carroñeros las cabezas de sus adversarios políticos en el centro de una escena bajo la sombra de La noche de los cuchillos largos.
En plenas tinieblas, a los togados de la Corte Nacional de Justicia los dejó sin cuidado la recomendación de distanciamiento o aislamiento: Sesionaron sólo para condenar al ex presidente en el exilio, Rafael Correa a privatización de la libertad por ocho años, junto con otros 19 funcionarios que formaron parte de su gobierno.
La causa esgrimida fue corrupción. Con independencia de las pruebas judiciales contundentes en los que se haya fundado la sentencia condenatoria, lo cierto es que a Correa se la tenían cantada: Desde su asunción al poder, había propuesto a sus electores La vía ecuatoriana al socialismo.
Lenin Moreno se ha aplicado a desmontar todo el proyecto reformador de su antecesor. No por otra cosa, el Fondo Monetario Internacional (FMI) lo tiene en su nómina de favoritos y el inquilino de la Casa Blanca lo anota en su lista de amigos.
En Bolivia, la golpista Jeanine Áñez, que se ha postulado candidata presidencial para tratar de legitimar la usurpación, tomó el atajo decretando la suspensión de las elecciones programadas para mayo, sin fijar fecha para su realización. Ella permanece en Palacio.
Puesto el país bajo toque de queda, los golpistas han instruido mastines para que salgan a la cacería de transgresores de esa medida, enfocando sus linternas sobre militantes políticos, que por aquella infracción podrían ser condenados a 10 años de prisión.
Los marines en Colombia para tomar por asalto Caracas
A qué hablar de Brasil. Desde antes de que se presentaran los primeros casos de la pandemia, Jair Bolsonaro ya estaba ejecutado actos de autoridad para desmovilizar y aislar a sus adversaros políticos, a militares y gobernadores que le son desafectos.
Sobre Venezuela El Pentágono usa como cabeza de playa Colombia para lanzar a sus marines a la toma del Palacio de Miraflores, en Caracas.
Existe, sí, una crisis sanitaria. Pero también la coartada para continuar la guerra ideológica por los mismos medios tradicionales: El primero, el golpismo. Todo sea por mantener el imperio del mercantilismo recalentado: Instinto de chacales.
(*) Director General del Club de Periodistas de México, A.C.