El fabricante holandés de dispositivos médicos Philips, objeto de críticas, dijo el lunes que detendría nuevas ventas de máquinas para dormir en Estados Unidos después de una serie de retiradas del mercado que continuaron pesando sobre los resultados.
La empresa recortó sus pérdidas para 2023 en comparación con el año anterior, mientras busca recuperarse de lo que describió como un 2022 «muy difícil».
Philips registró pérdidas de 463 millones de euros (501 millones de dólares) durante todo el año, en comparación con 1.600 millones de euros en 2022, y el director ejecutivo, Roy Jakobs, elogió los «sólidos resultados».
«Si bien queda mucho trabajo por hacer, el progreso que logramos en un mundo volátil sienta una base sólida para un desempeño sostenido», afirmó Jakobs.
Los comerciantes, sin embargo, se mostraron pesimistas sobre las perspectivas, siendo Philips el mayor perdedor en la apertura de la Bolsa de Ámsterdam, con una caída de alrededor del cuatro por ciento.
Desde 2021, la compañía ha estado luchando contra una serie de crisis relacionadas con sus máquinas DreamStation para la apnea del sueño, un trastorno en el que la respiración se detiene y se reanuda durante el sueño.
«Resolver las consecuencias del retiro de Respironics para nuestros pacientes y clientes es un área de enfoque clave y reconozco y me disculpo por la angustia y preocupación causada», dijo Jakobs.
La firma dijo que había cerrado un acuerdo de «decreto de consentimiento» con las autoridades estadounidenses que consiste en una «hoja de ruta» de objetivos que permitirán a Philips cumplir con los requisitos regulatorios.
«Hasta que se cumplan los requisitos pertinentes del decreto de consentimiento, Philips Respironics no venderá nuevos… dispositivos de terapia del sueño u otros dispositivos de cuidado respiratorio en Estados Unidos», dijo la compañía.
Dijo que había reservado una provisión de 363 millones de euros en el cuarto trimestre para cerrar el acuerdo, que aún debe finalizarse y requiere aprobación judicial.
«Estamos totalmente comprometidos a cumplir el decreto de consentimiento, que es un paso importante y proporciona un camino claro a seguir», afirmó Jakobs.
‘Signos de sobrecalentamiento’
Los últimos problemas de la empresa se produjeron en noviembre, cuando la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. advirtió que su nueva máquina «DreamStation 2» para ayudar a los pacientes a dormir corría el riesgo de sobrecalentarse.
El organismo estadounidense dijo que había recibido informes «como fuego, humo, quemaduras y otros signos de sobrecalentamiento» de personas que utilizaban la máquina.
Philips dijo que había presentado 270 informes de posibles fallos de funcionamiento ante la FDA durante un período de tres años.
El problema de sobrecalentamiento no estaba relacionado con un retiro del mercado de máquinas para dormir en 2021 que provocó confusión en la empresa.
En ese retiro del mercado, la FDA dijo que la espuma en la máquina podría inhalarse o tragarse, lo que plantea posibles riesgos para la salud de los pacientes.
La retirada y las disposiciones para posibles acuerdos legales llevaron a la empresa a profundos números rojos en 2022 y provocaron la pérdida de miles de puestos de trabajo.
La compañía ya completó la gran mayoría de los retiros y anunció en mayo que pruebas independientes mostraron que era «poco probable» que los respiradores dañaran a los pacientes.
Financieramente, la empresa ha estado contraatacando, registrando mayores ventas y ganancias en el tercer trimestre, lo que la llevó a elevar su perspectiva para todo el año 2023.
Registró una ganancia neta de 90 millones de euros (95 millones de dólares) en el tercer trimestre, en comparación con una pérdida de 1.300 millones de euros durante el mismo período del año pasado.
La empresa también obtuvo beneficios en el cuarto trimestre, con un beneficio de 38 millones de euros. Perdió 105 millones de euros en el mismo periodo del año pasado.
Las ventas totales para 2023 ascendieron a 18.100 millones de euros, un aumento del seis por ciento respecto al año pasado.
Philips, que alguna vez fue famosa por fabricar bombillas y televisores, entre otros productos, en los últimos años ha vendido sus filiales para centrarse en la tecnología de atención médica.
La empresa ha seguido eliminando puestos de trabajo. Empleaba a 69.656 personas a finales de 2023, frente a 77.233 a finales de 2022.
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