Aunque Pese
Por Salvador Martínez G.
Más allá de la conmoción y el dolor de mil 400 millones de católicos en el mundo provocados por la muerte del Papa Francisco, lo que hoy está en juego es el rumbo que tomará la iglesia Apostólica y Romana en los próximos años.
La convulsión geopolítica generada por la disruptiva presidencia de Donald Trump se verá igualmente impactada por la posición político ideológica que sostenga el nuevo papado, por lo que las luchas intestinas del clero católico hoy serán más transcendentes e impactantes en los equilibrios mundiales.
Por ello, ante las pugnas naturales entre progresistas y conservadores, toman fuerza personalidades consideradas como moderadas, como la del africano Peter Turkson, quien a sus 76 años promueve una justicia económica sin desafiar dogmas, unir progresismo social y ortodoxia.
Para muchos, el sucesor natural de Francisco sería el cardenal de Filipinas, Luis Antonio Tagle, quien de manera avanzada impulsa la justicia social e incluso la inclusión del sector LGBTTT+, lo que pondría a la iglesia en el marco actual del siglo XXI.
Del ala conservadora se menciona al llamado Cisne Negro de la derecha, el estadounidense Raymond Leo Burke, quien a sus 76 años ha encabezado las críticas al fallecido Papa argentino. Rechaza cualquier cambio doctrinal y se supone será impulsado también por Trump, quien no perderá el momento del reflector al asistir a los funerales del que fuera líder máximo de la iglesia católica.
Desde luego que ninguno de los papables mencionados aceptarían la etiqueta de conservador, progresista o moderado, pero es indudable que entre estas corrientes se transitará una vez establecido el Cónclave del Colegio Cardenalicio, donde 133 purpurados decidirán por voto directo quién guiará los destinos del Vaticano durante los próximos años.
Nada está escrito.
SUSURROS
En el ámbito nacional se ha pretendido establecer un conflicto entre los pronósticos económicos para este año entre la SHCP y organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial.
Para la institución mexicana aún es posible mantener niveles de crecimiento, mientras que para los organismos mundiales se caerá en recesión o, en el mejor de los casos, cero crecimiento.
Sin embargo, lo verdaderamente importante, dada la guerra de aranceles impuesta por Estados Unidos, es que México mantenga una economía sana con los indicadores estables como hasta hoy ha sucedido en un ambiente de incertidumbre y tensión, en el cual se ha logrado no sólo la paridad peso-dólar, sino que incluso alcanza una revaloración al cotizarse por debajo de las 20 unidades por divisa verde.
No es fácil el camino, pero sí es posible lograr mantener niveles de crecimiento en este año.
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