La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
El Verde y el PT son parte de los sepulcros blanqueados de la 4T
Una de las aberraciones, incluidas en el Plan B del presidente López Obrador, en lo relativo a la reforma electoral, es la restauración (ojo, restauración y lo que eso implica), de la cláusula llamada de ‘vida eterna’, con la misma, los partidos rémoras, tienen altas garantías de seguir ‘mamando de la ubre’ presupuestal, a pesar de que obtengan una baja votación.
Sobre el asunto, increpado en ‘la mañanera’, el tabasqueño se dijo sorprendido: “Hay que ver si está” dentro de lo aprobado, pero expresó que “si fuese como tú lo planteas, es un asunto mínimo, incluso te diría, si fuese grave yo mismo plantearía que se quite porque nosotros somos verdaderamente demócratas”.
Tan sí está y es un retroceso que, Ignacio Mier, pastor de los diputados de MORENA, señaló que se trató de un ‘error’ que pedirían corregir a los senadores: “Estamos pidiendo al Senado que específicamente este párrafo cuarto del artículo 15, lo que se agregó, que son dos renglones, se derogue y quede en los términos en que actualmente está”
Desde luego, no hay que ser muy perspicaz para comprender que, dicha modificación (en reversa), fue la factura que los aliados legislativos de la 4T, los impresentables PT y PVEM, exigieron como pago para dar su voto ‘a ciegas’ a la iniciativa presidencial, un ejemplo contundente, de cómo se logró ‘el consenso democrático’.
Hay otras perlitas, por ejemplo, acumular el dinero del no ejercicio de las prerrogativas (que actualmente se tiene que devolver a la Tesorería), para disponer del mismo, a conveniencia de los institutos políticos.
No hay duda, el INE fue tocado (mejor dicho, manoseado), sin embargo, la partidocracia salió ilesa de la presunta transformación, cosas de la vida.