Héctor Calderón Hallal
¡No!…
Sí están equivocados en sus argumentos los panegiristas del Gobierno “tetramorfósico” al pretender generar consecuencia mediática extraordinaria por el simple pronunciamiento del Jurado, en el Juicio Acusatorio contra el exsecretario de Seguridad Pública federal y exdirector General de la AFI, Genaro García Luna… pues este fue desde siempre un simple “procedimiento de trámite”, que se dilató en llegar, indiscutiblemente, pero que muy probablemente responda a un hecho plenamente ajustado a ese concepto –hoy tan prostituido en los discursos populistas- llamado justicia.
Nada le hacen a la oposición… al contrario.
A nadie le conviene más que se “catalicen” los procesos de desahogo político-legaloides, que a ese otro gran sector del “pueblo”, que no está con Morena ni aliados, ni con este Gobierno, para decirlo en el “chairo-reivindicador” lenguaje oficial.
Simplemente porque los seguidores de aquella “honestidad valiente” ya no son mayoría absoluta… ni la tendencia proyectada indica claramente que vayan a repetir. Por eso actúan con esa neurosis… por eso arman el agravio hacia los otros poderes e instancias formales… por eso retan a la legalidad y al orden constitucional.
A México le falta mucho para consolidar la transición democrática y consolidar su federalismo, como bien lo dijo en un memorable discurso desde la tribuna del Senado este jueves, la brillante política mexicana y seria aspirante presidencial, Beatriz Paredes Rangel.
Este gobierno de oposición sabe perfectamente que al menor error se originará su caída histórica, materializada al no repetir en el poder federal el 2024, porque entonces vendrá toda una avalancha de cuestionamientos y reproches, legalmente fundados, para todo ese grupo de políticos ociosos, abusivos, vengativos y convenencieros, que están ahora en el Gobierno y que no han hecho nada absolutamente por ese concepto tan llevado y tan traído en su estribillo discursivo: la transformación del país.
A ver:
¿Dónde quedó la principal promesa hecha a partir del primer minuto de gobierno de “pacificar al país”, señor presidente, con más de 140 mil muertos por homicidio en lo que va de su administración?
¿Dónde está la reivindicación de la economía popular prometida en base a simples “resoluciones de sentido común” dentro de la administración pública… porque gobernar “no tenía chiste”… con una inflación rampante y que no obstante sus afanes –loables- por contener el control de cambio del peso, la carestía no la pueden contener?
¿Dónde están los afanes y promesas por aplicar la justicia contra los sonados casos de corrupción e impunidad históricos de nuestro país, por la justicia contra la corrupción de expresidentes… si al único ‘pez gordo de ese pasado ominoso’ –personificado en Genaro García Luna, lo detuvo y procesó la justicia estadounidense…? Y eso aún está en veremos… si no, al tiempo.
¿Qué fue lo que pasó con el General Salvador Cienfuegos por quien Usted sí abogó para su inmediata liberación ante el aparato de justicia americano, aprontado y aturdido “de miedo”?
¿Qué ha sido del expresidente Peña Nieto, para quien usted no ha tenido una sola frase descortesía, sólo se ha concentrado contra los exmandatarios panistas, aunque no precisamente por pragmatismo electoral, sino por “conveniencia” derivada de un “acuerdo en lo oscurito” al final de sexenio de Enrique Peña, del que todo mundo habla… y sabe?
¿Qué pesan más los “garcíalunas” del ayer que los de ahora, lo que le hace creer a usted y a sus seguidores que el gobierno americano se olvidará de los “traidores modernos” al sistema, a la mafia, al gran aparato ese llamado narcotráfico de muy poco diáfano origen y destino?
¿A poco cree que el pueblo “se traga sin masticar” el argumento de que los más de 100 mil muertos en promedio anuales de estadounidenses causados por la introducción de fentanilo gracias a algunos grupos como el CDS y el CJNG, es un asunto “menor”, frente a “todas las monstruosidades” que dicen tener acreditadas sobre García Luna, en más de dos décadas de corrompida actuación como funcionario y exfuncionario?
¿Quién hace eso en –o desde México- y con el contubernio de qué autoridad nacional?
¿Qué… a poco cree que la sociedad mexicana no está consciente de que García Luna, después de trabajar con Fox y Calderón, no siguió trabajando con Peña Nieto y el mismo sistema… desde Miami, EU, inclusive?
Y en términos generales… ¿Qué ha sido pues, de su supuesta integridad, al haber quedado al descubierto de forma consuetudinaria, todas las mentiras que ha vertido en su alocución unipersonal de cada mañana, que no admite cuestionamientos ni desmentidos de la oposición?
¿Cómo está eso de que…”si no son iguales” (… si resultaron peores)?
Si fuera usted un hombre valiente como dice serlo, que no le teme a la verdad, admitiría que por lo menos en cada conferencia “mañanera”, como la llaman, sostuviese al final por lo menos un debate con algún personaje opositor a su Gobierno, fuese del medio político, académico o periodístico. Pero no lo hace, porque tiene miedo a perderlo… y no por su escasa capacidad de articulación oral, porque balbucea, ni siquiera habla bien a veces, sino porque no le asiste la razón y usted lo sabe.
Pero lo mejor que puede pasar con Genaro García Luna… es que cante… ¡Qué cante!.
Desde hace muchos años, los mexicanos queremos ver en el banquillo de los acusados a un auténtico “pez gordo” del servicio público, empresarial, intelectual o artístico, que esté vinculado a ese detestable negocio del narcotráfico y/o la delincuencia organizada.
Estamos ante una oportunidad inmejorable para que este pobre individuo, que de ser un tímido policía investigador federal, llamado Genaro García Luna, que fue encumbrado mezquinamente a los altares de la devoción policial, tanto en México como en Estados Unidos… tanto en el medio “oficial”, como en el medio “malandrinesco”… se “anime a soltar la sopa… y diga lo que a su derecho convenga”.
Un muchachito de 31 años, con problemas neurolingüísticos (tartamudo), que fue llevado –según los mitos- de la mano de la señora Marthita Sahagún al presidente Vicente Fox para que se hiciera cargo de la mismísima división investigadora de la entonces de la entonces Procuraduría General de la República (AFI)… ¿En qué cabeza cabe?…. En la de gente que está desvinculada (sin interés) de lo que fue, ha sido y es el fenómeno del narcotráfico en el mundo…. Empresarios que llegan al poder con otra visión, aunque con mucha ignorancia y hasta ausencia de malicia; lo mismo pasó con Felipe Calderón incluso, es posible deducirlo: un joven ideólogo, soñador, discípulo de Carlos Castillo Peraza y del romanticismo de un Estado democrático y moderno… que venía de la dirección de Banobras.
Ni Fox ni Calderón son hijos de generales presidentes, como aquellos que hubo y que conocían “del negocio” que creció en espiral en el siglo XX. ¡No les exijan tanto hombre!…
Esta es una inmejorable oportunidad, se reitera, para que en lo sucesivo el rubro de la seguridad interior no se deje en manos de “recomendados por los narcos y mercenarios del poder”… para que presidentes y gobernantes en general estén atentos y no permitan que se les cuele “gente rara” a los Gobiernos, por compromiso o por “afinidad”.
Autoridades deben ser, preferentemente, gente honorable y reconocidamente confiable… de buena fé pública.
Pero… ¡que cante Genaro García!… a ver cuándo vemos a un expresidente de la República o a un exsecretario de la Defensa Nacional sentado en ese banquillo de los acusados…. Por fin.
¡Que cante!, para poder enterarnos todos los mexicanos cuáles han sido las rutas que han asumido en los últimos meses los funcionarios, para liberar “malandrines y servidores públicos” de alto cilindraje.
¡Qué cante de una vez!, para saber de una vez por todas, para que nos confirmen a los mexicanos, a qué funcionarios del actual y los pasados gobiernos se les ha “patrocinado la campaña presidencial” con recursos y facilidades ilimitadas.
¡Que cante Genaro!, para que de una vez sepañaos quiénes fueron y son los actuales gobernadores o jefes de Gobierno que tienen respaldo y autorización para movilizar o pactar con el narco… en buena hora.
Porque ese debe ser el estribillo de esta megaconcentración de pasado mañana domingo en el zócalo de la CDMX…. ¡Que cante Genaro!… a lo que todos debemos de ir para darle ‘al palada definitiva’ a este mal gobierno.
¡No… no lo queremos libre a Genaro!… Lo queremos donde está… y que cante… que cante fuerte… hasta donde tope, a ver si es cierto.
Autor: Héctor Calderón Hallal
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