La Espinita
Andy S. K. Brown
- ¿Qué les añade a sus cigarros Taibo Dos?
- Rubalcava, ¡el Metro, mejor que Tlaxcala!
- Sansores exhibe a jovencito en calzones
Al director del Fondo de Cultura Económica Paco Ignacio Taibo Dos –¡cómo admiré y aprendí del Uno!— se le revuelve el estómago cada vez que tiene que pagar impuestos. No es el único. Nos sucede a todos quienes somos cautivos del SAT.
A él le da coraje –si es que es el estómago y no la vesícula biliar el órgano que lo produce— que haya empresarios quienes, según él, no los tributan y por lo cual debería imponérseles un castigo de tal magnitud como es el de “robarles” una concesión de televisión, cual respondió el aludido Ricardo Salinas Pliego.
Al resto de los mexicanos, estoy cierto, nos encabrona entregar mucho más de una tercera parte de nuestros ingresos –ISR, IVA, IEPS y otros más— sin recibir algo a cambio: No hay seguridad, no hay servicios de salud, no hay enseñanza pública de calidad y la infraestructura del país se desmorona, por lo que ya deberíamos “desmorenizarnos” con urgencia.
Un ejemplo de esto último es el hecho de que ¡hasta en las pistas de rodaje del AICM! hay baches, por lo cual los aviones se quedan atorados. Ni qué decir de las carreteras, avenidas y calles en donde prácticamente todos los conductores de vehículos sufrimos constantes percances.
Taibo Dos recurre a la retórica castrochavista del Socialismo del Siglo XXI para amenazar a lo buey. Tanto así que, ni la principal seguidora de esa corriente muy corriente lo respaldó. Antes, todo lo contrario.
Esas mafufadas que, si bien son acordes con las prácticas en Cuba y Venezuela, aquí no prosperarán… al menos por el momento.
Vale preguntar, entonces, ¿qué les añade a los cigarrillos que fuma uno tras otro tan simpático personaje de la picaresca nacional? ¿Mota? ¿“Egolatina”, para hacerse notar y destacar… aunque sea con pendejadas?
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¡Qué buena suerte tiene el neomorenista Adrián Rubalcava! Cambió su playera tricolor por una guinda cuando el PRI no lo hizo su candidato a la jefatura del gobierno de CDMX y, como premio de supuesta consolación, “se sacó la rifa del tigre”, según dijo un diputado panista, pues ya dirige desde hace un par de días las ruinas del lento, caluroso y peligroso Metro capitalino.
Pero, de verdad suertodote que es, el cargo que se ganó a base de traiciones resultó “¡mejor que ser gobernador de Tlaxcala!”, de acuerdo con lo que dijo uno de sus aduladores en pachanga para celebrar el nombramiento.
¿Tendrá algo que decir al respecto la gobernadora de la entidad aludida? ¿Los tlaxcaltecas?
Porque, tradicionalmente, muchos son quienes han menospreciado y hasta insultado a ese estado. Desde las diatribas en contra porque en ese territorio en el que nació Malintzin, hasta la propuesta aquella del cartonista Abel Quezada quien aconsejaba que a Tlaxcala se le inundara con aguas del Golfo de México, mediante un túnel cavado exprofeso, y se convirtiera en un enorme lago para disfrute del turismo nacional y extranjero.
Ahora es Lorena Cuéllar quien tiene el turno al bat.
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Un día sí y otro también la caterva de cuatroteros da mucho de qué hablar y platicar con usted.
Hoy, además, le comento de la campechana Layda Sansores quien, en su reciente show “del Jaguar” se aventó la grosera puntada de pedir a un jovencito de 16 años que se desnudara, quedara en ropa interior, y danzara para ella y para el público que no se pierde ninguno de sus interesantes y, como es el caso, reveladores programas semanales.
Al final de la interpretación, Sansores se acercó al adolescente y lo abrazó.
Bien pregunta el colega Enrique Pastor Cruz Carranza también campechano, ¿qué habría sucedido si un gobernador pide a una señorita que quede en ropa interior ante la audiencia, que le baile, y si después se le abalanzara a abrazarla?
Caterva de cuatroteros de baja ralea, ¿no cree usted?
¿O la disculpamos sólo “porque es mujer”?
@AndySKBrown1
