Por: Ricardo Aguirre Cuellar
Estimado amigo; López construyó a lo largo de su vida política la división y fragmentación de la sociedad mexicana, con el único fin de alcanzar el poder, mediante el discurso del odio, el resentimiento y la envidia. El discurso de la polarización.
Sin embargo, hoy en día el discurso por el que apostó todo, se le regresa como búmeran y empieza a jugar en su contra.
Y es que la retórica polarizante ya no suma adeptos, como en el pasado, por el contrario, resta a muchos antiguos creyentes que vieron como su confianza fue burlada y ahora se suman a la vertiente acusada de enemiga por parte de López. La oposición.
Hace seis años y por supuesto desde más atrás, López se proyectó como el adalid y paradigma de las causas justas.
El gran arreglador de todos los males. El líder que tenía todas las respuestas para enderezar al país.
En el gran libertador dispuesto a romper las cadenas del atraso y corrupción. Y el único capaz de poner fin a la violencia y crimen.
Así entonces con semejante y prometedor discurso arrinconó y debilitó a sus oponentes reduciéndolos a una mafia, enquistada en el poder sólo para mantener sus privilegios. Y que crees estimado amigo, millones de ciudadanos de buena fe, le creyeron y con el voto de esos simpatizantes que no fanáticos, logró por fin la epopeya de cambiar a México y por supuesto a los mexicanos.
Pero resulta que todo lo que prometió se quedó en la retórica de la descalificación y el pretexto, en lugar de cumplir sus postulados y promesas, recurriendo a lo único que sabe hacer. Repartir culpas al pasado y sus gobiernos y a fustigar a sus enemigos a través de acentuar la lucha de los contrarios, entre el pueblo bueno, que el y su pandilla representan y por supuesto su antítesis los malos. Los conservadores y neoliberales.
Sólo que con ese discurso dejó en claro su ausencia de compromiso y obligación de cumplir su palabra que empeño para obtener el triunfo.
Así entonces empezó la sangría de apoyos que al ver que su voto fue traicionado y las soluciones a los grandes retos del país se volvieron ojo de hormiga. Es decir, demagogia pura, abandonaron al mesías ante la descarada manipulación de la que fueron objeto.
Treinta millones de votos obtuvo López en 2018 que para el 2021 en las intermedias ya sólo eran 18 millones en tanto que la odiosa oposición sumaron casi igual número de votos, lo que impidió una mayoría absoluta en la Cámara de Diputados.
De este resultado lo interesante, es observar como en tan sólo tres años el apoyo de López se diluyó y la aplanadora que fue en las elecciones presidenciales ya no lo fue en las intermedias.
Pues de haber seguido con el mismo porcentaje de apoyo, la diferencia entre las dos fuerzas sería equivalente en proporción a lo obtenido en el 18 donde López ganó con el 53% y toda la oposición perdió con el 43% y que no resultó en el 21, donde la oposición en conjunto PRI, PAN y PRD obtuvieron el 38% y morena y aliados el 42%, es decir muy alejado de los más de 10% de puntos de diferencia con los que ganó en la presidencial y que sin dudas, la oposición recuperó camino; primero por el enorme desencanto de todos aquellos votantes, que ilusionados con el cambio, se sintieron timados y por lo mismo decantaron su voto por la oposición a quien vieron nuevamente como opción y como vehículo de castigo ante la manipulación y engaño del que fueron objeto.
Y segundo por el discurso excluyente.
De manera que grandes franjas del electorado fustigadas por el lenguaje polarizante dejó de identificarse con López y su discurso difamatorio. Y ahí está la clase media y no nada más aquella minoría que suele relacionarse con su gran poder adquisitivo, sino toda aquella, que busca su superación y desarrollo, que por cierto es la gran mayoría y que no se asume como empobrecida o pobre.
Y es claro que contra esta franja social López se ensañó al acusarla como aspiracionista, cual si fuera un pecado capital, como si lo es la soberbia y arrogancia que tan bien practica López desde el poder y no un derecho; y que ahora se rebela, sabedora del gran poder que tiene para dar y quitar, disponiéndose hacer valer su fuerza; resultado, precisamente del discurso polarizador acendrado por López.
Menospreciar a la clase media reduciéndola a un puñado de ricachos insensibles y ruines es el peor error de López.
Pues implica desdeñar la importancia de una franja social que empuja el desarrollo nacional y que gracias al consumo de esa clase media la maquinaria productiva se mueve y paga impuestos.
México no es un pueblo de andrajosos que pide limosnas.
México es una pujante clase media que lucha diariamente por superarse. Ya en mejor empleo ya en mejor vivienda ya en mejor educación o salud. Y eso no puede ser condenable. Como ha hecho López. Y por lo mismo pagará caro su atrevimiento y arrogante narcisismo de patear al motor del desarrollo nacional.
Entre paréntesis; el juego de las quimeras es el juego de López y su corcholata. Apostar por el no pasa nada es una quimera que se rompe en añicos con la realidad y esa realidad que se niega, es otra quimera que sólo ven los ojos de López y sus fanáticos.
Como también es una quimera que Sheinbaum es un portento de simpatía y elocuencia o como otra quimera es la popularidad de López.
O lo irreversible de los resultados según las encuestas. Es decir, este arroz ya se coció.
En fin, estamos en los prolegómenos de una elección histórica en todos los sentidos y sobre todo en una elección que matará quimeras como la de la polarización que le favorece a López.
En suma, ni la delincuencia y violencia evitarán que la sociedad salga a votar, como tampoco funcionará que López desconozca el resultado y convoque a una revuelta.
Porque mira mi estimado amigo no hay borracho que trague lumbre, ni perro que ladre y muerda. Y eso es mi estimado amigo López.
Un bravucón asustando con el petate del muerto.
Si no me dejan ganar les incendio el país. Ese ha sido el cuento asusta bobos y que la comentocracia le compra. Vaya manera de servir de tontos útiles.
Y todo porque el electorado si piensa, claro el no fanático o duro y ese ya se dio cuenta del engaño del gato por liebre y no compra el cuento de qué Sheinbaum ahora si va cumplir.
Si como no.
Los mentirosos nunca cambian. Y menos cuando son dogmáticos. Como son la claque de López. Obtusos y ciegos. Ya engañaron una vez. Ahora si como diría el clásico ya no lo volverán hacer.
PD. Curiosa, por decir lo menos, la actitud de quienes se dicen ganadores y se asustan con las campañas negras o sucias y acusan a sus adversarios de que las usan en su contra.
Y que les preocupa, si sus encuestas los ponen por 20 o 30 o más puntos porcentuales por encima del frente opositor, de manera que según sus encuestas los resultados son irreversibles, y por tanto el síndrome del arroz cocido es una “realidad”.
Por eso llama la atención que un día sí y otro también estén como plañideras, llore y llore porque los malvados conservadores les sacan los trapos sucios y mira estimado amigo no son cualquier trapo, sino tendederos de trapos y no digo sucios sino muy cochinos
¿Y me pregunto y que esperaban? Que les aplaudan toda la corrupción y violencia que hay en casi todo el país. Que les lancen vítores por el desastre en salud, educación, infraestructura, en abandono a las madres buscadoras y a los padres con niños con cáncer.
Que los suban en hombros por el despilfarro y robo de miles de millones de pesos en sus obras faraónicas.
Que les compongan canciones heroicas por lo bien que han manejado la pandemia o por el buen mantenimiento al Metro en la CDMX o por el “ Ya cuando se descarrile el tren ( falla), ya va ser otro pedo” frase memorable del honorable Pedro Salazar Beltrán proveedor de balastro del emblemático tren y primito de los juniors y fichitas presidenciales Andy y Bobby López Beltrán, que por cierto ya se dio- que pitoniso y corruptaso sujeto- y el ecocidio provocado en su construcción o por la nula producción de gasolinas en Dos Bocas y el baño de billetes de Rocio Nahle o por la falta de agua y apoyo al campo y a los agricultores o por el nulo apoyo a las micro y medianas empresas o por los pingües “negocios” que hacen los vástagos de López y sus compinches amigos y familiares en las obras faraónicas o por el desastre de los gobernadores morenistas o por las fastuosas propiedades de que hacen ostentación o por los miles de feminicidios y el desprecio a las mujeres o por la complicidad con los delincuentes o por el abrazo a la mamá del Chapo. Bueno del señor Chapo o por la militarización del país o por las miles de mentiras y engaños de López o por la ineptitud probada de la GN o por la ineptocracia que desgobierna.
En suma. Y que esperaban. Si López ha medrado por años con el dolor de los mexicanos y se ha beneficiado y lucrado hasta el cansancio de las campañas negras.
Y ahora resulta que después de sembrar rayos y centellas se asustan con la tormenta que se les viene encima.
Y es que a las canallescas encuestas mandadas hacer por morena ya no los convence y la campaña opositora les reventó el casco de la insumergible popularidad de López, aunado a que la corcholata Sheinbaum no despega ni con levadura. Pues todo, es una quimera que choca con la realidad. Esa que no reconoce y menos admite López.
Por eso les duelen hasta el alma los cañonazos opositores.
Ni hablar.
PD2 lo dicho no hay borracho que trague lumbre, ni perro que muerda y ladre.
Y López una vez más lo demostró y salió por peteneras y como buen bravucón se excusó ante el reto de la entrevista propuesta por Ricardo Salinas Pliego luego de que López acusara a los dueños de medios – Azcárraga, Healy Ortiz y el propio Salinas Pliego entre otros, de que usan a los periodistas de sus respectivos medios como Instrumento de sus intereses y porque nunca han entrevistado a alguien. Lo que provocó que Salinas Pliego- que es un cerillo – saliera mediante un X y retará a López hacerle una entrevista “franca y honesta, más bien crítica y sin medias tintas”
A lo que López rehuyó aduciendo que había en los tribunales una disputa por impuestos y que hasta que se resolviera y luego hablaban. Si como no.
Bravuconear desde su púlpito y enfrentar un interrogatorio en una entrevista no son lo mismo. Y más cuando hay tan magros resultados.
Así que mejor poner pies en polvorosa y cobardemente refugiarse en los pretextos.
Otra que pierde frente a Salinas su cuate.
Que bien tomada la medida le tiene.
Dos cachetadas y calladito se ve mas bonito. Y por cierto le bajo dos rayitas a su tono.
Que feo es rajarse. Y quedar como rajón y a nivel nacional.
No que el que nada debe nada teme.
Ni hablar.
Una entrega de Latitud Megalópolis para Índice Político