Noticias MX.- El Presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció las aportaciones de los empresarios al desarrollo del País, aunque dejó en claro que algunos que se ostentan como inversionistas, en realidad solo son “traficantes de influencias”.
Al ser cuestionado sobre si se invitará a la Iniciativa Privada a participar en los proyectos productivos que su Gobierno impulsa para el campo, López Obrador dijo que ese sector ya hace su contribución con invertir y crear empleos.
“El empresario es fundamental para el desarrollo de México y su trabajo tiene una dimensión cívica y social y con el solo hecho de invertir, de producir, de crear empleos, de pagar bien a sus trabajadores y de pagar impuestos, con eso, su aportación al desarrollo es fundamental”, afirmó.
En su conferencia mañanera, el Mandatario reconoció la labor social de algunos empresarios, en particular para los sectores de la población de menos recursos, pero aclaró que esa tarea social corresponde cumplirla al Estado.
“Si además de eso, quieren hacer filantropía, pues adelante, pero eso no deja de ser un añadido, eso le corresponde al Estado, que tiene que cumplir con su responsabilidad social”, expresó.
“Sí está bien que haya centros de salud y hospitales para ayudar a la gente humilde, cobrando poco por la atención médica, pero eso tiene que ser responsabilidad del Estado”.
Sin embargo, criticó a aquellos que se dedican al “tráfico de influencias” para obtener contratos y ganancias “estratosféricas”.
“Lo que está mal, muy mal, es que se dediquen algunos, que en sentido estricto no son empresarios, a hacer tráfico de influencias, no son empresarios, son traficantes de influencias”, cuestionó.
“De repente, una gente, un vivillo (…) saca un contrato para vender alimentos en los reclusorios y obtiene el contrato, bueno, no sabe de alimentos, ni siquiera nunca ha hecho unos huevos estrellados, ni sabe cómo es la planta del frijol, como es una milpa, nada, no sabe nada, sólo tiene la influencia. Obtiene el contrato y el alimento lo puede comprar y se queda con una ganancia estratosférica.
“¿Eso es un empresario?”, preguntó el tabasqueño, “No, es un vividor, un corrupto”.