HOMO POLÍTICUS
PAVE SOBERANES
- ¡Buenaventura y Bienaventuranza a Todos!
Les juro por ésta que vi a Juárez.
En mi desesperación de buscar un teléfono, hasta topar con el aparato cuyo número 64 utilizó en 1878 don Porfirio — «Que sea para acortar distancias y no para alargar los chismes», guaseó el entonces presidente de México—, noté una figura bajita, 1,37 más-menos, piel semioscura, cabello fijado con jugo de limón: era el alma de Don Benito.
—¿Bueno?, periódico Regeneración…
«Dígale al señor Flores Magón que aparte el espacio de las ocho columnas, porque el general Emiliano Zapata acaba de amenazar al presidente Madero, en su despacho privado de Palacio Nacional».
Fue el lunes 12 de agosto de 1912. Como reportero de Zapata, su sombra, como me llamaban los cabrones revolucionarios, atestigüé la aireada advertencia que le hizo el morelense al coahuilense: «Entones, pues, señor Madero, o nos cumple usted, a mí y al estado de Morelos lo que nos prometió, o a usted, y a mí, nos lleva la chichicuilota».
Más delante, escribir a máquina no es sencillo, el general nacido en san Miguel Anenecuilco, perteneciente a la antigua Villa de Ayala, ordenó a su correo Matías Polanco llevar a caballo el adelanto de la información del encuentro Zapata-Madero, en una cuartilla de papel revolución.
«¡Paren máquinas!
Urgente. Noticia de hecho consumado. Apartar espacio principal. Es nota exclusiva. No hay fotografías.
Don Cipriano Gerónimo Ricardo Flores Magón, director del periódico Regeneración, presente: Le envío el adelanto informativo de la audiencia urgente, privada, concedida por Don Francisco I. Madero, presidente de México, al general Emiliano Zapata Salazar.
Cabeza a ocho columnas, en dos pisos de treintaisiete golpes cada uno, tipografía Arial, en altas y negritas:
EL GENERAL EMILIANO ZAPATA AMENAZÓ AL PRESIDENTE MADERO, EN PALACIO NACIONAL
Bigote a una línea, en cursivas, en Times new Roman:
El líder morelense le exige cumplir el reparto de tierras
Entrada simple, fechada: Palacio Nacional. Lunes 12 de agosto de 1912.- Mero aquí, y cuatro días después de su cumpleaños 33, el general Emiliano Zapata Salazar le habló duro al presidente Francisco I. Madero —su padrino de bodas con Josefa Espejo—: «No señor Madero. Yo no me levanté en armas para conquistar tierras y haciendas. Yo me levanté en armas para que al pueblo de Morelos le sea devuelto lo que le fue robado […] Entones, pues, señor Madero, o nos cumple usted, a mí y al estado de Morelos lo que nos prometió, o a usted, y a mí, nos lleva la chichicuilota».
Para no decir la chingada, Emiliano usó la perífrasis chichicuilota —nombre náhuatl de un ave flaca, como se cree es la muerte. Golpeó el piso de madera del despacho presidencial con su carabina Winchester 30-30 modelo 1894. Salió con muina, echando lumbre por la boca y por los ojos.
—Importantísimo: ¡no se les olvide firmar la nota con mi nombre!
[Extracto del libro Reportero de Zapata de mi autoría, a publicarse en abril venidero, a 107 años de la ejecución de Estado de Don Emiliano Zapata Salazar]
letraschiquitas
Por ser días de guardarse en casa, el escribiente dejará de serlo hasta el viernes 2 de enero con la primera entrega de homopolíticus de 2026, decretando ¡Buenaventura para usted y Bienaventuranza para los suyos!




