Para Contar
Arturo Zárate Vite
Todavía se escuchan las carcajadas por los supuestos seres extraterrestres exhibidos en la Cámara de Diputados.
No tiene la culpa el ufólogo Jaime Maussan, ni los que participaron en la conferencia, porque al fin y al cabo lo suyo es hablar del tema, es su negocio o a lo que se han dedicado por muchos años.
Son demostraciones que en nada favorecen a la imagen de la cámara, porque el tema, si bien es interesante, no reúne los elementos para darle un tratamiento serio en el espacio legislativo mexicano.
Maussan está identificado como el comunicador especialista en la materia y ya lleva más de dos décadas con lo mismo en la televisión mexicana.
Nadie olvida que el primer personaje de la televisión que habló de que “un mundo nos vigila” fue Don Pedro Ferriz Santa Cruz, parodiado por los famosos humoristas Eduardo Manzano y Enrique Cuenca (“Los Polivoces”). Don Pedro, nunca exhibió una prueba sobre sus dichos, aunque no dejada de llamar la atención por la lógica de que no podemos ser los únicos seres vivientes del sistema planetario, alguien podría estarnos mirando desde otra parte.
Maussan más de una vez ha visitado la sede de la Administración Nacional y Aeronáutica y el Espacio de los Estados Unidos, mejor conocido como “La Nasa”, para verificar lo que ha encontrado en sus investigaciones o lo que algunas personas le han entregado o revelado como testimonio de la existencia o contacto con seres extraterrestres.
Hay un periodista respetado, serio, que trabajó con Maussan. Durante los años que estuvo a su lado, solo en una ocasión escuchó y observó algo que no era del planeta tierra.
Resulta que una persona originaria de Tepoztlán, estado de Morelos, llegó a las oficinas de Maussan para contarle de sus encuentros con seres de otro mundo.
Lo platicó tan convincente que el ufólogo decidió prestarle una cámara de televisión (entonces no había videoteléfonos) para que grabara el contacto con extraterrestres. Los meses pasaron y el susodicho ni sus luces.
Maussan llegó a dar por perdida la cámara, ninguna señal del morelense, llamada o aviso.
El día menos pensado, reapareció con la cámara y juntos vieron lo que se había grabado. El comunicador se quedó sin habla y pronto preparó maletas para llevar el video a la NASA.
Los expertos estadounidenses confirmaron que el video era auténtico, sin ningún efecto especial, así que Maussan estaba más que emocionado por el hallazgo.
Perdió la sonrisa cuando el dueño del video le puso precio a la difusión. Millones de pesos que no podía pagarle.
Maussan tuvo que resignarse a dejar ir lo que siempre había buscado, pruebas de existencia de vida que no fuera terrenal.
El morelense devolvió la cámara y se fue con su videocinta, que logró vender a científicos japoneses.
Así que las pruebas del contacto que tuvo lugar en Tepoztlán, en un pueblo mágico de México, donde se encuentra la zona arqueológica y su famoso cerro del Tepozteco, quedaron en país oriental.
Nada que ver con los supuestos seres no humanos que se exhibieron en la Cámara de Diputados.
La credibilidad del acto legislativo rodó por los suelos cuando pretendió utilizarse a la UNAM como institución que daba fe de que dichos seres no eran de este planeta. El Instituto de Astronomía de la universidad, a través de un comunicado, dejó en claro que “hasta la fecha no existe evidencia observacional o experimental que respalde la existencia de vida extraterrestre o de visitas de civilizaciones de otros mundos”.
En otras palabras, los organizadores del evento en la Cámara de Diputados hicieron el ridículo.
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