Aunque Pese
Por Salvador Martínez G.
El método de encuestas es el seleccionado por el partido en el poder para elegir a sus representantes a los puestos de elección popular, así lo fue en el Estado de México donde Delfina Gómez marcha con cómoda ventaja, mientras que en Coahuila su abanderado Armando Guadiana no se presenta como su favorito para la contienda por la gubernatura, donde el puntero es el priista Manolo Jiménez.
En la Ciudad de México habrá de renovarse el gobierno hoy encabezado por Claudia Sheinbaum en junio del próximo año, pero los ánimos están ya caldeados entre quienes pudieran ocupar la candidatura para la jefatura de gobierno.
El PAN mucho ha cacaraqueado que tiene gran fuerza electoral en la capital de la República, lo cual no se ha reflejado en los muestreos de opinión como el realizado por un diario financiero capitalino en el que los ciudadanos expresan que sólo el 25 por ciento votaría por Acción Nacional mientras que el 46 por ciento lo haría por Morena.
Sólo en bloque PAN-PRI-PRD, la oposición obtendría un respaldo de 46 por ciento contra un 50 por ciento de Morena- PVEM-PT, lo que echa por tierra el supuesto crecimiento opositor en la metrópoli.
Quizá lo más impotente de lo revelado por esta muestra es que Rosa Icela Rodríguez, la actual secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, es quien más preferencias alcanza por Morena, por arriba de Omar García Harfuch y Clara Brugada, ni qué decir de otros encuestados como Martí Batres y Santiago Nieto.
Por el PAN la favorita es Xóchitl Gálvez con amplia ventaja sobre Santiago Taboada, Lía Limón o Kenia López Rabadán.
Puestas en competencia Rosa Icela supera por 10 puntos porcentuales a Xóchitl Gálvez, si ambas fueran en coalición por 46 a 36, y con más ventaja se muestra la secretaria de Seguridad si fuera contra Santiago Taboada un 51 a 32.
Esta encuesta no debe tener nada a gusto a Clara Brugada, ni modo.
SUSURROS
A pesar de que el Gobierno de México emitiera un decreto para limitar el uso de maíz genéticamente modificado, transgénico para el forraje, sin autorizarlo para elaboración de masa y tortilla, continúan las presiones de Estados Unidos para que haya una apertura total a su producción de maíz amarillo.
El vecino país no quiere aceptar la decisión soberana de México sobre las condiciones para importar maíz amarillo que contiene glifosato, alegando que no es perjudicial. Lo cierto es que sí afecta y sobre todo frenaría la importación de 17 millones de toneladas provenientes de la unión americana.
Evitar la controversia comercial del tema en el marco del T-MEC se observa difícil. Veremos.
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