La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
¿Tendrán conciencia de que son un valioso par de aliados involuntarios?
En 2016, las condiciones para la alternancia en la gubernatura de Veracruz estaban dadas: el desfalco a la Hacienda Pública había provocado una severa crisis económica, a lo que se sumaba la ingobernabilidad y con ello, la creciente inseguridad, el centro histórico de Xalapa, era fiel reflejo del malhumor social: estaba pletórico de manifestaciones.
En este contexto, ocurrió la previsible, el ex partidazo perdió su hegemonía electoral en la entidad, Miguel Ángel Yunes Linares, se alzó con la victoria.
Así pues, en 2024, el escenario es muy parecido: hay un profundo hartazgo por los desatinos de la administración de Cuitláhuac García, los delitos de alto impacto están al alza, la economía no se reactiva y, encima de todo, la precandidata oficial, Rocío Nahle, no resultó el ‘fenómeno’ de popularidad que pronosticaron los estrategas de la 4T, su origen zacatecano juega, demasiado diríamos, en contra de sus aspiraciones.
Además, hay otro factor preponderante para que el bloque opositor se imponga: la clase política que fue desplazada en 2018, tomó la rara decisión de unirse en torno del proyecto de José Yunes, dejando de lado, al menos por el momento, cualquier tipo de disputa.
Por otro lado, lo de la candidatura, de Hipólito Deschamps, por Movimiento Ciudadano, es otra muestra de que Dante Delgado, está convertido en el tonto útil del sistema, sin embargo, como en el caso de Álvarez Máynez, es un auténtico tongo.
En este sentido, sólo se trata de ahondar, aún más, las debilidades del Cui y su candidata, la lectura es muy clara.