Esta frase corta y en apariencia simple, resume el espíritu del Ejército Mexicano y por ende la estabilidad de la nación. No es una ocurrencia, es el resultado de un largo proceso histórico que afortunadamente derivó en que México tenga las fuerzas armadas más institucionales de Iberoamérica. Este proceso es el resultado no solo del Ejército que nació con el Plan de Guadalupe, de su origen democrático y popular, hoy el único mérito para ascender entre sus filas es la capacidad, sino también de la convicción que tienen los militares a no inmiscuirse en política y un franco repudio al golpismo, no en vano frente al Gran Cuartel General del Ejército Mexicano, se yerguen dos monumentales bustos de Madero y Carranza, los dos últimos presidentes que cayeron por golpes de estado.
Desde hace décadas los hombres de armas mexicanos tienen como divisa principal entre las virtudes militares la lealtad, a finales de siglo pasado países ejemplares como España y Portugal vivieron golpes de estado, eso simplemente hubiera sido impensable en México. La lealtad de los militares mexicanos contempla por supuesto la fidelidad al Comandante Supremo, es decir al Presidente de la República. En el extinto y hoy necesario Estado Mayor Presidencial, el lema fue “¡Al Presidente nadie lo toca!
A todo esto, surge la polémica por los acontecimientos recientes en torno al General de Brigada retirado Mauricio Ávila Medina, quien uniformado increpó al Presidente en redes sociales particularmente en una cuenta de Tik Tok.
Las declaraciones del General Ávila, quien ya era conocido en el ambiente militar por sus desplantes narcisistas y protagónicos, fueron celebradas con bombo y platillo por quienes se oponen al presidente, no solo han aplaudido al polémico general sino lo equiparan como un paladín de la libertad de expresión, de la democracia y como un hombre valiente.
Las distintas posturas políticas son siempre legítimas, los problemas del país son reales y están a la vista de todos, pero al General Ávila Medina se le olvidó su condición de militar, y se le olvido también que se es militar hasta la muerte, no en vano los militares en la honrosa situación de retiro están sujetos al Fuero de Guerra, este fuero no se debe interpretar como los privilegios que buscaban los militares conservadores en el siglo XIX, sino como el principal instrumento de disciplina militar para que cualquier ejército pueda funcionar.
Como mexicano Ávila Medina tiene el Derecho a disentir, pero en una elemental cuestión de dignidad militar, debió haber pedido su baja del ejército y como civil dedicarse en cuerpo y alma a su cuenta de Tik Tok. En cambio, con Uniforme de General de Brigada se manifestó públicamente afirmando que se deben extirpar de raíz las tendencias y actos dictatoriales. Esto es muy delicado y no es cosa menor pues es una incitación a la rebelión y una expresa insubordinación, delitos que castiga con penas severas el Código de Justicia Militar.
No se sabe a ciencia cierta si el General Ávila Medina actuó de motu propio o motivado por otras personas, pero es inaudito y extraño que haya pasado por alto cuestiones tan elementales que un militar de su jerarquía y antigüedad conoce a la perfección. No solo en México, pero en la historia existen infinidad de referencias a la ingratitud de los gobiernos civiles con sus militares, no en vano la abnegación es una de las virtudes militares más reconocidas, seguramente hay militares que no están satisfechos o molestos con acciones de la autoridad civil a la cual están constitucionalmente subordinados, pero sería y es impensable siquiera imaginarlos llevando a cabo conductas como la del General Ávila Medina.
Además de lo dispuesto por la legislación militar, existe un antecedente claro y que es del dominio público, no solo de los círculos castrenses. Los generales en retiro, suelen ser hasta que la edad se los impide, hombres muy activos, se encuentran en la mayoría de los casos en plenitud física e intelectual y les resulta difícil después de cerca de medio siglo de una vida muy intensa acoplarse a una vida tranquila y sin sobresaltos, parece una ironía, pero les es difícil dejar la actividad y la adrenalina. Es muy común que eventualmente se reúnan en comidas o desayunos con sus “antigüedades” donde refrendan su amistad y camaradería. A mediados de junio de 2019 se dio una de estas reuniones y algunos generales en retiro manifestaron su inconformidad y descontento, sin caer en los extremos de Ávila Medina, con acciones del gobierno, la reacción fue inmediata y fueron apercibidos de abstenerse a hacer comentarios de índole político y se les recordó que están sujetos al Fuero de Guerra, los retirados fieles a la disciplina militar acataron de inmediato la orden.
Con estos antecedentes también resulta increíble que el General Ávila Medina no haya obedecido una orden superior.
Evidentemente la conducta del General Ávila Medina tuvo consecuencias y fue citado como indiciado por la Fiscalía Militar en días pasados, las redes sociales se incendiaron y muchos rasgaron sus vestiduras pronunciándose a favor del general, al final hicieron una tormenta en un vaso de agua, pues este no es caso de persecución política sino uno liso y llano de Justicia Militar, si se rompen las normas pues habrá consecuencias.
Cuando el día llegó, el General Ávila Medina no se presentó a la Fiscalía aduciendo un problema de salud, puede ser cierto o puede ser una estrategia de su defensa, en cambió envió un escrito en el cual insistió no ser militar y no pertenecer a ninguna fuerza armada o unidad en activo, lo más curioso es que firmó el escrito como “Maestro Mauricio Ávila Medina” no como General de Brigada en Retiro, ¿entonces en Tik Tok es General y ante la autoridad militar es Maestro? Lo más prudente es que asuma las consecuencias de sus actos y que si quiere dedicarse a la política cuelgue su uniforme de general y renuncie a su pensión militar, al final del día lo que derive de este asunto, independiente de filias y fobias políticas, no debe verse como un atentado a la libertad de expresión, sino como la garantía de lealtad e institucionalidad de nuestro ejército, lo cual siempre será en beneficio de México.