Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Acostumbrado como está Donald John Trump a expedir a lo largo de dos meses órdenes ejecutivas (decretos) negando e incluso violentando el orden legal y descalificando con singular torpeza y groseramente a los jueces federales que se atreven a proteger con amparos a las víctimas del tirano y legalmente delincuente que despacha en la Oficina Oval, pareciera que ya encontró la horma de su zapato, el freno constitucional de sus delirios de grandeza como emperador del orbe, en el juez jefe de la Corte Suprema, el conservador John G Roberts Jr.
Escaló tanto Donaldo Juan en su asalto a los tribunales y la Carta Magna el martes 18, que el jefe de la Corte Suprema se vio obligado a emitir una inusual reprobación del mandatario por sus ataques, mientras expertos judiciales advierten que el gobierno de Trump está al borde de provocar una crisis constitucional.
La nada común reprobación pública de John G Roberts Jr., es la siguiente: “Por más de dos siglos se ha establecido que el impeachment (remoción) no es una respuesta apropiada a un desacuerdo sobre una decisión judicial”, y puntualizó que tales diferendos deben ser resueltos en un tribunal de apelaciones; de acuerdo con la información de Jim Cason y David Brooks.
Con motivo de las arbitrarias deportaciones de venezolanos a El Salvador, a la prisión “modelo” del impresentable aliado de Trump, Nayib Bukele, el sábado 15, el juez federal James Boasberg emitió una orden verbal contra las expulsiones de los caraqueños en Texas y, si ya estaban en el aire, ordenó el retorno de esos vuelos a Estados Unidos mientras el tribunal evaluaba las órdenes de deportación. Al mitómano y grandilocuente Trump no sólo le valió sorbete la orden judicial sino que echó espuma por la boca al calificar al juez Boasberg de “lunático de izquierda radical, provocador y agitador”, y llamó a que sea removido de su puesto. Por ello, el marido de la yugoeslava Melania, fue reprendido por el máximo juez de USA.
Y por si no fuera suficiente, aparece en la escena mediática Tom Homan, el ridículo “zar fronterizo” con su talante gorilesco y se exhibe de cuerpo completo: “No me importa lo que piensan los jueces”. Y otros hilarantes “argumentos” para incautos: los venezolanos fueron acusados de ser miembros del denominado cártel venezolano Tren de Aragua que fue designado por el gobierno trumpista “organización extranjera terrorista” –ojo, señores y señoras del PRIAN con los costos que acarrea lo que tanto entusiasmo les provocó–, en guerra contra Estados Unidos “bajo la dirección, clandestina u de otra manera, del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela”.
Y para rematar con el tragicómico fraseo de los burócratas-empresarios yanquis para ejecutar las deportaciones de los venezolanos encadenados, aplicaron la antigua Ley de Enemigos Extranjeros promulgada en 1798 (¡227 años!) que según la Casa Blanca autoriza las deportaciones sin respetar el debido proceso. Para la noche del lunes 17, el gobierno reconoció que no cuenta con pruebas de que muchos de los venezolanos deportados cometieron delitos en EUA.
La estrategia del magnate inmobiliario –guerrerista que ordena bombardear a la población civil en Yemen y cumple su amenaza de “convertir a Gaza en un infierno” por medio de Benjamin Netanyahu–, es “inundar la zona” con acciones y disputas legales para consolidar cada vez mayor poder en el Ejecutivo y erosionar al Legislativo y el Judicial, así como realizar deportaciones con justificaciones de política exterior o bélicas.
Acuse de recibo
Una opinión: “Muy certero tu comentario, estimado Eduardo. Las políticas de Trump van de tumbo en tumbo. El absurdo de las deportaciones disfrazadas de ‘captura de bandas’, se pone de manifiesto con el caso los migrantes venezolanos. Los estadounidenses rentaron a Bukele su megacárcel para que tenga presos por un año a 300 venezolanos, que, según ellos, son de la pandilla El Tren de Aragua. No es creíble que las policías del Norte sean capaces de saber quiénes integran las mafias de otros países, y al mismo tiempo ignorar cómo operan las de su propio territorio. Divulgaré, si no hay objeción, tu brillante análisis, amigo: Enrique González Ruiz”. https://insurgentepress.com.mx/intervencion-militar-de-usa-no/. Ninguna objeción, gracias… Como parte de los seis lineamientos para hacer frente a la tan aguda como vieja desaparición forzada de personas en México, el lunes 17 se anunció en Palacio Nacional que el jueves 20 se enviarían al Congreso “las iniciativas de reforma a fin de consolidar el Certificado Único de Registro de Población como la fuente única de identidad de las personas que permita cruzar con todos los registros administrativos que existen”. Pues resulta que no estuvieron listas y ahora será para el lunes 24. ¡Lamentable! No se entiende la premura del anuncio de la presidenta… La próxima semana estará en sus manos, vía digital, Frases que no son para el bronce, el séptimo volumen editorial del utópico redactor.
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