Fin de la Historia, cual predijo Francis Fukuyama.
Sin fronteras y, claro, sin límites estatales pues aquí y ahora, por ejemplo, ya se difuminaron los de Michoacán con los del EdoMex.
Sin ideologías cual balbuceó apenas el enorme filósofo del mercantilismo ramplón Vicente Fox, desde su ermita en Guanajuato.
Otra onda. Otro rollo.
O como dirían los clásicos: o tempora, o mores.
Y también ya sin soberanías, como predijo hace poco más de 20 años aquel premier canadiense Brian Mulroney, cuando vino a México a cantarnos “las bondades” del ahora cumpleañero TLCAN.
Nuevos tiempos, nuevas costumbres, ¿por qué, entonces, no solicitar –atenta y respetuosamente, por supuesto– a Míster President Barack Obama que nos envíe un comisionado para México, vistos que ya están “los exitosos resultados” que una medida similar ha tenido en Michoacán, donde desde ya se replica hasta un gabinete federal?
Y es que, pese al cambio de partidos políticos en el gobierno, no obstante la nueva figura o figurín que despacha hoy en Los Pinos, pese a que se nos dijo que regresarían “los que sí saben”… la situación del país –más allá de las ma-ra-vi-llo-sas reformas recién aprobadas al troche moche por el Constituyente permanente– está verdaderamente del asco.
No hay ley y no hay orden. Todo dios hace lo que le viene en gana. Las propias autoridades –sin autoridad– andan cada cual “en lo suyo”.
Y “lo suyo” en este país –habría que ilustrar a don Barack en la atenta solicitud– es la institucionalizada corrupción. ¡Qué bárbaros! ¡Cómo están robando!
Ahora que si el argumento o hasta la argucia es “la ausencia de Estado de Derecho”, entonces sí que Obama nos mande un comisionado. No le aunque si luego se reúne con El Chapo, por ejemplo, que al fin y al cabo puede decir que no sabía quién era, que no le informaron, o que “a Chuchita la bolsearon”. Se trataría, en todo caso, de negociar directamente. Ya sin intermediarios.
Como ahora aquí.
AAA. FOR LEASING
Ahora que, si el señor Obama no quiere incrementar la nómina de la Casa Blanca dando empleo a un comisionado que venga a cogobernar con el señor Peña Nieto, ¿por qué no aprovechamos de una buena vez la barata y, ya de plano y de una buena vez, le alquilamos el país?
“Dos vistas al mar, 220 millones de manos de obra calificada por cacahuates a cambio, extensos sembradíos de amapola y mariguana, una cadena de distribución al norte a la que sólo falta meter en orden y, por si fuera poco, grupos empresariales y centros financieros con amplia experiencia en el chaca-chaca y los tres movimientos de aquel fabuloso detergente”, podría decir el anuncio más que oportuno, ahora que nos visitó el inquilino de la Casa Blanca.
Y es que, pese a todos los discursos y todos los anuncios en la radio, cine y televisión ¡ya no tenemos remedio!
Los diarios lo reflejan todos los días. Bandas de secuestradores al alza, funcionarios gubernamentales corruptos, partidos políticos que a nadie representan, la educación sin futuro cierto, nuestros recursos del subsuelo en poder de los canadienses y muy próximamente también en el de los gringos.
Y digo yo, si ya les entregamos todo lo que está debajo de la superficie del territorio, ¿por qué también no los obligamos a que carguen con todo lo que hay encima?
Ya sea con un comisionado desde Washington o incluso de Ottawa o, mejor todavía, entregándoles el territorio en leasing, que ya nos lo devolverán cuando se den cuenta de que tampoco ellos pueden con los mexicanos –muy en especial con su clase dizque gobernante.
Lo del comisionado, empero, sería la propuesta más aconsejable.
Ya ve usted lo requetebién que ha funcionado esa figura metaconstitucional en Michoacán. Tantos y tantos éxitos ya cosechados en apenas unas pocas semanas de que Alfredo Castillo se fuera a cogobernar con Fausto Vallejo.
Así las cosas, ¿habrá un Alfred Castle cerca de Obama para que nos lo envíe comisionado? Urge. Ahí, al ladito de Peña Nieto.
Suena interesante, ¿verdad?
Índice Flamígero: Pueblerinos. Así nos retrataron ciertos medios de comunicación que, en directo, transmitieron el arribo del Air Force One al aeropuerto próximo a Toluca. “¡Impresionante!”, exclamaban los narradores al ver como el Boeing 747 aterrizaba. + + + Mi más sentido pésame a los hijos, hijos políticos, nietos y bisnietos de doña María Dolores Puebla Peralta, quien falleció hace dos días en Hermosillo, Sonora. Descanse en paz.