Anahí García Jáquez
Los Ángeles, California. 1962. George acaba de perder a su pareja en un accidente automovilístico. El levantarse cada día de la cama es un gran esfuerzo, pues tiene que lidiar consigo mismo y con el mundo que le rodea, del que es parte pero a la vez, es un agudo observador.
Un hombre soltero es un trabajo del escritor inglés naturalizado estadounidense Christopher Isherwood, quien nos lleva a la década turbulenta de los 60´s para presentarnos a su protagonista, quien es un hombre de 58 años que llora el fallecimiento de Jim, quien fue su compañero sentimental por un largo tiempo. Es de esperarse que George haya caído en una depresión, aunque eso no le impide seguir haciendo su vida, pues es profesor universitario y, para colmo, enfrenta una situación difícil con sus vecinos, ya que no es del agrado de ellos.
El autor cuenta la historia de George en un periodo de un día, en el que se dan varias situaciones que ilustran esa época en particular y cómo ello repercute en la vida del protagonista. Por ejemplo, su homosexualidad lo vuelve vulnerable al acoso de quienes no comprenden su manera de vivir y es por ello que debe de vivir en el closet y, por lo tanto, llevar su duelo en privado. Es así como se nos habla de la soledad y de la incomprensión que a veces enfrentan las personas que no pueden mostrarse tal como son, así como la intolerancia y la falta de aceptación por parte de aquellos que son prestos para juzgar.
También se habla de la edad, puesto que George se queda viudo y deberá enfrentar el resto de su existencia sin su pareja, lo cual acaba con su proyecto de vida, el cual era envejecer al lado del hombre que ama, y es por ello que tiene que emprender un nuevo camino con lo que está a su alcance planificando un futuro con una realidad muy distinta a la planeada siempre pensando en dejar el pasado atrás, pero eso no le impide que disfrute la vista.
Es así como se embarca en fantasías basadas todas ellas en su querer amar y ser amado, por lo que se aborda el tema del deseo como vehículo de satisfacción y para pasarla bien por un rato, aunque siempre termine quedándose con ganas de más.
Y en cuanto a las otras relaciones que entabla, tiene a Charlotte, una compatriota que es una amiga por demás demandante, por lo que se embarca en establecer ese vínculo con otro ser humano, aunque ella no sea su persona favorita.
Un hombre soltero incluye también una buena cuota de crítica social, pues describe la vida en los Estados Unidos en los años 60´s, en los que el miedo posterior a la crisis de los misiles de Cuba, los convencionalismos y el consumismo asomándose ya se hacen presentes, influenciando al círculo inmediato de George de varias maneras, pero sobre todo en su comportamiento.
Es así como los pensamientos y sentimientos del protagonista, narrados por una tercera persona y escritos con un lenguaje sencillo y comprensible, son revelados al lector que percibirá un tono irónico e inteligente en lo más íntimo de las ideas de George, quien describe lo que le toca ver y vivir, pero a la vez, un dejo de esperanza se asoma en medio de todo ello, pues las ilusiones habitan el corazón de este hombre quien, pese a todo, intenta salir adelante y ser feliz en un mundo que a veces le aburre y a ratos le resulta adverso. Es pues, este texto, todo menos pesimista a pesar de la acidez y el cinismo que invaden a George, quien sólo es un hombre que va en busca de lo bello.
Un hombre soltero. Christopher Isherwood. 1964. Editorial Acantilado.