En las redes sociales, son muchas las voces que hablan de un desencanto por lo que esperaban y aun no se da. Muchos los que en lo que parece una defensa velada, preguntan por qué antes no se quejaban y ahora apenas notan algo extraño inundan las redes con descalificaciones y ataques.
Bueno, en inicio de cuentas el hecho que la gente antes no se quejara no les quita el derecho a externar ahora su molestia, ante lo que siente es injusto o mal administrado.
Si bien es cierto que lo que parecía comenzaría como una avasallante cacería de brujas, ha pasado a ser, en la apreciación de muchos que comparten en las redes, en apariencia tibio o en ocasiones hasta complaciente con los viejos poderes.
El arte de la guerra es un tratado que se le atribuye a un estratega chino llamado Sun Tzu (Maestro Sun) en el siglo 5 antes de Cristo, según historiadores el tratado ha sido guía de varios líderes del pasado, dentro de sus capítulos se puede encontrar que el arte máximo en la guerra es ganar sin luchar. Ir debilitando al enemigo sutilmente y con estrategia de manera que cuando quiera reaccionar su ejército este inservible.
Y es que quién considere que en un estado, en un país con tantos vicios en el área política, tantos terrenos y tantos frentes, el hecho de llegar y sentarse, al frente del ejecutivo, es suficiente para que los ejércitos enemigos se alejen a lamer sus heridas sin hacer nada, estaría pecando de inocente.
Los nuevos gobiernos estatales que lograron arrebatar la gubernatura a partidos y poderes que por años controlaron un estado, tienen que ser cuidadosos al atacar las áreas de control que sus enemigos manejaban antes, no hay que olvidar que aun sin el poder constitucional, esas fuerzas tienen el suficiente aparato, dinero (producto del botín) y capital político para hacer mucho daño y hasta hacer voltear la barca aun antes de iniciar la nueva travesía.
Como ejemplo podemos poner a Tabasco, estado que en menos de 6 años la delincuencia rebasa a las autoridades, creyeron que el solo hecho de llegar era suficiente para que desaparecieran los males anteriores.
Por ello en Quintana Roo, si bien la gente está desesperada por notar el cambio, debe entender que no puede ser abrupto, más de 20 años de un mismo partido en el gobierno, con 15 de éstos, de una misma corriente no pueden ser subestimados.
Las cosas deben ser cuidadosamente manejadas para no llegar al punto de que los monstruos que están al acecho te lleven a la ingobernabilidad, una de las situaciones que más han molestado a la gente es el hecho de que parecería que siguen los mismos o que llegan gente de los mismos a trabajar, pero era difícil que fuera de otra manera, por lo pronto sabemos que cada mes están siendo llamados para rendir cuentas de su trabajo y que demuestren con acciones que el lugar que ocupan está justificado, esto parecerá insignificante, pero en un estado en el que en los últimos años la simulación era la constante, el hecho que los mandos tengan que demostrar lo que trabajan ya habla de un interés de que las cosas se hagan y no que simulen como que hacen, un ejemplo, de que esta sutil presión puedas estar dando resultado, es que apenas hace unos días renunció un alto funcionario heredado por la administración anterior. De esta manera no quedas mal con tu enemigo y lo vas desarmando.
Por otro lado no hay que olvidar que en lo económico están trabajando con la parte del presupuesto que dejaron las anteriores administraciones y como todos sabemos, lo que dejaron no es mucho.
De manera que excelente el que la gente esté pendiente como nunca antes, de los pasos que dan sus autoridades, que sigan así que para eso es una democracia, pero no hay que perder de vista que las cosas nos son tan sencillas como aparentan; para romper el nudo Gordiano, incluso Alejandro Magno, llevaba ya un ejército a su espalda.
Jorge A. Barrientos