Por EDGAR GONZALEZ MARTINEZ
Analistas ven una luz al final del túnel, que se antoja largo y complicado
Ciertamente estas buenas noticias sobre el inicio del proceso de inmunización de la población contra la pandemia están sirviendo para calmar a los inversionistas y para contrarrestar las dudas y los temores. En materia de inversiones, desde el mes de marzo del año pasado, todo se vino abajo. Solo en el caso de los metales preciosos, con el oro a la cabeza, se ha registrado un crecimiento sostenido de su valor, con lo que, una vez más, el oro ha demostrado que cumple a la perfección su tarea de actuar como valor refugio en tiempos convulsos como estos. Por su parte, los commodities vinculados a la actividad económica sufrieron desplomes históricos. En el caso particular del petróleo, la OPEP y sus aliados reaccionaron al hundimiento en el precio del crudo con recortes en la capacidad de bombeo para ajustar la oferta a la demanda en un momento en el que la paralización de la actividad derivó en problemas de almacenamiento del crudo, llevando a la referencia WTI en el mercado de futuros a cotizar en negativo por primera vez en la historia.
Para tratar de paliar los efectos y combatir el shock económico, desde marzo pasado, los principales bancos centrales y gobiernos del mundo han implementado programas de ayudas monetarias y fiscales de una intensidad y tamaño sin precedentes. La batería de estímulos desplegada incluyó rebaja de tasas de interés, inyecciones de liquidez a la banca, compra de deuda, apoyos monetarios directos a ciudadanos y sectores más afectados. Pero lo que más ha ayudado a restablecer los mercados financieros es el avance en la vacunación.
En México la demanda interna continúa deprimida.
Los analistas lo atribuyen a la falta de estímulo fiscal a nivel local, lo que explica en parte esta divergencia, lo que, a su vez podría traducirse en una recuperación prolongada de la economía en general. Además, los riesgos de corto plazo también han subido ante el deterioro de las condiciones epidemiológicas desde finales de octubre, con varios estados regresando a ‘rojo’ en el semáforo, incluyendo de manera notable a la Ciudad de México y al Estado de México desde mediados de diciembre hasta ahora. Al respecto, analistas de Banorte no dicen que el panorama para la inversión es retador a pesar del rebote de la economía. Aunque el progreso en el proceso de vacunación y la expectativa de recuperación económica podrían ser favorables, algunos puntos de índole idiosincrática continuarán pesando sobre este componente. Dentro de estos destacamos: (1) falta de un crecimiento más vigoroso de la demanda que apoye la inversión, en conjunto con restricciones sanitarias; (2) preocupación sobre la calificación crediticia del país que podría impactar los costos de financiamiento, con presiones derivadas de la posición financiera de Pemex; (3) bajo crecimiento de la productividad y niveles persistentemente altos de informalidad; y (4) preocupaciones sobre el estado de derecho y la inconsistencia de algunas políticas gubernamentales, especialmente de cara al próximo ciclo electoral.
Crece la producción industrial (PI) 1.1% mensual en noviembre de 2020.
Esto se explica por aumentos en construcción 2.2% y minería 0.1%; mientras que la producción de manufacturas se mantuvo constante 0.0% y la generación de electricidad disminuyó -2.3%. Al interior de los subsectores de la PI, destacan los incrementos en prendas de vestir 7.9%, impresión 3.9%, edificación 3.3% y equipo eléctrico 1.4%; así como las caídas en derivados del petróleo 13.5%, muebles 2.5%, y computación y equipos electrónicos 1.2%. A tasa anual, la PI cayó -3.7%, una menor caída en relación tanto con nuestra previsión de -5.5% y la del consenso de -4.2%, y después de la contracción de -3.4% de octubre. Esto resultó de las caídas en los cuatro sectores de la PI: construcción -7.8%, generación de electricidad -7.0%, minería -2.4% y manufacturas -2.1%. Consideramos que la recuperación de la PI va a continuar, aunque a un ritmo más modesto. Las cifras de hoy sorprendieron al alza, principalmente debido a la expansión de la construcción, y muestran que la recuperación de la PI durante el 4T parece ser más rápida de lo previsto. Hacia adelante, consideramos que esta tendencia de recuperación se moderará un poco. Después de registrar una caída acumulada en enero-noviembre de 2020 de (-)10.8%, la mayor desde 1995, el nivel de la PI en noviembre se ubicó 3.4% por debajo del de febrero (antes del choque Covid-19). Sectores como la construcción aún podrían recuperar terreno (permanece -8.2% por debajo de los niveles prepandémicos), pero anticipamos que, de manera más general, el impacto en el comercio y la inversión de la pandemia Covid-19, especialmente con el aumento de casos y muertes, así como la persistente debilidad de la demanda interna, implicarán un lastre para la recuperación.
La industria mantiene sus operaciones inmobiliarias.
A pesar del fuerte impacto que provocó la pandemia en los bienes raíces, el sector industrial desarrolló un importante número de operaciones inmobiliarias durante el 2020, gracias al crecimiento de hasta 40% del comercio electrónico. Así lo dio a conocer Giovanni D´Agostino, presidente en México y director regional para América Latina de Newmark, en el reporte de cierre de año del mercado industrial, donde se destacó que el comercio electrónico fomentó transformaciones de los procesos de cadenas de suministro y con ello, una mayor demanda de espacios de distribución de los productos.
“Sin duda, 2020 fue un año muy diferente a lo que se pronosticaba con la entrada en vigor del nuevo tratado de libre comercio entre Estados Unidos, Canadá y México y las perspectivas de crecimiento económico, pero la realidad fue otra con el confinamiento provocado por la pandemia, que nos hizo no solo resilientes, si no buscar otras alternativas, enfrentar nuevos desafíos y el sector industrial los logró solventar con éxito”, señaló Giovanni D´Agostino.
Destacan lo perjudicial de la prohibición del alcohol por combate el Covid-19.
Por cierto, la Alianza Transnacional para Combatir el Comercio Ilícito (TRACIT) dio a conocer un nuevo informe advirtiendo a los gobiernos que las prohibiciones de bebidas alcohólicas por el COVID-19, han impulsado el crecimiento del comercio ilícito y provocado graves riesgos negativos para la salud de los consumidores. El reporte de TRACIT titulado “Prohibiciones, alcohol ilícito y lecciones que la cuarentena ha dejado” analiza los efectos de las duras restricciones sobre el suministro de alcohol durante las primeras etapas del brote de COVID-19. El informe se basa en hallazgos obtenidos en 23 países de los cuales se desprenden una seria de lecciones por la imposición de restricciones gubernamentales al alcohol. En algunos países, las prohibiciones fueron a nivel nacional, mientras que en otros fueron más limitadas en cuanto a las regiones donde fueron impuestas o a la prolongación de las mismas. Por ejemplo, Groenlandia anunció la prohibición del alcohol en la ciudad capital de Nuuk, pero en México, todas las cervecerías estuvieron cerradas durante más de un mes, excepto las exportaciones.
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