La Espinita
Andy S. K. Brown
- Zoé Robledo ¿deja el IMSS?
- Máynez encuera a Paredes
- Paranoia de López Obrador
La instrucción del presidente López Obrador fue clara, tajante.
Que desde ya el IMSS deje de comprar medicamentos.
Sobre todo, que ya no se encargue de las compras regionalizadas, esto es, que cada delegación haga “bisnes” creando un desabasto artificial y, para abatirlo, comprando los productos hasta en el doble de su valor de mercado –con moche hacia las oficinas centrales, por supuesto–, como se ha evidenciado en el Índice Político y en Latinus, recientemente.
Este es un triunfo del general Jens Pedro Lohmann, director general de Birmex, quien de nueva cuenta se encargará de la adquisición de todos, absolutamente todos los insumos que requiere el sector público de salud.
Tan triunfante resultó Lohmann que, incluso, Ramón Gómez Gaytán, a quien Zoé y su hermano Gabino, junto con su operador Humberto Pedrero habían enviado a Birmex para que desde ahí él operara todas las transas, dejará de hacer esas sucias tareas.
Transas con la salud de los derechohabientes que han enriquecido brutalmente a los directivos del IMSS y del IMSS-Bienestar de la Cuarta Transformación.
Dicen que fue de tal rudeza el enojo de López Obrador que, por tal, la rumorología está a todo lo que da en las oficinas que en el Paseo de la Reforma tiene el Seguro Social.
Que tantas ganas que tenía Robledo de repetir en el negocio, perdón, en la dirección general del IMSS, que quizá ni siquiera llegue en el cargo al final de sexenio.
Habrá que ver.
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Tal vez usted se acuerde de que en este portal le platicamos de las reuniones que Beatriz Gutiérrez Müller y Beatriz Paredes Rangel sostuvieron previo a que se designara a quien abanderaría a la Coalición Fuerza y Corazón.
La tlaxcalteca era finalista en la contienda que finalmente ganó Xóchitl Gálvez, y las reuniones con la “no primera dama” se volvieron sospechosas, habida cuenta de que ella ya había rendido la plaza un par de veces en elecciones en las que participó u organizó el actual presidente del país. La querían de candidata para que, como acostumbra, no hiciera campaña y dejara el paso libre a la candidata del oficialismo.
La todavía senadora es miembro del Grupo Puebla, como ahora se rebautizó al Foro de Sao Paulo, en el que la mayoría de los mexicanos participantes son de Morena.
Muy cercana, pues, a los guindas.
Todavía más próxima la empujó Jorge Álvarez Máynez hace un par de días al proponer que sea ella quien sustituya a Alejandro Moreno, en el remoto e improbable caso de que ambos renunciaran a sus posiciones actuales.
Y es que, siguiendo instrucciones, Máynez, en su papel de sicario de Morena, quiere a Paredes –muy allegada a los morenistas—a la cabeza del PRI para que éste rinda la plaza ante Claudia Sheinbaum en el momento de la verdad.
Ella sí le levantaría la mano.
¡Vaya encuerada que le dio!
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Cada vez es más claro que durante los últimos años México ha tenido un presidente que sufre un grave trastorno mental: es paranoico.
Tiene un patrón de desconfianza y recelos de los demás en forma prolongada, sin que haya razones para ello. Aún no tiene un trastorno psicótico completo como la esquizofrenia, pero para allá va.
En su mañanera de ayer miércoles soltó uno más de sus delirios al perorar que las oposiciones quieren ¡incendiar el Palacio Nacional!
“Imagínense para los conservadores, que se metan 20, 30, 50, 100 al Palacio y le prendan fuego, que es lo que quieren”, dijo como si de verdad hubiese quien quisiera hacerlo.
Ahora que se irá a “La Chingada” sería bueno que buscara la ayuda de un profesional, aunque el tratamiento es difícil debido a que los paranoicos a menudo sienten extrema desconfianza de los médicos. Si el tratamiento se acepta, los medicamentos y la psicoterapia con frecuencia pueden ser efectivos.
Ojalá. Por su bien. Por el bien de todos.
@AndySKBrown1