Mientras la Administración peñista sigue deshojando la margarita de cómo y cuándo ejercer el gasto público, la economía languidece y sigue sumida en la recesión.
Según los datos de la propia Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el crecimiento económico del país en este 2013 será menos que mediocre: apenas del 1.8 por ciento, mientras que en el resto de América Latina, en promedio, alcanzará el 3.5.
Llevamos, por tanto, ya cuatro trimestres –Calderón cerró la llave presupuestal en julio de 2012– en marcha atrás, y lo peor es que la caída va ganando velocidad.
Como reza el tango, las ilusiones pasadas ya no las pueden rememorar los tecnócratas encargados de las finanzas y la economía del país.
Y es que habían dicho que en este el primer año de la administración del señor Peña Nieto, la economía crecería, mínimo, al 3.1 por ciento.
Las fanfarrias, empero, han tenido que callar ya en dos ocasiones. Porque dos han sido las veces en las que Hacienda ha debido recortar las expectativas de crecimiento de la economía y, por consiguiente, las perspectivas de creación de empleos y, cual fuese compromiso de campaña proselitista, de ampliación de un mercado interno para México.
Culpan los tecnócratas a la desaceleración de la economía mundial, particularmente la de los Estados Unidos –que en realidad va al alza–, pero no se responsabilizan de la situación, cuando saben perfectamente que esta nueva fase de la ya casi cincuentenaria crisis mexicana obedece a la astringencia presupuestal que, para no variar, también niegan.
Fue Fernando Aportela, subsecretario en la SHCP, quien salió a dar la cara, hace dos días, en conferencia de prensa. Y con relación al subejercicio del que han hecho mención diversos grupos de análisis económico, el funcionario destacó que el gasto público se ha ejercido conforme a lo aprobado en el Presupuesto de Egresos de la Federación.
“Se ha venido siguiendo la calendarización y de acuerdo al informe semestral de Finanzas Públicas el gasto programable estuvo en alrededor de 98%”, dijo tras considerar que durante la segunda mitad del presente año el gasto deberá ser mayor y deberá contribuir al entorno de mejor crecimiento.”
“ES EL GASTO PÚBLICO, ESTÚPIDO”
Parodiando a William Clinton, habría que desmentir al señor subsecretario Aportela.
Es, efectivamente, el gasto público no ejercido –aunque él diga que ya se ejecutó el 98% del mismo– el causante de la desaceleración y caída de la economía mexicana.
Y va de cuento:
En una oficina pública de alto nivel dicen sus ocupantes sí creer las palabras de los funcionarios hacendarios. “¡Sólo que nosotros estamos en el 2% del presupuesto que aún no se ejerce”, bromean.
Así por toda la geografía de la burocracia federal.
Es una crisis presupuestal provocada, me dice un analista serio. Se trata de asustar con el petate del muerto, para provocar apoyos a las llamadas reformas estructurales, dada la pésima situación económica del país.
“Si no quieres que la economía siga cayendo, apoya la reforma energética, la reforma fiscal, la reforma…”.
De ser real, el mensaje resulta contraproducente.
Sería como si el médico agravara la salud de su paciente hasta desjarlo exangüe, sólo para convencerlo de la necesidad de algunos cambios cosméticos: que por ejemplo se corte las uñas o ensaye un nuevo peinado. En cualquier chico rato, como decía mi abuela, se le muere.
La débil aplicación del gasto público es observada hasta por los miembros del Banco de México que, de acuerdo a documentos dados a conocer por la institución misma, en su última reunión de política monetaria, el 12 de julio, cuestionaron lo que hacen sus colegas en Hacienda:
La desaceleración de la economía se acentuó de manera importante en el segundo trimestre de 2013, dijeron, debido a una baja constante de las exportaciones y ante el débil gasto interno. Durante la reunión, otro miembro de la Junta de Gobierno indicó que “la recuperación de la economía podría no materializarse en las etapas iniciales del segundo semestre”.
“Finalmente, otro miembro mencionó que las perspectivas de crecimiento económico para el país han empeorado, a lo que un miembro más añadió que se han revisado a la baja los pronósticos de crecimiento para 2013”, señalan las minutas.
La caída va ganando velocidad. ¿Cuándo y cómo van a pararla?
Índice Flamígero: El Banco de México dice tener en arcas 169 mil 162 millones de dólares, de los cuales perdió la semana anterior 162 millones, apuntalando al pesito. ¿Por qué mejor, antes que seguir perdiendo, no se invierten parte de esas reservas que dicen tener en obras de infraestructura, en la creación de empleos, en detener el vertiginoso desplome de la economía mexicana?
-si es como se dce don Paco (y no lo dudo), QUE POCA !!! siempre los “intereses” de grupo sobre los nacionales.