HOMO POLÍTICUS
PAVE SOBERANES
- Escisión de MORENA, Revocación de Mandato y Sucesión Presidencial
Las urnas de votación convertidas a protesta masiva y silenciosa o degradación de los procesos electorales. Escribiendo consignas en lugar de marcar candidatos, revela un desencanto social profundo y un desplazamiento del acto cívico hacia el acto simbólico.
Buzón de protesta masiva fue la elección judicial: «Vengo obligado por el gobierno», «Te cambio mi voto por una mujer desaparecida», «AMLO respeta a México», «La justicia no debe ser política», «Vivan las madres buscadoras», «Mi voto para las personas desaparecidas», «No hay justicia ni independencia», «No hay patria si no hay justicia», «Con odio y tristeza», «Con rabia y repudio», «Ministros por acreditación, no por votación», «Te cambio mi voto por un tratamiento para un niño con cáncer», «El gobierno está cooptando al poder judicial», «Esto no es una elección, es una imposición», «Fraude», «Morena destruye la república».
Este uso de la urna para otros fines no es nuevo en contextos autoritarios o de regresión democrática. La diferencia aquí es la coherencia del mensaje colectivo, que no parece espontáneo, sino coordinado o al menos ampliamente compartido: un reclamo directo al poder.
El 1 de junio último, 13 por ciento de los mexicanos empadronados salieron a votar. La lista nominal presentada: 97 millones 785 mil 913 electores. Los votos nulos ganaron a los dos de candidatos más votados que serán ministros de la Corte. Diez millones 278 mil votos fueron nulos. A los votos nulos se sumaron 11.3 millones de boletas sin marcar. Veintiún millones de papeletas no contribuyeron a elegir a ningún candidato a ministro de la Corte. La reprobación ciudadana debió anular la elección judicial. La narrativa del respaldo popular hecho trizas.
Con tales numerales, ¿quién se cree el 80 por ciento de aprobación presidencial y 55 por ciento de popularidad de MORENA-gobierno? Los votos nulos fueron más que los afiliados válidos de MORENA al Registro Nacional de Militantes, que llegó a cinco millones este año, de acuerdo con la dirección nacional de ese partido. Políticamente es devastador: el gobierno promovió una elección, y la ciudadanía respondió con abstención activa o anulación contestataria.
Lo que viene es terreno minado. La obligatoriedad de la CURP biométrica para 2026 y la transformación del INE en INEC, atraerá menos votantes en las intermedias de 2027, aún con acordeón. La mica electoral sólo servirá para votar, mas no para realizar trámites.
Si MORENA-gobierno busca abstencionismo en las legislativas, lo tendría también en las presidenciales. El abstencionismo alto lleva al triunfo, pero no hay garantía con la Cuatroté que tiene todas las instituciones en un puño, pero no la voluntad popular. A menor el número de votantes, más previsible el resultado… siempre que se controle el aparato electoral. Ni las bases morenistas se volcaron a las urnas el 1-J. Lejos de modernizar, el plan parece diseñado para disuadir la participación y reducir la capacidad ciudadana de verificar y decidir.
El tiempo institucional lo mide MORENA por el retroceso. Los concursos electorales venideros son una bomba de tiempo, de las muchas bombas de acciones gubernativas en peligro de estallar. Se van a necesitar perfiles idóneos para competir en las urnas, no mas improvisados.
La preocupación en El segundo piso de la transformación es la escisión. El candidato opositor podría salir de sus propias filas y desdibujar al lopezobradorismo-claudismo, como cuando en 2012 el patriarca salió el PRD junto a miles.
Las dos elecciones esperadas pueden ser el espejo de una coreografía sin alma, donde el descontento social se expresa más que la voluntad política. El peligro es que se colapse en su propio simulacro de consulta popular para la revocación de mando presidencial.