Francisco Gómez Maza
• El Turismo, contagiado por covid-19
• Remesas de migrantes, a toda vela
La actividad turística es una de las ramas de la economía nacional que más han sido afectadas por la pandemia de coronavirus, en éste poco más de un año de parálisis forzada, so pena de incrementar el número de contagios y fallecimientos por la acción del covid-19.
Miguel Torruco Marqués, secretario de Turismo, tendría que estar muy inquieto por los números negativos que ha estado cosechando en lo que va de la pandemia y le urgirá ya que se abran los centros vacacionales, aunque fuera con restricciones para guardar la sana distancia y evitar contagios que conlleven graves y fatales consecuencias. Y habrá qué imaginar algo genial porque los trabajadores del sector van a terminar muertos de hambre y los empresarios que, para ser sinceros, nunca pierden y si pierden, como el Jalisco, arrebatan, puedan ampliar sus inversiones para que la actividad repunte no a como dé lugar.
Pero a la realidad no la pintan calva. La dibujan desnuda. Cruel. Sin esperanzas. El turismo y el transporte turístico languidecen:
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer, este lunes 10 de mayo, datos muy negativos del comportamiento de la actividad turística, medidos por la cantidad de viajeros que arriban al país, así como la cantidad de viajeros fronterizos.
El INEGI levanta, sobre este sensible tema, dos Encuestas de Viajeros Internacionales (EVI). Una es la llamada Encuesta de Turismo de Internación (ETI); la segunda es la Encuesta de Viajeros Fronterizos (EVF). Y tales levantamientos de información son el único modo, y bastante acertado, de conocer el movimiento de pasajeros extranjeros, que presuntamente vienen a sitios de descanso y esparcimiento, en la geografía nacional.
El levantamiento de estas encuestas tiene la finalidad de dar a conocer el número de visitantes internacionales que ingresaron y salieron del país, así como los gastos realizados por estos:
Durante el mes de marzo de 2021 ingresaron al país 4,208,691 visitantes, de los cuales 2,284,080 fueron turistas internacionales.
El ingreso de divisas referente al gasto total de los visitantes internacionales reportó un monto de 1,234.2 millones de dólares, lo cual significó una variación anual de (-)10.1 por ciento.
El gasto medio realizado por los turistas de internación, que ingresaron vía aérea, fue de 1,042.61 dólares, con un incremento de 2% en marzo de este año respecto a igual mes de 2020.
Las divisas que salieron del país por concepto de visitantes internacionales fueron de 283.3 millones de dólares, cantidad que representó una caída anual de 39% en el tercer mes del año en curso. Datos duros. Cifras negativas, que no revelan nada bueno para un futuro inmediato, pues mientras las personas no se hayan vacunado en rebaño y se manifiesten inmunes a la acción del SARS-Cov-2, no se podrá tener ninguna certeza de que vayan a disminuir de manera importante los contagios. Nunca como ahora podía haberse confirmado aquel axioma que dice que lo único seguro del futuro es la incertidumbre.
Pero no todo es incierto, queridos amigos. Acabamos de enterarnos que los ingresos de divisas por las remesas familiares (los dólares que los mexicanos en el exterior envían a sus familias en sus pueblos de origen duplicaron las fugas de capital impulsadas, éstas, por diversos factores como las tasas de interés o el temor por las políticas públicas del gobierno mexicano.
Miren si estos datos no son una chulada: Inversionistas de postín sacaron de la economía y enviaron a mercados del extranjero, de enero a marzo, una nada despreciable cantidad de 104 mil 138 millones de pesos en bonos.
En contrapartida, los trabajadores mexicanos que viven en el exterior, particularmente en Estados Unidos, enviaron, en los primeros tres meses del año, diez mil 623 millones de dólares, lo que pesos mexicanos son más o menos 213 mil 500 millones de pesos. Poco más del cien por ciento por encima de lo que los especuladores sacaron de la economía nacional.
O sea: una de cal por dos de arena.