* ¿Cuánto le cuesta la corrupción a México, y los moches, y la guerra al narco? Joder las pensiones de la tercera edad, como si sus montos fueran de Primer Mundo, buscar que paguen otra vez impuestos, equivale a violentar los derechos humanos de aquellos que ya no pueden defenderse, a menos de que tengan la vitalidad de Javier Sicilia
Gregorio Ortega Molina
Es cierto, EPN inició su sexenio a tambor batiente, acompañado del ruido causado por el éxito, pero el final parece ir en sentido contrario, hundido en el estrépito del fracaso, con la perniciosa idea de usar la victoria electoral de Trump como pretexto para la devaluación real del peso. La culpa, siempre, la tiene el otro.
Todavía insatisfechos con el perjuicio causado a la sociedad en general, ahora parecen querer ensañarse con los integrantes de la tercera edad; tanto les preocupa el gasto que generan, que Carlos Noriega, titular de Amafore, grita a voz en cuello la necesidad de aumentar la edad de retiro de 65 a 67 años, modificar los beneficios y cobrar impuestos a las pensiones, por lo que propuso que los sistemas de contribución definida (Afores) y de beneficio definido (IMSS) deben ser revisados.
El señor Noriega debe tener su propio plan de retiro, pero si hacemos cuenta que el 95 por ciento de los burócratas alcanzan una pensión máxima de 21 mil pesos – las excepciones están en el Poder Judicial y en esos políticos corruptos que armaron su cochinito, como el de Javier Duarte de Ochoa- después de más de 40 años de servicios o haber alcanzado los 65 (periodo durante el cual fueron causantes cautivos, por lo que puntualmente les retuvieron sus impuestos), ¿deben, otra vez, convertirse en víctimas del saqueo fiscal, si con el tope de pensión ya no se puede vivir con decoro?
Indica la información que Noriega sostiene que en las autoridades -de la Secretaria de Hacienda y el Congreso de la Unión- hay efervescencia sobre la necesidad de ese cambio. Dice apostar a que los economistas están convencidos de que hay que hacerlo, pero la pregunta es cómo hacerlo y ni siquiera les preocupa el cuándo, porque existe la percepción de que se volvió urgente.
Los datos duros alarman: “Para el pago de pensiones se destinan alrededor de 780 mil millones de pesos anuales. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el déficit fiscal por pensiones se incrementará en un punto porcentual como proporción del producto interno bruto (PIB) durante los próximos cinco años, y empezará a disminuir gradualmente hacia 2040”.
¿Cuánto le cuesta la corrupción a México, y los moches, y la guerra al narco? Joder las pensiones de la tercera edad, como si sus montos fueran de Primer Mundo, buscar que paguen otra vez impuestos, equivale a violentar los derechos humanos de aquellos que ya no pueden defenderse, a menos de que tengan la vitalidad de Javier Sicilia.
El costo anual de la corrupción está calculado en 740 mil millones de pesos anuales, pero ¿quién se atreve a romper con la impunidad y acabar con los corruptos y los corruptores? Que se jodan los jubilados.