El lunes de esta semana desde Washington, Estados Unidos, el señor Felipe Calderón de gira por ese país pronunció un discurso como tantos, y me refiero a espacio y tiempo, porque aunque enunciar fantasías o sucesos de un México irreal en nuestro propio territorio no es inusual, si es poco cotidiano; sin embargo, hablar de la pujanza de México desde el extranjero, es para muchos de nuestros políticos y gobernantes práctica común.
Calderón participó en calidad de conferencista en el Consejo de Relaciones Exteriores y ahí, frente a empresarios, funcionarios estadounidenses, periodistas y académicos afirmó nada más y nada menos que “una segunda transformación profunda que se está dando en México, es que nos estamos convirtiendo en una nación de clase media. Por supuesto, esto no significa que hemos terminado con la pobreza de una vez por toda”, y abonó señalando que en los últimos años, las casas mexicanas –se corrigió por hogares de houses a homes en el idioma inglés–, mejoraron su nivel de vida al tener mayor acceso a créditos o compra de viviendas, de automóviles, de electrodomésticos y computadoras, e incluso a servicios de entretenimiento, salud y educación.
Pero un día después de escuchar las puntadas calderonistas –insisto, nada inusuales en quienes intentan con palabras y no con hechos justificar sus acciones–, desde el área académica del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), al señor Calderón le enmiendan la plana y se anuncia con base en análisis y proyecciones, que al término de este sexenio la suma de los mexicanos en condiciones de pobreza llegará a los 60 millones.
El TEC como coloquialmente se le llama a este centro de educación superior, también abonó en refutar la cifra de crecimiento gubernamental misma que está estimada y muy cantada por arriba del 4%, cuando los académicos no la sitúan más allá del 2.1%.
El tema laboral en cuanto a remuneraciones y la ahora tan comentada reforma, es también punto toral del estudio del instituto universitario, y acota que los sueldos de la alta burocracia han forjado la terrible brecha entre pocos que tienen mucho y la gran mayoría que a más de tener poco, estamos en la escalera con dirección de descenso.
Sería utópico pensar que el TEC de Monterrey como una de las más caras y reconocidas instituciones de instrucción media y media superior se lanza a contradecir cifras de la administración federal nada más por el puro espíritu de investigación, académico y de la incontenible realidad. Este negocio ha tenido grandes mermas económicas durante este sexenio panista.
Hay quienes dicen que el asesinato de dos estudiantes de posgrado al interior de las instalaciones del TEC en el 2010 provocó la disminución de la matrícula y por ende que el negocio más que crecer, fuera a la baja; sin embargo, al colegio de orden privado le ha pesado más la terrible crisis económica que se vive en la mayoría de los hogares mexicanos e inhibe el pago de colegiaturas excesivas, que directamente la violencia instalada en todo el país.
Entre tanto, Felipe Calderón recorre el último tramo de su administración huyendo de sí mismo, con los discursos que salen de su boca.
Acta Divina… El pasado mes de junio, el presidente Felipe Calderón señaló que se crearon 91 mil 500 nuevas plazas de trabajo en todo el país por lo que sí cumplió en ser el presidente del empleo.
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– este tipo deberia darse pena propia, como si la audiencia del Foreign Affairs fueran una punta de tontejos…
Ahora mismo está dando un discurso en la ONU regañando a todos.