Dios como prenda de campaña política
Mientras la iglesia pretende que los prelados mexicanos aspiren a cargos de elección popular cobijados en los derechos civiles de éstos, en los Estados Unidos, en plena campaña presidencial, los políticos se alejan de Dios.
En un país mojigato, como éste, pensar el deslinde con la deidad parecería una afrenta a su historia y a la fe, sin embargo, cuanto mas avanzan las campañas del actual presidente Barack Obama, demócrata, y del republicano Mitt Romney el tema se trata con tiento.
Me llamó la atención la acuciosidad con que los operadores de la campaña republicana, durante su convención en Charlotte, Carolina del Norte, contaron el número de omisiones de la palabra Dios en las intervenciones de los oradores en el foro principal.
El presidente de la Asociación de Ateos se refirió al hecho de la siguiente manera: Estamos satisfechos porque los demócratas estén dando la apertura a la separación del estado de la iglesia. Es grato que esta providencia sea incluyente para toda la sociedad, sin depender de iniciativas basadas en la fe. Dependerá del Señor Obama, que esto se haga realidad.
El señor Obama no se prestó al juego de los ateos que solicitaban apoyo a esa guía.
La Casa Blanca pinceló el uso de la palabra Dios. Sin nombre, ni credo, ni religión. Dios solamente. El partido demócrata de plácemes por el impacto negativo que podría causar durante la contienda electoral, utiliza ahora, como consideración oficial; God given (regalo de Dios)
El conservador Paul Ryan, vicepresidente candidato, cayó también en la cuenta de las omisiones de la palabra Dios al concluir la convención republicana en Charlotte, y expreso: “Me parece bastante peculiar, sin duda hay innumerables menciones sobre el gobierno y me responsabilizo por cuestionar a qué se debe esta exclusión de Dios.”
La caída posterior en las encuestas a la convención republicana en Charlotte, no se debió a la omisión de la deidad en la retórica política, sino a las imprudentes declaraciones del candidato presidencial, Mitt Romney, relativas al asesinato del embajador Stevens en Libia y el asalto a la embajada en el Cairo.
Sin embargo, el distanciamiento de la palabra Dios es cada vez más palpable, será en verdad la aurora de la separación plena del estado y la iglesia norteamericanos.
La premisa sugiere más dudas que realidad. Cómo “borrarle” a todos los billetes la leyenda “In God We Trust.” Que si bien, la legendaria frase tuvo un origen peculiar.
El presidente Lincoln, allá por 1864, nombró a, James Pollock, un cercano amigo director de La Casa de Moneda. Por la cercanía con el presidente en funciones, sabía que su filiación al partido republicano era por conveniencia no por convicción, además, el lema de “In God We Trust”, atraería simpatizantes al rebaño de Abe.
Así las cosas entonces, hoy, el candidato republicano no sabe qué hacer al respecto.
En sus malabares con ésta papa caliente, se le ha ocurrido decir ante sus seguidores; “No eliminaré a Dios de nuestras monedas.” “No sacaré a Dios de mi corazón.”
Si bien, temas como el matrimonio entre parejas del mismo generó y el aborto, no se llevan muy bien con determinados preceptos religiosos, la realidad es que a, “Papá Dios,” de acuerdo al foro adonde se presentan los candidatos lo omiten o lo utilizan como una herramienta electoral.