Este 21 de marzo nada es más importante y urgente que recordar el legado de Benito Juárez, el político, el libertario. Contrastar su figura con la miseria rampante de quienes han secuestrado la voluntad y el poder de los mexicanos para poner en su lugar la representación del entreguismo y la zafiedad, de la ignorancia y la ambición sin límites.
Es un honor para los mexicanos bien nacidos recordar a un héroe del tamaño de Benito Juárez. Nadie es tan universal como él. Es la medida para calificar a cualquiera que se precie de estadista. Su legado constituye un reto y un recuerdo permanente para defender la soberanía y la independencia nacional. Es la antítesis de la deshonestidad, de la rapiña y del rostro que tienen hoy los vendepatrias.
Suprimió los fueros; EPN se los devuelve al Ejército
Juárez fue el primer ciudadano de una República que hasta entonces sólo existía en el pensamiento de quienes, como él, participaron en la lucha con su pueblo. Representa el poder civil por excelencia, es –en palabras de Jesús Urueta– la conciencia nacional.
Su lucha perseverante por la abolición de los fueros subraya su aspiración de ver instaurada la igualdad de los mexicanos como el único fundamento posible para la existencia del país. Su confianza en la ley como el supremo recurso de una nación es el motivo por el cual los mexicanos no lo podemos convertir en piedra.
La Ley Juárez, es decir, la supresión de los fueros militar y eclesiástico, para vergüenza de los contemporáneos, es una normativa incumplida. Al contrario, los entreguistas abogan por la consumación de esas iniquidades, al presentar iniciativas que responden a intereses extranjeros, y que consolidan la fuerza de grupos golpistas y ajenos a nosotros.
“No pensar en sí mismo”: Juárez. Atracar para él mismo: EPN
Quedan como una lápida sus palabras: “Luchar contra las dificultades, tal es la obligación que me impone el voto, porque el patriotismo no debe medir el tamaño de los sacrificios, ante la salud de la República el hombre no debe pensar en sí mismo, ni tener en cuenta sus conveniencias”. Demasiado peso en la barca de los de Atracomulco.
Él pertenece no sólo al pueblo de México, sino a todos los pueblos explotados y sojuzgados; no es el apóstol regional de una filosofía interna, su pensamiento político tiene validez tan amplia, que las nuevas concepciones del derecho internacional: la posibilidad de la convivencia pacífica, se asienta en sus concepciones.
Todos lo han hecho suyo, menos nosotros, que teniendo a un héroe de su altura no sabemos respetar su legado. El Cerro de las Campanas sería poco para emprender el inmediato fusilamiento de toda la pandilla de entreguistas y depredadores asquerosos que sepultan en la indignidad a esta Nación.
Juárez creó el Estado de Derecho. EPN se lo pasa por el arco…
Juárez es rebeldía y voluntad contra la injusticia. Conducta sin dobleces. Demanda social, limpieza en la administración de la justicia, sentido de responsabilidad, serenidad para pensar y actuar en forma creativa. Es el hombre de Guelatao, medida de la realidad, sentido de la historia patria, epitafio para los aventureros y descastados.
Juárez creó el hoy tan cacareado –pero no respetado– Estado de Derecho, fundó la nacionalidad mexicana, defendió la República y custodio la soberanía y el patrimonio común de los mexicanos. Definió, desde hace ciento sesenta años, nuestro rostro ante el mundo. Todas las acciones del gobierno toluquita se enfrentan sin éxito a la herencia juarista.
Muy lejos de su legado, una patria entregada, gobernantes apáticos para defender los derechos de los connacionales, impávidos ante las agresiones, corruptos para aplicar la justicia en el interior, mansos para dejarse avasallar por el enemigo externo, saqueadores de los dineros de la Nación, subastadores de la soberanía.
Juárez salvó a la patria de los extranjeros. EPN se las entrega
Sin embargo, Juárez sigue siendo el ejemplo inmanente, indeclinable, para las generaciones futuras. Su recio carácter, energía política y patriotismo, son los paradigmas fundaménteles en los que se debe pensar en estas horas aciagas para nuestro país. Parecen palabras tan lejanas, que ya no se oyen por estos rumbos del rancho grande.
Pero Juárez salvó a su patria de un extranjero mucho más poderoso y dominante que los actuales enemigos esquizofrénicos de la Nación, ante quienes los de Atracomulco se doblegan sin chistar. Dedicó a sus conciudadanos la existencia entera y le dio a la patria un nombre que no tenía en su azarosa historia.
Dejó leyes donde no las había y una República donde, como hoy, sólo existían los restos de una colonia, presa de todos los apetitos, botín de los testaferros y de los oscuros intereses de las empresas transnacionales. Su nombre sigue siendo el dique para las ambiciones desbordadas de los tiranuelos y de los depredadores internos.
Juárez es imagen viva de optimismo. EPN, de pusilanimidad
Desde su muerte, Juárez ha pasado por todas las pruebas. Loas y alabanzas, diatribas e insidias, pero los pueblos emergentes lo mencionan sin tregua, considerando al hombre de Guelatao como la más pura expresión de la lucha por la libertad, por el pan y por la paz.
Contra los falsos y los entreguistas incondicionales, contra los conspiradores de opereta bufa, contra los demagogos y oportunistas, su nombre sigue pronunciándose en el extranjero, no aquí, como el sinónimo elocuente contra las agresiones extrañas, como la bandera de la razón, la justicia y el progreso.
Su figura es ejemplo de valores que aún nos enaltecen como pueblo, independientemente de los programas de los zafios. Nos ofrece pautas de conducta, es imagen de optimismo, de decisión emérita, símbolo que alienta los valores más profundos de la mexicanidad, tan vituperada por los ñoños anexionistas.
Juárez la memoria de salvar al país. EPN lo ha destrozado
Juárez es, sin lugar a dudas, el catálogo de lo que falta para engrandecer al país, tan destrozado por las pendejadas inauditas de una pandilla que arremete a diario contra los fundamentos políticos de esta Nación, defenestrada por quienes todavía no la comprenden. Un grupo de bandoleros que ha pasado por encima de sus proclamas esenciales para sobrevivir.
Representa el lugar del no retorno. La marca país que nunca debe quebrantarse, el orgullo del recuerdo, la memoria que nunca debe abandonar a los mexicanos cuando se trata de salvar al país y borrar la impronta de la traición toluquita.
México tiene arrestos y visión de futuro. El mundo no es Toluca
Ojalá haya mexicanos que recuperen en el futuro inmediato ese legado. Que le demuestren al mundo que no hemos perdido la conciencia de nuestro origen, que no somos parecidos a quienes hoy nos deturpan y nos venden en retazos. Que todavía tenemos esperanzas de juzgar a quienes pretenden borrarnos del mapa.
Que México tiene arrestos, perspectiva y visión de futuro. Que el mundo no empieza y acaba en Toluca.
¿O usted qué hubiera hecho?, pregunta el entreguista de Los Pinos.
Índice Flamígero: Al primer toluquita del país lo han invadido el rencor, la ira y el odio, muy probablemente a causa de la frustración que lo invade. Ahora le ha dado por criticar a quienes lo critican. Hace unas semanas, por ejemplo, Peña Nieto criticó que cuando suben los servicios es nota de todos los días, pero no cuando bajan, en referencia a los disparatados precios de los energéticos y su posterior disminución en uno o dos centavitos. Nuevamente, el sábado, EPN se lanzó contra quienes abominamos la llamada reforma energética: “Quienes afirman que el sector energético y Pemex no debieron abrirse a las alianzas y a la inversión privada obran por irresponsabilidad o bien por desconocimiento, apostándole al aplauso fácil, sin importarles que se seque nuestra producción petrolera y que con ello se vean comprometidas las finanzas y la viabilidad de esta gran empresa de los mexicanos”, dijo. + + + “Juan Zepeda, candidato del PRD a la gubernatura del Estado de México, evalúa declinar, en asombroso acto de malabarismo político, a favor de Josefina Vázquez Mota del PAN o Delfina Gómez de Morena…”, escribe don Alfredo Álvarez Barrón. Y El Poeta del Nopal fulmina al perredista:
En negociaciones duchos,
la tribu no discrimina,
el PRD de Los Chuchos
¡ante cualquiera se empina!
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