La vileza de las posiciones políticas sobre los acontecimientos mundiales, contrarias a todo principio elemental de México como país en busca de su independencia, son absolutamente execrables. En su alocada búsqueda del poder, Luis Videgaray ha llegado al extremo de plegarse como perrito faldero a las obsesiones y desvaríos de Donald Trump, un auténtico pelmazo ya desacreditado e inútil para cualquier causa.
Los ridículos del anaranjado neoyorquino, tan criticados en los Estados Unidos hasta por muchos de sus electores republicanos, se replican en nuestro país como si se tratara de artículos de fe, sin salirse un milímetro de la raya marcada. Son verdaderamente una vergüenza nacional, que nos pone en el mundo como lazo de cochino.
Porque, oiga usted, eso de llegar al extremo de exigirle oficialmente a Corea del Norte que se desarme, de apoyar hasta la indignidad el bloqueo económico que Trump propone para Venezuela, de impedir a los ciudadanos mexicanos que viajen a Venezuela, de apoyar cuanto dislate se le ocurra a Trump es no sólo ridículo en grado de excelencia , sino lamentable.
Forma parte de la catarata de zarandajas, de la mole de pendejadas que ya pueden ir apuntándose en el mazo de lo que nos espera con el pretendido triunfo de Videgaray, o de quien él imponga como candidato del PRI en el 2017. El guadañazo mortal, que ya pende como espada de Damocles sobre nuestras cabezas. Ciento 25 millones de mexicanos en el país y en el extranjero, serán el caldo de cultivo de esas ignorancias y ambiciones sin recato.
Las ideas de Dick Morris, replicadas por Fox, fueron trampa mortal
Desde la publicación del libelo Juegos de poder, redactado por el “embajador” de la Coca Cola en México, Dick Morris –estratega e ideólogo del pelmazo Vicente Fox, el emblemático alto vacío de la política mexicana– se definió la conquista del mando por ignorantes insaciables, oportunistas sin freno ni mecate.
El método funcionalista, de alguna manera hay que llamarlo, creó muchos mitos que han fascinado al votante de la clase media hoy sumamente arrepentida, aquí y en el extranjero. Entre ellos, que la concentración del ingreso y la acumulación creciente de capital eran la condición indispensable para la grandeza de las naciones. Una trampa mortal.
Que el atraso de los países pobres se debía a que no se ajustaban absolutamente al modelo de crecimiento del federalismo estadounidense; que todo era cuestión de aplicar los préstamos atados y teledirigidos del Banco Mundial; que las etapas del crecimiento tenían que plegarse a rituales hasta postergar la distribución.
De ahí se derivaron la educación sin planeación, el crecimiento hacia afuera, el abandono del campo y de las actividades agropecuarias y la incineración del mercado interno, así como la cancelación de proyectos estatales productivos, el crecimiento desenfrenado de la deuda externa sin consultar a nadie, haciendo todo a nuestras espaldas. Lo peor: la demencial demolición del Estado nacional y sus esperanzas.
Ponderan la educación en el Imperio de las clases dizque dirigentes
El ejemplo, uno entre muchos, es la entrega incondicional del petróleo y de todas las actividades de extracción básica en la minería, el gas, el uranio, los yacimientos insondables de nuestra geografía vasta y ubérrima, que llegó a aconsejar a Odebrecht que invirtiera su dinero mal habido en Latinoamérica para apoyar las ambiciones de un junior ignorante como Emilio Lozoyita.
Siempre inyectando ese veneno publicitario que significa ponderar esquizofrénicamente la educación de las clases dirigentes en las metrópolis –un verdadero amaestramiento a las mascotas del Imperio–, viendo el gran resultado que había tenido para los intereses financieros yanquis la asunción en nuestro trono de Carlos Salinas de Gortari, un sujeto abominable, pero con título hechizo de doctor en economía por Harvard… ¡con una tesis de John Womack sobre algunas aristas de la biografía de Emiliano Zapata!
Clases medias mexicanas quieren abrazar el american way of life
La adopción de los fracasos del estilo y modo de vida americano ha sido un espejismo de cientos de años que las clases medias mexicanas han tratado a todo costo de engullir. La economía mexicana y el trabajo de los enormes migrantes que han salvado de la hambruna a ese país, han demostrado hasta la saciedad cuán equivocadas han estado siempre.
El engaño ha funcionado de una manera desquiciante. Han querido explicar todo a base de minimizar los acontecimientos frustrantes en la epidermis de la Unión Americana, jamás han entrado al fondo de lo sucedido. Sólo faltaba que el lector acudiera a los cajones de Sanborn’s para comprar y leer vorazmente los Juegos de poder del engañobos Dick Morris… y votar por el encadenamiento al cabús estadounidense: Salinas, Zedillo, Fox, Calderón, Peña Nieto, y ahora Videgaray, todos coyotes de la misma loma.
Los gabachos, auténticos patrones de nuestros capos y caporales
Hemos caído en una trampa mortal inocua e infame, debido a que nuestros tres mil kilómetros de frontera parecen más un dogal que una puerta para conquistar con nuestros productos y alguna simple tecnología el gran mercado de consumidores estadounidenses, que sólo hemos repletado de fina droga asesina y encadenadora…
… al gusto de los distribuidores, los aparatos de poder policíaco gabacho, los patrones auténticos de nuestros capos y caporales, esos testigos de cargo que después contratan para agarrar de los tanates a nuestros próceres, como ya tienen agarrados a los cómplices propiciatorios, Enrique Peña Nieto, Videgaray, Osorio Chong, Meade Kuribreña, Nuño y toda esa ralea de descastados ambiciosos, a los que su alocado apetito de poder los enceguece.
Imitan todo… hasta los denuestos de Trump contra la prensa crítica
Antes de morir, José Saramago, el inolvidable escritor portugués, ya había dicho que nuestra democracia era del reino de las fantasías infames. Nunca hablaba de tendencias ideológicas, de planes de gran visión, de propósitos nacionales, de reivindicaciones populares, de economía nacional, de motivaciones estratégicas ni de real política.
Todo giraba alrededor de comentarios a modo, más o menos biográficos y esquemáticos de los acontecimientos, relatados a modo de novela, desde luego, sin esa magia literaria, sino de manera ramplona, rastacuera, entreguista hasta la indignidad.
El método Trump-Videgaray lleva a los extremos de confundir al liberal con el conservador, a éste con el entreguista y a éste con el patriota, nunca separa políticas ni sujetos de diversos matices. Todo, en beneficio de que cuadre su análisis, como si los juegos del poder fueran idénticos al armado de un jueguito de realidad virtual, donde empatar los colorcitos es lo que vale.
Imitar los denuestos de Trump contra la prensa de investigación, exaltar a los mediocres, instalar en el poder a los estúpidos, de preferencia a aquéllos que lo rebasen en estulticia y mendacidad. Desaparecer del panorama el Obamacare, un intento por atender la seguridad social y la medicación de los más pobres.
Jamás podrá sustituirse el enfoque de la batalla histórica que hemos librado los mexicanos, por tiempos rápidos de acontecimientos y tweets, sino por los mensajes que siempre nos han enviado nuestra geografía explotada y lacerada, la economía política, la sociología, nuestro propio modo de pensar y de ser.
No quiere decir que lo anecdótico no sea cierto. Sí lo es, pero no deja de ser esquemático, simplón, nunca analítico. Los juegos de poder de los mexiquenses no pueden reducirse a frases huecas, a personalismos, o lo que es peor a voluntarismos, a anexionismos pedestres de pelmazos, que auguran aún mayores tragedias.
Si el Imperio vuelve a intervenir en el 2018, el guadañazo será fatal
Si los mexicanos dejamos nuestro poder de decisión electoral en manos de los descastados del Imperio, con sus comparsas del INE, el TRIFE, el toluquismo ordinario y los neos fascistas de la peor ralea que hayamos conocido, el guadañazo que viene será letal. Aún es tiempo de hacer conciencia en favor de nuestros hijos, y de los hijos de éstos.
¿Usted qué haría?, pregunta el que blande la feroz guadaña al tiempo que sigue correteando a la diosa Fortuna desde Los Pinos.
Índice Flamígero: Muy oportuna la transcripción de la conversación telefónica que a finales de enero sostuvieran Donald Trump y Enrique Peña, dada a conocer ayer por el Washington Post. ¡Justo cuando están por iniciarse las negociaciones del nuevo o “modernizado” TLCAN! Sumiso, EPN aceptó que el entonces nuevo ocupante de la Casa Blanca le prohibiera hablar del muro fronterizo y que dejara la cantaleta de que México no pagaría por él. Más aún, fue tajante cuando le espetó “en lugar de decir ‘no lo pagaremos’, deberíamos decir ‘lo solucionaremos’.” Desde un plano de superioridad, permitida sin chistar por el ocupante de Los Pinos, el magnate neoyorquino trató a quien dice ser el Presidente de México. Ahora se entiende que en la reunión del G-20, hace unas semanas, Peña haya felicitado al Orange Trump “por su política migratoria” que, si bien no fue en una nueva llamada telefónica, sí debió darse en esos términos, mientras millones de mexicanos que huyeron de su país de origen por las políticas entreguistas, corruptas y valemadristas del interés nacional de tipos como el atracomulca, sufren discriminación, persecución y expulsiones. ¿Por ello fue, señor EPN, que felicitó a DT? + + + Y bajo el sugerente título “Copete Metiche”, desde Torreón, Coahuila, escribe don Miguel Ramírez: “Más de 90 mil asesinatos se han cometido hasta lo que va del presente gobierno. Esta cantidad incluye a 36 periodistas. La muerte de algunos de ellos ha quedado impune. Se ha demostrado, claramente, que el gobierno espía a periodistas y a quien considera sus críticos. En la compra del programa necesario para hacerlo, se incurrió en un acto de corrupción, pues una de las empresas involucradas es de papel. Lo sucedido en el socavón del Paso Exprés de Cuernavaca demuestra que la corrupción del actual gobierno llega hasta sus más altos niveles y la investigación que se está realizando para encontrar los culpables es engañosa ya que no tocará a los verdaderos responsables. Se siguen presentando elecciones que dejan mucha duda acerca de su legalidad. Y así como lo anteriormente descrito hay infinidad de calamidades y delitos que afectan a la sociedad mexicana y ante los cuales el gobierno ha quedado estático. ¡Ah, pero eso sí!, se da su tiempecito para meter su copete en otros países y criticar lo que en ellos sucede.” Es por órdenes de los gringos, don Miguel. Es por eso.
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