Quienes culpan a AMLO de la muerte de los Morenovalle, tienen la misma equivocada visión de quienes culpan a Carlos Salinas de la muerte de Colosio: Es AM, quien más pierde con la muerte de Alonso (es absurdo rebatir aquí para responder, las advertencias recomendadas por la policía científica: la investigación debe guiarse por el beneficiario ¿Por quién más?).
Que su triunfo “claro, rotundo e inobjetable” como fue, ya venía ensuciándose con los arrebatos e insurgencia democrática de su viejo compañero de lucha, Miguel Barbosa, que por una elección, de entre todas de Puebla y de entre todos los gobernadores ¿Valía la pena cuestionar todo el legado electoral? Hasta ser señalado, irresponsablemente, su naciente gobierno de asesino, no, no era previsible pero sí evitable.
Pero AM apoyó -toleró- la impugnación con toda fuerza de su candidato. Social, mediática y jurisdiccionalmente. No sólo eso: No asistió ni a la toma de protesta (¡El pecado!)… ¿Abundar en paralelismos? Aguantar berrinches ¿No estuvo la experiencia del Canciller allí? Generó ánimo. Se descompuso el ambiente.
Agjscht! Seguir esa lectura tiene el doble riesgo de no resolver lo que en 24 años no se ha resuelto y ensuciar de nuevo el tránsito a la democracia, que de 1994 a la fecha, estuvo sustentada en ese crimen. Y más bien, banalizar la 4T y fundarla en un martirio. Lo que la investigación del Sr. Presidente no debe ignorar ni permitir: Cueste aún más, de lo que cueste.
Además, otras líneas de investigación, exigen atención: ¿Acaso esto debiera remontarnos al abuelo del exgobernador de cujus? Cuando los gobernadores sí mandaban. Tiempos de cuerpos policiacos, por cierto, bastante militarizados. Tiempos indómitos en que se ultimaron muchos luchadores de ambos bandos… sacrificios nacionales y humanos, cuya naturaleza me permito evadir y cuyo dolor nos conforma e inconforma, aún ¿Acaso esta inconformidad no fue tomada en cuenta?
Hay aquí confluencias que no señalaré por falta de precisión. Apuntaré esa otra línea de investigación que avanza, o quiere avanzar: los huachicoleros: Los taxistas de la capital, en Puebla de los Ángeles, le comentaban a uno, hace meses, antes de la elección, que Moreno Valle había logrado tranquilidad al permitir que los huachicoleros “hicieran su trabajo”, sin cometer otros delitos en el Estado, como asesinatos y secuestros y que esto había tenido éxito. Pero que su sustituto no había concertado con igual precisión y que eso había desatado una inseguridad nueva… antes de julio.
También que ciertas declaraciones evidenciaron una separación de posiciones y acuerdos políticos con la clase gobernante poblana, no entre Moreno Valle y Erika Alonso sino de los criterios gobernantes de ambos.
Ella ejercería, sin duda, un gobierno distinto en Puebla, del que hizo su esposo. Tanto en las políticas públicas como en las caras integrantes de su grupo de poder. Lo que implicaba los acuerdos correspondientes.
Son muchos cabos sueltos pero el primero que debemos precisar, pasa por desvincular qué ventajas podrían representar para el Presidente López Obrador dichas muertes. Y desmembrar dichas acusaciones, públicas y entre particulares, porque son injustas, infundadas y extralógicas, que enturbian el ambiente puerilmente y sobretodo, nos desvían del verdadero objetivo, que es determinar las causas de dicho accidente.
En mi opinión, no requiere mayor atención dichas acusaciones. Lo que sí debe ser valorado, es si el Presidente, y la 4T, quieren ser cuestionados por decisiones ajenas, que desvirtúen por completo, inicialmente, su propósito del perdón.
Aparte, ahora sí, Federalismo: Súperdelegados y regiones: De mi entrega anterior, del día 20 del mes pasado, advertí respecto de la Guardia Civil y las condiciones que el Presidente determinó para su existencia, el riesgo que representa para nuestra vida democrática: inhibir el poder civil para la seguridad pública y la militarización con que se sustituye.
Sugerí la imagen que refleja el país, este momento, en el espejo de la historia, al día en que Miguel Alemán tomó protesta como Presidente. Hoy abundo que dicho reflejo para su enseñanza, no debe ser estático, es una imagen dinámica como debemos observarla y seguirla hacia atrás (¿o no es así como aprendemos de la historia?) y para comprender mejor el mensaje e impacto histórico: Que dichas medidas aflojarán lo que está sujeto y que debe preverse en todo caso, los tejidos que sustituirán éstos, a riesgo de seguir progresivamente, hacia atrás, la fotografía de Alemán y remontar al país al momento postrevolucionario, donde las asonadas y cuartelazos eran preocupación constante.
Vinculé dicha medida con dos más de AMLO: la creación de los “súperdelegados” que efectivamente, debilitan a los gobernadores, de por sí, cada vez menos “responsables” de sus Estados, y con la visión regional del gobierno federal. Y de esta, que para su instrumentación, habrá de rediseñarse geográficamente el país, anticipando una nueva etapa de redefinición de las fronteras internas del Territorio Nacional: ¿Crearán problemas donde no los hay? ¿Necesitamos realmente todo este rediseño nacional pese a los enormes riesgos que genera, aunados a los ya existentes?
Señalé un destorno centrípeto que me remonta al 89 del siglo pasado, a Gorbachov con su Unión Soviética eufórica de glásnost y de perestroika, mientras Lituana proclamaba su derecho como Estado Independiente para definir su política económica, como primer aviso independentista… y lo que claramente anticipaba: el desmembramiento de la URSS, pues Gorbachov, en su poderoso liderazgo transformador libertario, ignoró o reusó modelar el sistema sustituto, poner pilares donde los quitaba, cuyo resultado previsible fue la dispersión de las naciones soviéticas, la abrogación del Estado mismo y peor aún, la inexistencia de un destino cierto al otro lado de la perestroika y de la glásnost ¿Qué país quedó? ¿Quién capitalizó dicha libertad proclamada? ¿Surgió un país, o países, mejores humana, social, económica y políticamente?
El paradigma aún es indefinido: Lo que antes llamamos lealtad y traición, hoy da risa, por tan inaplicable, que absurdo. Pero su naturaleza y “definición política”, hoy no son lo urgente. Es prioritario entrar al tema del Federalismo, que mencioné con todas sus letras, inéditamente, apunta a ¡la revisión de las fronteras del Territorio Nacional! ¿Qué intención es el eje de tal transformación?
Voceros ideológicos y mediáticos pronto apuntaron a dicho vacío. Ya fue señalado que hemos vivido una “permanente remodelación” de nuestras fronteras territoriales ¿De veras ha sido permanente? ¿Cuándo fue la anterior modificación de fronteras interestatales? Existe entre Durango y Zacatecas un problema de unas cuantas hectáreas que cada tanto tiempo despierta y cuyas manifestaciones alcanzan las armas ¿Hasta dónde pretende llegar la 4T en la redefinición de límites? ¿Podrá contener las fuerzas centrífugas y centrípetas que contienen al Territorio Nacional?
Simultáneamente, el desarrollo regional del país contiene en sí mismo, una fuerza de crecimiento e integración que debe impulsarse, con tal precaución, que pese a tener 50 años de haber probado su existencia científicamente, se ha postergado su esfuerzo oficial. Tenemos razón de ello, por las regiones que de forma natural sociológica y comercial, han detonado en el país, el caso de La Laguna es un ejemplo vigoroso de ello.
A la hora de hablar de la visión de regiones del país para su mejor entendimiento como nación, debe señalarse en primer término la metodología científica de la Microhistoria, sustentada por el Dr. Luis González y González, en su “San José de Gracia: Pueblo en Vilo” (1968).
Asimismo, la creación de la Dirección General de Desarrollo Regional, en 1983 (párr. 56º, y otros, Introducción, Plan Nacional de Desarrollo 1983-1988), que integró a la administración pública federal, Luis Donaldo Colosio y de la que fue su titular, tesis suya, que como el resto de su ideario, yace en el olvido. Asimismo, en el trabajo de gabinete de Luis Donaldo, hacia 1988 trabajábamos ya en el análisis por estados y por regiones del desarrollo político que podía impulsarse en ellas, descubrimos entonces, por ejemplo, regiones y estados con vocación bipartidista y otros, tripartidista, entre muchos otros aspectos.
El escenario ha cambiado mucho y AMLO tiene razón en impulsar dicha visión, siempre que sea para aprovechar mejor nuestro desarrollo y equilibrio nacional por regiones, con las precauciones propias, a cada región y a cada estado, según sus necesidades y condiciones.
Me permito advertir los graves riesgos señalados arriba y sugerir que la tendencia debe ser hacia potencializar sus recursos, a menudo más congruentes entre regiones que por estados. Pero la falta de precaución en eventos también arriba señalados, es lo que me motiva a apuntar en ellos, desde ahora, con la consciencia de que no hay pequeños asuntos que garanticen no crecer. Que tolerar es imperativo y que la gracia a los amigos, debe ser prudente, pues como la historia nos enseña, lo que es entre dos, en política, puede alcanzarnos a todos.