El cónclave rodeado de incertidumbre y misterio.
Los grupos de poder toman posición previo al internarse en la Capilla Sixtina para decidir quién será el heredero del trono de San Pedro. Los de casa, del Vaticano, conforman el poderoso grupo de los Romanos, un equipo compacto, politizado, hermético, casi intocable por el resto de los 115 cardenales que no habitan en ese Estado.
Los Reformadores, el grupo contrario, lo constituyen los cardenales que están en contra de la corrupción, la burocracia, la ineficiencia de los Romanos y la renuencia de éstos a compartir información con los demás cardenales del mundo.
Paradójicamente para los Romanos, su principal candidato es el cardenal de Sao Paolo, Pedro Scherer, de origen alemán, mientras que para los Reformadores, quién lo diría, es ni mas ni menos que el arzobispo de Milán, el erudito y muy popular teólogo, Ángelo Scola, italiano de cepa y, amigo íntimo de Joseph Ratzinger, el Papa Benedicto XVI.
El motivo fundamental de los Reformadores en la elección de Scola, es su postura inalterable en contra del status quo que rige en la curia de Roma. El arzobispo de Milán, sin ser parte de esa burocracia la conoce de sobra, de ahí, el temor de los Romanos a que sea nombrado, puesto que los temas que oscurecen a éste cónclave son; la pedofilia, el escándalo causado por los Vatileaks, la corrupción y el desaseo financiero en las arcas vaticanas.
Scola es el candidato de los Reformadores, ¿acaso para meter en cintura a la curia romana? Al menos es la intención, o, se trata del “curricán” para proteger al verdadero delfín. El cardenal de Viena, Christoph Schonborn. Hombre sabio, noble por tradición familiar, extraordinario en la diplomacia y compañero de escuela de Ratzinger. Otra vez la paradoja. Este personaje es incondicional a la candidatura de Ángelo Scola. ¡Vaya incertidumbre!
Sin embargo, son meras especulaciones, por los pasillos se murmura que un cardenal americano debería ser el próximo Papa, basado en que las Américas representan el 40% de católicos del globo. Otros inclinan la balanza a favor de un arzobispo africano, en fin, los grupos están cerrados y no dieron cabida a otro grupo más liberal teológicamente por falta de quórum. Las nubes negras que acechan el horizonte romano son las finanzas, la corrupción, Vatileaks y la pedofilia, temas mayores que mantienen a la prudencia en primera línea.
De no ser Scola o Schonborn el próximo Papa, no debe sorprender que por alguno de los siguientes personajes se emita el humo blanco, Papa Habemus; Dolan de Nueva York; Peter Erdo, Budapest, Hungría; O’Malley, arzobispo de Boston; Marc Oullet, jefe de la oficina de obispos; Leonardo Sandri, jefe de la oficina del Vaticano de iglesias del este; Pedro Scherer, arzobispo de Sao Paolo y, Luis Antonio Tagle, arzobispo de Manila.
–scola, dios quiera no. es opus dei. el imperio del dinero. erdo me gusta y schonborn, pero no tengo derecho a voto… por edad jajjjajaja.