Tomás Miklos, Adolfo Toledo y Rafael Serrano
Ante la coyuntura actual nos parece pertinente ofrecer elementos para llegar a un Acuerdo Nacional que permita realizar una gran reconversión de los servicios educativos del país. Pensamos que éste contribuye a esclarecer las actuales disputas y marcar las diferencia entre el modelo propuesto en la etapa neoliberal y la que ahora se asume, en el proyecto de la 4ta Transformación, como la Nueva Escuela Mexicana.
Para ello, proponemos una agenda para el futuro, para el siglo XXI, que exige un cambio de rumbo que cierre las brechas de la desigualdad del pasado y se incorpore a los procesos civilizatorios que trae consigo la globalización del planeta. Lo que implica construir un consenso amplio y robusto sobre el nuevo modelo educativo; el cual tendrá que emerger, ahora, desde la diversidad y la pluralidad, del mosaico cultural de nuestros territorios y de nuestros hábitats. El qué y el cómo enseñar y aprender será el producto de un amplio consenso surgido de la sociedad pero específicamente de los maestros, alumnos, padres de familia y autoridades educativas que con la información significativa de los expertos hará emerger un nuevo modelo educativo.
Al contrario de lo que sucedía antes, la Nueva Escuela Mexicana no será producto de una decisión impuesta ya sea por la autoridad educativa o por la autoridad académica sino por el acuerdo entre todos lo que forman parte del sistema educativo. Una modelo desde abajo hacía arriba y un diseño pedagógico diverso y plural, abierto a las innovaciones y a las voces y experiencias de todos. Por lo que será necesario no sólo consultar sino construir un sistema de decisiones donde todos participen. Desde esta perspectiva presentamos una agenda para construir la Nueva Escuela Mexicana:
Un acuerdo para la construcción de la Nueva Escuela Mexicana
Se propone un modelo comprensivo que formule proyectos de “intervención” educativa basados en un pacto que contenga tres principios: educación pública gratuita para todos, laicidad plena y ciudadanía plurinacional (lengua originales y lengua nacional/ vehicular). Lo que implica una institucionalidad concertada y no impuesta, un crecimiento de los recursos y de la calidad para la educación, así como un aumento de la autonomía escolar basada en un ejercicio responsable y comprometido de los docentes. Bajo esta propuesta se puede construir un nuevo compromiso por la educación que interpretamos como la Nueva Escuela Mexicana.
La propuesta del Gobierno de México para construir una Nueva Escuela Mexicana tendrá que construirse a través de un gran acuerdo nacional que logre un consenso robusto que permita emerger n nuevo modelo educativo. Veamos algunos puntos para un posible acuerdo:
- Garantizar un marco nacional de amplio consenso construido desde la comunidad escolar, de abajo hacia arriba, cuyo contenido sea la libertad de creación de las comunidades educativas en relación con su contexto, la defensa de la escuela pública y la plena escolarización sin exclusiones de edad, sexo u otra inequidad. El elemento que debe ser común es la voluntad para mejorar la educación y volverla un bien público. Aunque el debate sobre la educación, sus fines y sus modelos debe continuar, habría que acordar/aterrizar lo que habría que hacer inmediatamente, en el corto plazo y lo que debiera hacerse en el mediano y largo plazos.Todos los actores debieran suscribirlo.
- En cuanto a la calidad de la educación habría que diferenciarla de acuerdo con el sistema público y privado, así como también por la especificidad de cada comunidad escolar, sus recursos y grado de desarrollo en términos de la inclusión y la equidad para que las comunidades puedan, de acuerdo con su situación, compensar las desigualdades de clase y étnicas que generalmente refieren al fracaso//éxito escolar o al abandono//permanencia de la escuela. Lo cual significa diferenciar la evaluación y distinguir sus métodos para ponderar, estimar y calificar la educación. Una educación inclusiva debe situarse en esta mirada compleja y comprensiva sobre nuestras escuelas.
- La laicidad refiere que la escuela es un espacio libre de confesionalidad y donde puede anidarse un concepto republicano de ciudadanía y convivencia, que está separado de los credos religiosos y de las ideologías políticas, con la finalidad de construir identidades diferenciadas pero solidarias y fraternas. La escuela debe concebirse como un espacio para la enseñanza y el “cuidado” de los futuros ciudadanos, lo cual exige neutralidad y ética.
- La lengua vehicular (español) y su aprendizaje es una actividad que tendrá que convivir, en el caso de México, con las lenguas originarias; cada territorio tendrá que coexistir compartiendo diversos lenguajes bajo una hegemonía lingüistica compuesta de una mixtura blanda y dura. Dar trato privilegiado a las lenguas maternas no significa olvidar la lengua vehicular. Se trataría de potenciar los territorios bilingües sin excluir ninguna lengua.[1]
- Otro tema es el financiamiento, sobre todo porque siempre los recursos son precarios e insuficientes y motivo de descontento y malestar. Hacer sostenible una comunidad escolar implica que los recursos, aunque sean magros, lleguen a la escuela y que con ellos aumente la productividad mejorando su organización, lo que implica aceptar ciertas normas de eficacia. La manera de mejorar la escuela es reorganizar los procesos de aprendizaje, innovar, e incorporar tecnologías.
- La autonomía de la escuela refiere a que la comunidad de maestros, sobre todo, conozca, indague y aprenda en la colectividad que habitan, con la colaboración de la universidad, lo que implica una amplia autonomía de las escuelas. Evitar disolver la autonomía no es asumida por todo el colectivo de profesores y ésta se disuelve solamente en la autonomía del profesor en el aula.
- La profesionalización del docente debe estar basada en el aprendizaje colaborativo en la escuela, entendida como reforzamiento de su formación profesional que incluya un proceso de iniciación y seguimiento fraterno no punitivo que sirviera para mantener la vocación. Es decir, que permita al docente diseñar un proyecto de vida unido a su carrera magisterial. Se precisa finalmente de un compromiso colectivo, que recupere la credibilidad de las instituciones educativas por encima de ideologías que una lo deseable con lo posible y la retórica con la realidad.
Bajo estos acuerdos-principios podríamos plantearnos como inicio, resolver los problemas estrictamente educativos y detonar un desarrollo comunitario. Se parte de una cosmovisión compartida por todas las posiciones, pro y anti reforma, que integra libertad con solidaridad. El esquema propone reconocer las diferencias de las identidades, vincular las identidades diversas e integrar las libertades individuales con la solidaridad social.
Para ello se requiere de un modelo de construcción socio-cultural basado en el aprendizaje diverso que permita una intervención social consensuada y que facilite crear una nueva identidad basada en la fraternidad y el respeto a lo diferente y diverso. Se propone un escenario futurible (deseable-posible) que tome en cuenta el porvenir en su versión optimista/esperanzadora, aquella que está centrada en la creación de una economía colaborativa, con ciudadanos solidarios que usan intensamente la tecnología para conservar la vida y hacer de la existencia un tiempo feliz.
Principios para una conversación nacional sobre la reconversión educativa
- Construir un consenso amplio entre los diversos actores educativos: profesores, padres de familia, estudiantes, autoridades educativas y especialistas en educación, así como con otros miembros de la sociedad (instituciones educativas, empleadores, organizaciones civiles y la ciudadanía en general); para hacer efectivo el derecho de todos los mexicanos a una educación pública universal, laica, gratuita, obligatoria, democrática, integral, de excelencia y equitativa, basada en nuestra complejidad social y cultural; que forme mexicanos libres, prósperos y fraternos donde se respete y reconozca a los pueblos originarios y las diversas formas de organización comunitaria.
- Dar cumplimento a los Objetivos del Milenio en el Marco de Acción Educación 2030 (UNESCO): garantizar una educación incluyente y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos; con un profesorado robusto, altamente capacitado y comprometido socialmente; que ha recuperado su dignidad y es reconocido por su liderazgo moral y cívico. El profesor es el agente central de la transformación del país.
Propuesta para dialogar y llegar a acuerdos y compromisos
Ejes temáticos
Sobre la equidad e inclusión educativa
- Propuestas y acciones para respetar y reconocer la diversidad regional y cultural del país de tal manera que se favorezca, en particular, la educación indígena, respetando y preservando las lenguas, las tradiciones, las costumbres, el medio ambiente y la organización social comunitaria; se fortalezca la educación especial; así como se construyan o rea-habiliten escuelas en las zonas más pobres del país, incorporando la participación social en el diseño y práctica de las políticas educativas.
- Propuestas y acciones para convertir a las escuelas públicas en centros comunitarios de aprendizaje, abiertas a la sociedad y a la realidad donde habitan; de tal manera que éstas no sólo capaciten sino formen personas comprometidas con su comunidad, su región y su país.
- Medidas para fortalecer y promover una escuela digna y para todos; basada en la equidad y en la inclusión, construida desde las comunidades y con la intensa participación de maestros, alumnos, padres de familia, que abreve en las tradiciones pedagógicas de nuestro pasado e incorpore las novedades del pensamiento didáctico contemporáneo.
- Elaborar e implementar un plan educativo que garantice la equidad y la calidad de la enseñanza sin afectar los derechos laborales del magisterio, tomando en cuenta las propuestas alternativas de educación que cada entidad federativa ha impulsado.
- Diseñar Propuestas y acciones para tener una educación básica integral, para recuperar las raíces, con la promoción, desde la infancia, de las artes, los deportes escolares y el civismo.
- Elaborar un programa de inclusión a la Educación Media Superior y Superior que tenga por objetivo 0 rechazados. “No habrá rechazados; 100 por ciento de inscripción a todos los jóvenes que deseen ingresar a las universidades”.
- Medidas para garantizar que la educación superior sea accesible y obligatoria, respetando la autonomía de las universidades e institutos de educación superior.
- Incorporar en universidades públicas y privadas a jóvenes que deseen estudiar y cuenten con su certificado de estudios de media superior; en este sentido, eliminar el examen de acceso a las universidades públicas.
- Sobre la formación Magisterial
- Propuestas y acciones que permitan asegurar docentes capacitados, escuelas de tiempo completo, inglés como segunda y tercera lengua en las escuelas indígenas e incentivar a alumnos a través de becas que respondan a sus necesidades: libros, alimentación y transporte.
- Políticas y acciones inmediatas para fortalecer las escuelas normales y a los institutos de educación superior que forman docentes.
- Políticas y acciones inmediatas para revalorizar a los profesores y al magisterio nacional de tal manera que sean considerados como agentes centrales en la transformación social.
- Políticas para garantizar el derecho de los profesores a participar en un sistema permanente de actualización/formación continua, así como diseñar e implementar, con los profesores, un sistema para reconocer su esfuerzo y sus logros.
- Lo que planteamos es que la Nueva Escuela Mexicana (NEM) se concibe como una modelo educativo construido desde abajo, con los actores educativos en el centro y referidos a la diversidad cultural y regional de las escuelas. Para nosotros, la NEM es una escuela plural, intercultural, incluyente, fraterna y ligada al compromiso con sus comunidades, en constante transformación y de cara a los procesos de globalización. Su modelo pedagógico es producto de la tradición de pedagogías críticas, no parametrales, donde el acto de aprender es una tarea colaborativa guiada por los maestros de cada escuela y puesta al servicio de las comunidades donde están arraigadas.
- La NEM requiere de un andamiaje legal que garantice una efectiva reconversión del sistema educativo que ahora tendrá que ser flexible, dinámico, abierto, plural, democrático; profundamente solidario y fraterno. La Nueva Escuela Mexicana no es una propuesta que deba imponerse desde las autoridades educativas sino un proceso continuo de consulta y acuerdo desde las escuelas mismas, desde los Consejos Técnicos Escolares, los Consejos de Participación Ciudadana, alimentada por los especialistas e investigadores y con un andamiaje normativo que permita la participación efectiva de todos los protagonistas del acto educativo.
[1] Fernández Enguita (2018). Las tradiciones que nos oprimen. Cuadernos de Campo. Recuperado de:: https://us2.campaign-archive.com/?e=b0c61b7385&u=- 335043fe21d5257cb729ac2b4&id=41d3af3fbf