Redacción MX Político.- Ante la precaria situación económica, muchos se preguntan por qué no hay más rechazo al gobierno actual. Quizá ésta no sea tan crítica como parece. La medición estadística de la actividad económica en México tiene una limitación importante: sólo incluye actividades legales. ¿Cómo se vería nuestro PIB si incluyéramos narcotráfico, extorsión, secuestro, cobro de piso, huachicoleo y tráfico humano? Las cifras serían más halagüeñas.
Eurostat, entidad equivalente al INEGI en la Unión Europea, lleva rato proponiendo que las cifras de PIB incluyan actividades ilegales como prostitución, narcotráfico y contrabando de tabaco. En Estados Unidos, el Bureau of Economic Analysis estima que, si se incluyera este tipo de actividad, el PIB estadounidense sería 1% más alto (200 mil millones de dólares más). ¿Por cuánto lo sería el de México?
Es evidentemente difícil contar con precisión actividades ilícitas. Estimados del tráfico de droga de México a Estados Unidos van desde 20 hasta 40 mil millones de dólares anuales (entre 1.5% y 3% del PIB de México). Sin embargo, me parece que sería más relevante analizar cómo la actividad criminal desplaza a la legal. Es decir, que conforme crecen robos, cobros de piso o secuestros, la inversión formal y la actividad empresarial -desde el pequeño emprendedor hasta la gran multinacional- decrecen más que proporcionalmente.
La actividad ilegal y la criminalidad desenfrenada son como un cáncer. Parte del daño que un tumor le ocasiona a un organismo proviene de que, para crecer, acapara nutrientes y otros recursos de los que priva a órganos vitales. En una economía pasa lo mismo.
Cuando una organización criminal entra en una entidad, extorsiona, roba, secuestra, y provoca que el empresario reduzca su actividad o, en el extremo, que se vaya a otra plaza o cierre. Pero, además, se vuelve la recolectora informal de impuestos, canjeando seguridad por pago de piso, suplantando al Estado.
La estrategia de seguridad propuesta por López Obrador se equivoca. Intenta contener un grave cáncer con remedios caseros. Es una necedad insistir en que basta con el desarrollo de una Guardia Nacional. Hace falta mucho mayor inversión para desarrollar policías locales, capacidad y tecnología para investigación e inteligencia, y mucho mejor impartición de justicia. Necesitamos desarrollar una estrategia seria, a sabiendas de que tomará años en dar fruto. Aquí el desarrollo de Estado de derecho es la mejor quimioterapia. Si no lo hacemos, las organizaciones criminales crecerán como un cáncer que desplaza e inhibe a la economía legal, y pone en jaque al cuerpo (Estado).
Quitan el sueño las nuevas soluciones propuestas. Ante las limitaciones -lógicas y esperables- que ha mostrado el nuevo sistema penal acusatorio, se busca revertirlo para reinstalar el viejo sistema punitivo que privó de su libertad a tantos inocentes (pobres en su mayoría).
La brutal reforma judicial que viene le dará a este gobierno facultades para espiar y detener legalmente a quien les venga en gana, sin proceso judicial previo. La venden como si fuese indispensable para combatir la inseguridad. Esto es peligroso y sorprendente, al provenir de un gobierno que se dice liberal, y no de uno de ultra-derecha como el de Bolsonaro.
Después de ver que este fin de semana López Obrador y sus seguidores lincharon sin pudor a víctimas legítimas de la violencia reciente, tachándolos de traidores y de vendidos porque osan exigir soluciones, ¿podemos asegurar que este gobierno no abusará de las patibularias leyes que busca?, ¿que no las usará como medio para castigar o extorsionar a críticos, enemigos políticos, o empresarios disidentes? Mientras más delicada sea la situación, más probable será que lo haga.
López Obrador está en un callejón sin salida. La inseguridad desenfrenada y sus propuestas insensatas ahuyentarán a la inversión privada. El desempleo irá en aumento, caerá la recaudación fiscal y tendrá que recurrir a recortes crecientemente dolorosos para mantener la disciplina fiscal prometida. Todo con tal de no corregir un rumbo errado. [Agencia Reforma]
Autor: Jorge Suárez-Vélez / @jorgesuarezv
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