ENTRESEMANA
MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
No hay vuelta de hoja, no. Al recalcitrante juarista Andrés Manuel I el escándalo provocado por su primogénito y la nuera le hace lo que el viento a Juárez.
Así, el licenciado presidente ocupa la frase coloquial y desde el púlpito mañanero se burla de la ley, convoca a violarla, incurre en abuso del cargo y se victimiza. ¿En legítima defensa con todo el poder que implica ser Presidente de la República?
Y sus seguidores, simpatizantes y fanáticos arremolinados lo elevan al grado máximo del Caudillo, el Duce, en el símil de las camisas negras que ven al enemigo en todo aquel que no comulga con sus posturas francamente fascistas y desconocen que la democracia los llevó al poder y buscan eliminar todo aquello que consideran obstáculo a la 4T. A ellos, a él.
Lea usted:
“Los que se oponen al presidente de México no son más que un puñado de mercenarios que al ver sus privilegios mancillados luchan con todo su poder económico para que prevalezca el viejo régimen”, cita un párrafo del comunicado que solo en redes firmaron y divulgaron 53 de los 61 integrantes de la bancada de Morena en el Senado de la República.
Sin duda, varios de los firmantes no comulgan con los calificativos e insultos que son copia del discurso presidencial; ahí está la mano del licenciado Cravioto y la opinión de la doctora Lupita Antares, integrantes de la banda comandada por Martí Batres Guadarrama.
Hay emergencia en Palacio. El machuchón Pepe Ramón reaccionó tarde junto con su consorte y la asesoría de su padre, el aspiracionista Andrés Manuel I. ¿A poco no?
Los focos rojos se encendieron y aúllan las sirenas que convocan a cerrar filas en torno del licenciado presidente, porque se ha enredado en un discurso salpicado de mentiras y aderezado con amenazas contra la oposición, al grado de creerse dueño y jefe del INAI para pedirle información y demostrar que es ilegal el dinero que ha ganado Loret con su chamba.
Y por esos linderos transita el discurso de la favorita del profesor, es decir, doctora Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, en nombre de sus colegas gobernadores de filiación morenista, en apoyo al licenciado presidente más que defender a la iniciativa de reforma eléctrica. ¿Todos al Zócalo?
¿Por qué la urgencia para cerrar filas en torno de Su Alteza Serenísima? ¡Caray!, descalifican a la oposición, le restan nivel y cantidad, se burlan de su discurso y de la simpatía demostrada el fin de semana con Carlos Loret de Mola, con quien se podrá o no estar de acuerdo, pero su caso es apenas la amenaza para quien ose cuestionar y desnudar al Duce y a la Familia Real.
Porque, mire usted, el INAI fue creado precisamente para defender al ciudadano frente a la opacidad y los excesos oficiales mas no para que el gobierno intervenga a los datos personales de los particulares. Dice el licenciado presidente que él es también un ciudadano, sí, pero es el presidente y jefe del Poder Ejecutivo Federal, dueño del poder político.
Pero, bueno, en ese afán de salir impoluto de este affaire que lo evidenció falaz y mañoso para dar largas a una explicación pública que demandaba ser inmediata. “El que nada debe, nada teme”, invoca Su Alteza Serenísima pero ha incurrido en sentido contrario y, hasta el pasado fin de semana, en la que podría llamarse “Operación Salvemos el Pellejo” se presentaron en sociedad, padre, hijo y nuera, para explicar lo inexplicable. Se enredaron en el guion.
La nuera “que creo tiene dinero”, es decir Carolyn Adams, negó relación alguna con la empresa Baker Hughes, pero hay antecedente de que trabajó para ésta, además de que casualmente el agente inmobiliario tramitó la renta de la mansión que perteneció a un alto ejecutivo de esa empresa. ¡Vaya casualidad!
“(…) Pasaron los años y conocí a José Ramón y consecuentemente formamos una familia. Por las circunstancias decidimos salir de México para seguir preservando nuestra privacidad y no causar ningún tipo de conflicto de interés. Siempre hemos trabajado y JUNTOS seguiremos construyendo con y para nuestros hijos.
“Por lo tanto, decidimos rentar una casa en la cual, en la actualidad, ha dado de que hablar y ha generado información distorsionada.
“YO renté una casa por un año. José Ramón seguía en el trámite de su visa para residir y trabajar en Estados Unidos”, refiere en su comunicado la señora Adams.
¡Ajá! Y resulta que José Ramón trabaja para una empresa en la que participan hijos de Daniel Chávez, amigazo del licenciado presidente, empresario inmobiliario que, ¡fíjese usted!, es asesor en el tema del Tren Maya y no cobra un centavo, aunque varias de sus empresas hoteleras están en la zona por donde pasará el famoso tren y tiene negocios con la 4T.
¡Ah!, pero he ahí a Su Alteza Serenísima valiéndole la ley lo que se le unta al queso. Total, todos, todos aquellos fifís, conservadores, neoliberales y etcétera, etcétera, le hacen lo que el viento a Juárez, su ídolo y figura central de sus quehaceres, aunque todos los días incumple y lo ofende.
“Pues yo pienso que debe de transparentarse todo. El que nada debe, nada teme”, dijo en la mañanera y presumió el apoyo que ha recibido de gobernadores y gobernadoras de filiación morenista que, no sería raro, del desplegado pasarían a la convocatoria para llenar el Zócalo en defensa del Duce.
Y López Obrador I engallado, por la libre, aunque le hayan advertido el grado de violación en que incurrió al publicar los ingresos que, presuntamente, recibe Carlos Loret de Mola, se burló de los más de 60 mil participantes que tuvo una convocatoria en twitter en apoyo a Loret.
“Yo no sé por qué se alebrestaron, se incomodaron tanto, porque señalé aquí una información que me hicieron llegar (¿quién, quiénes?) sobre lo que gana Loret de Mola. Imagínense, cómo no dar a conocer esta información si este señor se dedica a golpear, no sólo al gobierno, no sólo al presidente, sino al proyecto de transformación que estamos llevando a cabo millones de mexicanos para acabar con el principal problema de México: la corrupción”, se quejó el licenciado presidente y lo ubicó como enemigo de su proyecto de transformación. Lea usted.
“Entonces, no es conmigo, obviamente tampoco son mis hijos, es una reacción conservadora, golpista, en contra de que se lleve a cabo un verdadero cambio en el país”, acotó Su Alteza Serenísima; de ese nivel es el pavor que le provocó Loret.
Ya encabronado, López Obrador se fue de largo:
“Miren cómo dejaron el país, saquearon. Nunca en la historia de México habían robado tanto los llamados hombres de negocios asociados con gobernantes y con dueños de medios de información apoyados por periodistas.
“Hay quienes dicen que no son periodistas. Sí son periodistas, nada más que golpeadores, mercenarios vendidos, alquilados”. Estará usted de acuerdo en que el licenciado presidente desayunó tamales de chipilín y evitó el aguacate. Francamente fuera de sí, dispuesto a pasar por encima de la ley, empecinado en abatir a sus críticos y opositores.
–¿Y por qué gana tanto ese señor?—se preguntó en alusión a Loret. Y se respondió:
“Porque le pagan los de la mafia del poder para atacarme, debilitarnos y que regrese el mismo régimen de corrupción.
“Yo hasta celebro, la verdad, me dio gusto de que echaron a andar un mensaje o promovieron un mensaje.
“No sé cómo le llaman a eso, para que todos pusieran algo así como ‘YoSoyLoret’ ¿O cómo?
“‘TodosSomosLoret’. Imagínense, se me cae la cara de pena, de vergüenza, ‘TodosSomosLoret’”.
¿Se le cae la cara de vergüenza?
Le dolió y pretende desviar la atención, echar bajo la alfombra el caso de su primogénito y Loret es el distractor. ¿A poco no?
¿Le hace lo que el viento a Juárez? Y lo que falta porque el cuarto de guerra en Palacio no estaba ni está preparado para atender la emergencia, tanto que ahora Pepe Ramón está en conflicto porque no puede ejercer la abogacía en Estados Unidos. Y la familia Chávez tiene matices de complicidad o encubrimiento, ¿amigos, amigos? Además…
“Me llamó la atención de que lo de la casa que rentó la esposa de José Ramón, de acuerdo a las redes, fue primer lugar en audiencia o de lo más visto en el mundo, por eso me llama mucho la pues, más que lo de Ucrania”, admitió Su Alteza Serenísima en la mañanera de inicio de semana, es decir, aceptó que el escándalo del príncipe y la princesa consorte pegó en donde le duele. Y mucho. Digo.
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