ÍNDICE POLÍTICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ
Leí el lunes el encabezado de una nota informativa firmada en la capital del estado de Morelos en la que se narraban actos de violencia en una plaza comercial de Cuernavaca “al mismo tiempo que el gobernador estaba en una fiesta”.
¿Qué esperaba el redactor de esa información?
¿Que el mandatario estatal estuviese vigilando la seguridad de quienes estaban en ese momento en la plaza?
No. Por supuesto que no.
Lo que se exige a ese gobernante, como a todos, son políticas que consigan la pacificación y la seguridad pública.
Pero, honestamente, ¿cree usted que Cuauhtémoc Blanco pueda con semejante tarea?
No. Definitivamente no. Y es que el personaje es un popular exfutbolista –exitoso en las canchas, más que mediocre en la política y en la administración pública– que sólo se ha dedicado, con sus más cercanos, a oscuros negocios y, como se leía en la nota, dedicado a la fiesta.
Los electores tenemos la culpa. Hemos llevado a puestos de poder y responsabilidad a personas sin las calificaciones y competencias necesarias.
Este es un fenómeno conocido en los países anglosajones como mediocracy o gobierno de los mediocres.
Y prácticamente todos los niveles de gobierno están repletos de mediocres a quienes les exigimos más de lo que pueden dar.
Una vez que un mediocre alcanza el poder se rodea de subordinados que no le amenacen, es decir, de personas aún más torpes que él.
Por eso, los gobernantes mediocres extienden la mediocridad por toda la Nación.
El mediocre “gobierno” de AMLO
¿Entiende usted ahora por qué la renuncia al gabinete de Andrés Manuel López Obrador de su primer secretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa Macías y, muy probablemente también del segundo, Arturo Herrera Gutiérrez?
Para fortuna del propio AMLO –y más aún para los contribuyentes– hoy en la SHCP despacha un personaje brillante, capaz, alejado de la mediocridad, como es Rogelio Ramírez de la O.
Excepción, quizá, que confirma la regla.
Pero por lo demás, en todas las áreas gubernamentales de la Federación, en prácticamente la mayoría de las gubernaturas, y ni qué decir de las administraciones municipales, en todas ellas priva la mediocridad.
Así que si usted está clamando porque haya seguridad pública –ya no mejor, simplemente seguridad pública–, mejores condiciones económicas para toda la población sin que haya dádivas a “los que menos tienen” que distraen y desvían al erario de lo que debe atender, que haya medicinas, hospitales, escuelas… no se los pida a estos mediocres porque no se lo van a dar.
Salgamos de la mediocridad.
Empecemos por nosotros mismos.
Indicios
Cero y van dos. La primera vez que, en ausencia, se robó las cámaras y micrófonos fue tras la celebración de aquella “junta informativa” –en realidad un acto de precampañas, la presidencial y la del EdoMex– celebrada en Toluca. Ricardo Monreal Ávila les comió el mandado a las tres “corcholatas” a quienes a diario hace propaganda desde su púlpito el “pastor” de las “mañaneras”. Se volvió a comer todo el mandado este último fin de semana en la reunión cuatrotera celebrada en el área metropolitana de Torreón, Coahuila. Los discursos de la “regenta” Claudia Sheinbaum y del pariente Adán Augusto López de loas al Jefe Máximo de la 4T palidecieron frente a las exigentes palabras del zacatecano para que en la sucesión de AMLO se den condiciones de “piso parejo” para todos quienes buscan la candidatura de Morena y, además, de que sean los ciudadanos quienes lo seleccionen en elecciones similares a las primarias estadounidenses. Por padecer Covid esta ocasión no asistió Marcelo Ebrard, pero su ausencia no provocó ni fú ni fá. * * * Por cierto que tanto calaron las palabras de Monreal en Francisco I. Madero, Coahuila, que el dirigente formal del partido en el poder –el real es AMLO–, Mario Delgado, dijo en una entrevista a los periodistas del diario hispano El País que “cualquier división de Morena es traición… Puede haber diferencias, pero ante todo debe haber unidad y compromiso con el proyecto del presidente… Todos los aspirantes que estén en este proceso deben ser respetuosos, hacer trabajo de partido, tener una gran lealtad con el presidente de la República y con Morena”. ¿Es desleal el líder de la bancada mayoritaria en el Senado por demandar lo que sería lógico en un partido verdaderamente democrático, donde no privaran la mediocridad y la lambisconería? * * * Por la pésima situación económica, por la falta de atención sanitaria, por la terrible inseguridad, más lo que siga acumulándose, los mexicanos siguen saliendo del país. Igual los millonarios que, por adelantado, ya se llevaron sus capitales a instituciones financieras y a obras en otros países, que los más humildes y necesitados que cruzan la frontera con EU en las peores condiciones. Los muertos en la caja de un tráiler en las cercanías de San Antonio, Texas, desmienten tajantemente el “vamos bien” que a cada rato farfulla AMLO desde Palacio Nacional. * * * ¿Cómo pasó este tráiler, a propósito, por las aduanas ahora a cargo de la Marina Armada? ¿Ya compraron los malosos a los marinos? * * * López Obrador, empero, sólo ve parte del problema del éxodo de mexicanos a Estados Unidos y por tal sólo responsabiliza a la política migratoria de Joseph Biden con quien hablará del tema el próximo 12 de julio, cuando visite la Casa Blanca. Bien. Pero ¿y la parte que a él le toca? ¿La de crear mejores condiciones de vida para que los mexicanos no se vayan del país a morir en situaciones más que trágicas? No hay respuestas. * * * Por hoy es todo. Le agradezco me haya acompañado en la lectura de este texto y, como siempre, sabe usted que le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!
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