¡EXTRA EXTRA!
Mañana domingo marcharemos un gran colectivo ciudadano y manifestaremos dos hechos indubitables, que el Jefe del Ejecutivo se niega a reconocer: a) Que debe escuchar a todos los mexicanos e integrar en sus acciones de gobierno todas las propuestas; y b), que estamos en contra de la desaparición del INE, epítome de sus intenciones y propuesta principal de su proyecto de reforma electoral.
Los participantes somos de todos los colores y ubicaciones del espectro geométrico ideológico de la participación política. Incluso, apartidistas. Y como algunas posiciones y acciones personales del presidente, son apreciadas EN CONSCIENCIA por muchos ciudadanos que nos inclinamos a la izquierda, PERO NO FANÁTICOS, participarán también simpatizantes suyos -aquellos que no le extienden un cheque en blanco.
Debo señalar que de pronto se ha politizado insalvablemente y algunas figuras opositoras a Morena, y enfáticamente a su líder, a quienes el propio presidente a popularizado en las mañaneras, como Claudio X. González y Vicente Fox, se han dejado querer por el protagonismo.
Cuando los medios les han buscado para que respondan las acusaciones del presidente, quien abundantemente ha proferido múltiples calificativos denostativos, no a estas y otras figuras abiertamente opositoras, SINO A TODOS LOS MARCHANTES, confundiéndonos con tales personajes y no todos somos iguales ni la MARCHA es de ellos.
Se ha señalado que hace mal el presidente al injuriar despectivamente así, a todos aquellos que no coinciden con él. El presidente lo sabe. El denosta provocando la respuesta de esos líderes, con lo que se politiza la Marcha y el mensaje. Claudio y Fox cayeron en la provocación y al responderle, la politizan, a nombre de los marchantes, a la Marcha misma y no son voceros de los marchantes.
Con esa estrategia, a la que se entregaron los ingenuos respondientes, el presidente se asegura de que sus seguidores, estén blindados ante el mensaje democrático de la Marcha y en contra de su ambición despótica a escucharlos, seguidores que pensarán, son los enemigos del cambio y por eso lo critican. Ni modo, pues la naturaleza que impulsa la MARCHA, es limpia y sin despropósitos.
Pero aquí dejo en claro que a mí, como a varios participantes, no nos representan y lamentamos que Claudio y Fox hayan sido seducidos por la publicidad que les brindó el residente de Palacio Nacional, toda vez que le ponen nombre a la MARCHA, que esencialmente es una expresión ciudadana de hartazgo y ejercicio de último recurso opositor ciudadano, en vista de que la oposición oficial, los PP, son incapaces de oponerse y detener la mayoría legislativa del Presidente -ya que el entreguismo temeroso, incongruente y oficialista del PRI, amenaza convalidar la iniciativa presidencial.
La MARCHA tiene como motor principal, la vocación democrática del pueblo de México. Bien relacionado en el Código de Ética Democrático del Servicio Electoral de Carrera del INE -sólo un poco más preciso que el propio de los servidores públicos-, que nuestro presidente viola cotidianamente y promueve su transgresión entre sus seguidores -que ciegos, aplauden su comportamiento, que toman su ejemplo, como norma de comportamiento político y lo asumen personalmente.
El presidente ha sido criticado por la sarta de calificativos peyorativos con que ha calificado a los participantes de la MARCHA. Por su incivilidad inapropiada, dada su calidad de Primer Mandatario de todos los mexicanos; por ser contrarias, sus expresiones, a los principios de unidad, objetividad y demás ejes de la Ética Democrática; Asimismo, por ser distractores descalificativos; y no ser capaz de sostener un debate de argumentos serios y no habladas.
No obstante, LA MAYOR GRAVEDAD DE DICHOS PRONUNCIAMIENTOS, es que nuevamente pone en los marchantes “UN BLANCO”, con el signo de “enemigos, explotadores, racistas”, enemigos del pueblo e INCITA A SUS SEGUIDORES A ENFRENTAR CON RABIA A LOS MARCHANTES, CONCIUDADANOS EN EJERCICIO PLENO DE SUS DERECHOS, LO CUAL, ES UN DELITO.
Mañana iré a la Marcha, con un amigo, su esposa e hija y así lo harán muchas familias. De suceder hechos lamentables, enfrentamientos que lesionen ciudadanos participantes y/o observadores, o si hay grupos organizados de provocadores, el señor presidente será responsable de alentar división, enfurecimiento, coraje y enfrentamiento de la ciudadanía, así como de las lesiones y daños más graves, que resulten.