En opinión de Héctor Calderón Hallal
En aquella hermosa república de las leyes que alguna vez quisimos ser y, donde una vez pensadas y discutidas, quedaron impresas las bases de un sistema de ordenamientos legales que, si se voltearan a ver por lo menos, nos darían una idea más exacta de los pasos o protocolos mínimos que hay que seguir para gobernar a una gran nación como esta.
En estos días en que la generosidad, el tradicional desprendimiento y las buenas costumbres navideñas han escaseado, por la crisis y la miseria -económica del pueblo y humana de los gobernantes- los tres reyes magos de la mitología judeocristiana, han tenido escasa presencia en las calles y los hogares mexicanos.
De por sí los reyes… los buenos o no tan malos… mueren indefectiblemente: Se murió la Reina Isabel, se murió ‘el Rey Pelé’… aunque nos quedó…’El Rey del Cash’.
Este extraño engendro de la sociedad mexicana, que ha “descubierto” un gran modelo político-económico, tan portentoso y novedoso que las aportaciones y descubrimientos a la teoría del capital de Karl Marx y Federico Engels languidecen junto a este; que las acotaciones hechas por John Maynard Keynes para idear el “Estado Benefactor”, parecen cosa de niños frente al “humanismo a la mexicana” de nuestro personaje.
Un “humanismo” que es capaz de descobijar en el tema de los derechos humanos y su protección, a las víctimas del delito –en este caso el grueso de la población, por los últimos eventos de exposición masiva al riesgo- y capaz, a la vez, de focalizar su apoyo total en un solo personaje que, por cierto, es un individuo buscado por la justicia de los Estados Unidos y al que se señala de ser parte de la mayor célula criminal en el mundo y responsable de miles de muertes en los últimos meses, gracias a la introducción a territorio americano de esa sustancia llamada “fentanilo”.
Ovidio Guzmán López, ‘El Ratón’, hijo del legendario exlíder del Cártel del Pacífico (CDP) o Cártel de Sinaloa (CDS), fue detenido el pasado 5 de enero en una comunidad de menos de 5 mil habitantes donde residía, denominada Jesús María, enclavada al norte de la zona urbana de Culiacán, provocando en un operativo el Estado mexicano para conseguir tal objetivo, un saldo de 10 militares muertos, de los cuales siete sucumbieron durante las acciones desplegadas para la captura del narcotraficante y dos más fallecieron mientras se trasladaban para apoyar la operación, entre los que se encontraba un coronel, comandante del 43 batallón de infantería; más dos policías estatales que murieron “por el fuego amigo” de los disparos desde un helicóptero de la Sedena y un integrante de tropa-; así como 19 delincuentes fallecidos.
Otros 35 elementos militares resultaron heridos con armas de fuego y ya están siendo atendidos en hospitales, según se supo.
En cuanto a los miembros de la delincuencia organizada, 19 de estos fallecieron durante el enfrentamiento armado mientras que 21 integrantes del Cártel del Pacífico fueron detenidos, entre ellos Ovidio Guzmán, en posesión de 4 fusiles barret calibre 50; 6 ametralladoras calibres .50 y .762. ; 26 armas largas; 2 armas cortas; 111 cargadores abastecidos con cartuchos de diferentes calibres; 595 cartuchos de diferentes calibres y dos chalecos antibalas. Además, el Ejército aseguró 13 vehículos y dejó 46 vehículos inutilizados, de los cuales 26 eran blindados.
Cabe destacar que para inhabilitar esta clase de vehículos o “máquinas de la ostentación”, es necesario el ataque con lanzacohetes antitanque de 60 mm. No deja de ser loable tampoco pues, el hecho de que Ejército le quitó al CDP un total de 59 vehículos de esa naturaleza.
Aunque quien conoce esa región y esos poblados, lo primero que seguramente sucede al enterarse de que fueron incautados estos portentosos vehículos, que son voluminosos y excesivamente ostentosos… por demás visibles, llamativos, es que se autocuestiona, seguramente…¿Dónde estaban?… ¿En qué bodega?… ¿En cuál de las sesenta y cinco casas del villorrio ese?… ¿Por dónde llegaron?, ¿Cómo se comunicaron coordinadamente, si es que, como se dice fueron tomados por sorpresa?.
Y es que en esos poblados, las distancias entre sí implican decenas de kilómetros en la mayoría de los casos; la geografía es extensa en esos estados, aun cuando ahí la geografía todavía es plana, no es la sierra propiamente. Y los caminos son de terracería; los mismos narcotraficantes los mantienen (los raspan con motoconformadora, los riegan, les aplican materiales arenosos y a veces hasta los nivelan topográficamente).
La gente dice “vender quesos” para apoyarse en su economía familiar y vende ciruelitas y guayabas en tiempo de lluvias… Asombroso; qué gran capacidad de ahorro.
Ni duda cabe.. en este país, el más chimuelo masca rieles.
El ejército utilizó un helicóptero UH-60 Black Hawk como apoyo para tropas de tierra. Perdió la vida un coronel de infantería y uno de tropa informaba el secretario de defensa.
Ahora bien, considerando nada más los 59 vehículos entre inutilizados y asegurados, considerando 4 ocupantes por vehículo, hablamos de 236 personas como mínimo consideradas como agresores. Por lo tanto, escaparon un mínimo de 196 integrantes del CDP.
Ayer, los habitantes de Jesús María, vecinos de “El Ratón “ todos, salieron a manifestarse contra la brigada militar que se encuentra ofreciendo apoyo comunitario, tras 4 días de no tener energía eléctrica ni agua y de estar dependiendo de la comida caliente que les ofrece el Plan DN-III instalado en el lugar, por disposición de ley, para apoyar a las víctimas de la violencia… y de la vileza también de un Estado que apapacha mientras le eres útil como carne de cañón… o como “carne de elección”… y que te entrega a las garras de la violencia, cuando ya no le sirves ni como escudo, a este Gobierno ni a su ‘protegido’ jurídico.
En estos 4 días de estar materialmente sitiados por un pelotón del Ejército Mexicano, las decenas de habitantes de Jesús María gritaron a los soldados: “¡No queremos comida!… ¡Queremos que se larguen!…. ¡Asesinos!… ¡Nos tienen traumatizados, enfermos de los nervios… no podemos descansar!”… Incluso los acusaron de haber saqueado los domicilios del poblado, llamándolos incluso “¡Rateros!”.
Decenas de familias, las más pudientes y las que pudieron conservar potentes vehículos todoterreno y blindados, huyeron hacia la sierra desde la mañana del jueves a otros poblados y no han vuelto.
Pero antes, el pasado 19 de dicembre; cuando “El Ratón” no era al parecer “tan malo” ante los ojos del Gobierno; cuando no había orden de extradición; cuando se asumían como “gente buena, del triángulo de la bondad –como los bautizó el Gobierno de Sinaloa- cuando la vida era “miel sobre hojuelas” en su trato con ‘la ley’… con los gobiernos, tanto municipal, como estatal y federal… los habitantes de Jesús María fueron objeto de una de las muy acostumbradas “deferencias”: Con la presencia del Gobernador de Sinaloa y del Presidente Municipal de Culiacán, la pequeña población de Jesús María en el municipio de Culiacán, fue objeto de una fastuosa posada, con numerosas y ostentosas muestras de “afecto” de parte del Gobernador y del Alclade.
El muy serio y confiable portal noticioso “Tus buenas noticias” del estado de Sinaloa, propiedad de Alberto Coppel, caracterizado por abocarse a información que restaura el tejido social, difundió la nota de este evento en el que según se supo después, se obsequiaron 1, 200 bicicletas; solo para ilustrar el nivel de derroche y “generosidad” del gobierno, en este caso, el que haya sido, estatal o municipal. Esta cifra de bicicletas no se obsequia ni en un trienio en la mayoría de los municipios sinaloenses y la gente está convencida, que no hay presupuestos tan generosos ni a nivel estatal ni a nivel municipal como para organizar eventos de esas caracaterísticas como el que reseña “Tus buenas noticias” (www.tusbuenasnoticias.com) .
Fueron los habitantes de Jesús María los “favoritos”… después del jueves de Culiacanazo 2.0… ¿son los incómodos?
Pero el modelo político-económico del “Rey del Cash”, el único rey sobreviviente para 2023 es tan generoso, que tiene para indemnizar a las víctimas del Culiacanazo 2.0… bueno, por lo menos el magnánimo y “manirroto” gobierno estatal de Sinaloa; que al parecer tiene dinero “hasta para tirar pa´arriba”.
Magnánimo, generoso, como en los tiempos de la abundancia petrolera, el gobernador Rubén Rocha Moya salió el pasado sábado a anunciar que el Gobierno del Estado estaría indeminizando a todo aquel ciudadano que hubiere sido sujeto de robo de su vehículo, daño mayor a su propiedad o comercio y en general de cualquier afectación provocada por la turbamulta del pasado jueves 5 de enero.
Como el padre ardiente y responsable por los daños que causa el hijo “inmaduro y desadaptado”…
¿Qué parte será la que no se entiende que demanda la sociedad de estos aprendices de gobernantes?
No es para pagar este tipo de daños para los que se pagan impuestos en esta ni en niguna otra nación del mundo.
La protección del patrimonio y de las víctimas del delito en general es en el plano de la prevención, adelantándose a la comisión delictuosa… no después.
O ¿Porqué los delitos del Chapito sí se pagan y los de cualquier hijo de vecino no?… ¿Por qué están tan preocupados algunos sectores de la población y hasta de la prensa y el Gobierno, por los derechos humanos del detenido y sus cómplices… y los derechos humanos de la gente que se vió afectada frontal y colateralmente esa mañana …qué?
Ahora, según declaraciones apuradas del canciller Marcelo Ebrard, los mexicanos debemos estar atentos y hasta ofendidos ya, por la intención de Estados Unidos de extraditar de forma “fast track” a este “inocente muchachito”.
Sin haber carpeta de investigación, como estamos seguros que no la hay en México contra “El Ratón” Guzmán, hasta la “brillante” secretaria de seguridad empezó mentalmente a repasar durante una de las recientes conferencias mañaneras, que “seguramente tenía alguna carpeta de investigación” que impediría que se llevaran a Ovidio extraditado, trompicándose con los tipos y las diligencias conducentes, porque no es abogada… menos policía.
Lo que sí es muy cierto, es que hay a todas luces la comisión de un delito… que se llama “Terrorismo”.
Y aun con eso… Estados Unidos se saldrá –para bien o para mal- con la suya, de llevárselo a un penal americano a juzgarlo y a compurgar pena corporal.
El solo hecho de que se le reconozca a Ovidio Guzmán como el Jefe de una célula de la delincuencia organizada que entre otras cosas, provocó terrorismo en la población el pasado jueves 5 de enero… es suficiente:
Artículo 139: – Se impondrá pena de prisión de quince a cuarenta años y cuatrocientos a mil doscientos días multa, sin perjuicio de las penas que correspondan por otros delitos que resulten:
- A quien utilizando sustancias tóxicas, armas químicas, biológicas o similares, material radioactivo, material nuclear, combustible nuclear, mineral radiactivo, fuente de radiación o instrumentos que emitan radiaciones, explosivos, o armas de fuego, o por incendio, inundación o por cualquier otro medio violento, intencionalmente realice actos en contra de bienes o servicios, ya sea públicos o privados, o bien, en contra de la integridad física, emocional, o la vida de personas, que produzcan alarma, temor o terror en la población o en un grupo o sector de ella, para atentar contra la seguridad nacional o presionar a la autoridad o a un particular, u obligar a éste para que tome una determinación.
- Al que acuerde o prepare un acto terrorista que se pretenda cometer, se esté cometiendo o se haya cometido en territorio nacional. Las sanciones a que se refiere el primer párrafo de este artículo se aumentarán en una mitad, cuando además.
- El delito sea cometido en contra de un bien inmueble de acceso público; II. Se genere un daño o perjuicio a la economía nacional, o III. En la comisión del delito se detenga en calidad de rehén a una persona.
Así que, más claro no canta un gallo. En esta temporada a México no vinieron los reyes magos de la tradición… vinieron los tre reyes magos de facto… de la realidad: Malhechor, Gaspeor y Ba-a-asaltar.
Autor: Héctor Calderón Hallal
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