RODOLFO VILLARREAL RÍOS
A mitad de 1910, se realizaron unas elecciones presidenciales accidentadas, incluido el encarcelamiento del candidato opositor, eso no impidió que, una vez más, emergiera como triunfador el presidente Díaz Mori. Las inquietudes amainaron al momento en que llegaron los festejos del Centenario de la Independencia. Nos quisimos acordar del general Francisco Coss y su frase, pero nos abstenemos, mejor lo dejamos en que como buen pueblo fiestero los paisanos de entonces dejaron de lado sus diferencias y dieron rienda suelta al patrioterismo.
Al final, en esos días, ni quien recordara al chaparrito norteño quien dormía en una cárcel potosina. Una vez trascurridos cuarenta y cinco días, se llegó al onceavo mes del año. El otrora alebrestado ya se había fugado de su encierro y estaba en San Antonio Texas. Mientras tanto, en México, entre el primero y el siete de noviembre de 1910, las noticias sobre él y sus sueños democráticos eran casi nulas. Aún quedaba cuerda del jolgorio, veamos lo que la prensa reportaba.
El día primero de noviembre, The Mexican Herald, operado por el estadounidense Frederick J. Guernsey, realizaba un recuento de lo que, según este diario, toda la prensa estadounidense publicaba sobre México. Antes de continuar, hemos de precisar que el día 4, La Iberia, bajo la dirección de Alberto Beteta, reproducía la nota en su versión en español. En esta pieza se destacaba la toma de posesión próxima, el 1 de diciembre, del presidente Díaz Mori y su vicepresidente, Corral Verdugo.
Asimismo, los mexicanos enfatizaban que “los comentarios amistosos de los principales periódicos [no precisaban cuales eran excepto The New York Time] son satisfactorios en las circunstancias actuales, porque vienen a demostrar que los vilipendios en contra de México y sus principales hombres públicos han tenido poco o ningún eco en la opinión pública autorizada en aquel país… han hecho que personas de representación estudien a México y lleguen a la conclusión de que, si tenemos defectos, el bien prepondera sobre el mal y que es mayor nuestro progreso que aquellos.” Para rematar, se ponían poéticos y afirmaban que “los ataques que ha sufrido México han sido el crisol que ha separado el oro de la arcilla y aquel ha sido más que ésta”.
Acto seguido, se procedía a ensalzar la obra material del gobierno de Díaz en materia de ferrocarriles, 25,101 kilómetros de vías, la minería, la inversión extranjera, la educación gratuita por todo el país, el orgullo cívico y la fortaleza de las finanzas nacionales. Por ello, mencionaban, “México es ahora solvente y crece en riquezas e importancia entre las naciones. No es la menor de las dotes del Gral. Díaz su excelente manera de conocer a los hombres”. Lo hemos comentado en este espacio, en ocasiones varias, nadie discute que bajo el presidente Díaz Mori se logró crecimiento económico, lo que nunca pudo alcanzarse fue el desarrollo económico. The New York Times, sin embargo, al referirse al porvenir político del país, precisaba que “una de las mayores esperanzas de México se cifra en el desarrollo de una clase media numerosa, inteligente y próspera que está llamada a ser la sostenedora de la República en el futuro”. El problema es que eso se encontraba muy lejos de materializarse y el descontento ahí estaba aun cuando la prensa lo minimizara.
Como ejemplo de lo anterior, se admitía que el gobierno del presidente Díaz Mori tenía opositores y enemigos algunos de los cuales vivían en el extranjero. “Hay una colonia de descontentos en San Antonio y otra en Los Angeles. En esta última se publica un periódico antipatriota <Regeneración> que ha reaparecido últimamente. A continuación, se destacaba que las relaciones entre México y los EUA eran estrechas; un gran número de estadounidenses pasaban gran parte del tiempo en México y los negocios con nuestro país eran muchísimos. “…y aquí [en los [EUA] es general el sentimiento de que México tiene el gobierno más hábil, más prudente y más progresista que ha tenido jamás y el más tolerante y liberal que puede esperar en las actuales circunstancias.” Tanto “más” es del original. Pero veamos otras notas.
En El Tiempo, un marino español retirado escribía a la redacción del diario para señalar que “en México no hay marinos por falta de una escuela eficiente. En la naval militar se hacen estudios teóricos, pero no prácticos”. A la vez, se destacaba que acorde con Joaquín Casasús, el asunto de El Chamizal requería de un estudio atento y cuidadoso, tan ciertas fueron sus palabras que no fue sino hasta los 1960s cuando se solucionó el problema. Este par de pesimistas pertenecían al grupo de los mexicanos de entonces quienes estaban a las puertas del paraíso, pero su miopía les impedía percibirlo. Afortunadamente, había algunos quienes reconocían lo positivo. Si alguien lo duda, acompáñenos a revisar lo que sigue.
Al abuelo de su nieto, Ireneo Paz Flores, parecía que le acaban de llenar la pluma de… tinta dorada y exaltado, el 3 de noviembre, escribía una pieza en La Patria la cual titulaba “México debe estar satisfecho de su actitud”. Situado en el Nirvana, Ireneo mostraba compasión por el resto de la humanidad que no gozaba de tal situación. Escribía que “cuando se ojea la prensa y se leen sus noticias extranjeras, no deja de contristarse el ánimo observando que el mundo no está tranquilo ni mucho menos; y que la humanidad no puede lograr el desiderátum de una paz y una solidaridad que son necesarias para no entorpecer el progreso y para poder desenvolver la riqueza de las naciones…
En los pueblos todos existe… determinado sistema de gobierno arraigado, pero en ese medio no faltan disidentes que consideren que bajo la forma política bajo la cual se mueven, no es la adecuada para construir la felicidad del conjunto; y de allí que la falta de acuerdo, que la divergencia de opiniones, que la esperanza de obtener la satisfacción de ambiciones, produzca revoluciones que podrán a la larga ser las triunfadoras pero que de pronto enervan y detienen la marcha de esos pueblos hacia la meta de sus destinos.”
En un acto pleno de conmiseración, Paz se lamentaba de que “… en España se descubre un complot republicano que el gobierno está dispuesto a reprimir con una energía que puede llegar al extremo…; Francia trabaja para obtener la preponderancia en su política marroquí, aun contra España que alega mejores derechos, lo que puede orillar a un conflicto de difícil solución…; en Portugal a raíz de haberse destronado al rey e instalado el sistema republicano de la noche a la mañana, se inicia ya una contrarrevolución, pues acaba de ser descubierta una conspiración militar contra el flamante gobierno…; en Honduras, los políticos andan metidos en ídem, por lo que atañe a su situación interior…; nos encontramos con un complot revolucionario en Perú que fue descubierto a tiempo…” Entre esa vorágine, según Paz, aún quedaba un remanso de quietud, México.
Víctima de quien sabe que conjuro$ o brebaje$, Paz procedió a plasmar una versión idílica de nuestra patria. Afirmaba que “en medio de la tristeza que a México pueden producir esas diferencias entre naciones hermanas, debe caberle la satisfacción de que no se agiten en su seno semejantes cuestiones ni conflictos que pudieran perturbar su tranquilidad interior, ni tiene pendiente nada que pudiera interrumpir las buenas, las cordiales relaciones que cultiva con todos los pueblos civilizados de la tierra. La situación política actual de México es verdaderamente envidiable y por ello debemos elevar un Hosana y los votos más fervientes porque ella no llegue jamás a alterarse”.
Lo anterior parecía ser cierto a medias cuando, el 4 de noviembre, El Heraldo Mexicano, anunciaba que el Círculo de Amigos del general Díaz le preparaba una serie de festejos por su toma de posesión próxima y que le organizarían una kermesse en la Alameda, además de que se mandarían indios de raza pura a educarse al extranjero bajo los auspicios de un grupo de capitalistas quienes así querían demostrar su amor a esa raza. En el otro lado de la moneda, se reportaba que un grupo de rebeldes se había manifestado en Valladolid, Yucatán, pero que las fuerzas gubernamentales al mando del general Gonzalo Luque ya los había puesto en orden. Al parecer, las pócimas como las que Paz ingería no estaban disponibles para todos, revisemos lo que otro escribía.
El sábado 5 de noviembre, en el diario Regeneración, editado en Los Angeles por Ricardo Flores Magón, se publicaba una aclaración respecto a lo aparecido, el 23 de octubre, en El Diario del Hogar. En este periódico, se publicaba que el Partido Liberal y el Partido Antirreeleccionista eran uno solo con distintas denominaciones. Flores Magón, sin embargo, quiso dejar en claro que no era así ya que el primero tenía entre sus objetivos reducir “la fuerza absorbente del poder ejecutivo” y la influencia que tiene el clero en la vida política, algo que el segundo no proponía.
Si bien reconocía a Francisco Ygnacio Madero González como un hombre de buena fe, “sus ideales no son los del proletariado, son los de la burguesía…” En igual forma, en otra nota, Antonio Irineo Villarreal González cuestionaba la veracidad de que el gobierno mexicano tuviera finanzas sanas. En ese contexto, afirmaba que la estancia de Joe Yves Limantour en Europa había sido un fracaso al no obtener los créditos que el gobierno de Díaz requería.
Por esos días venían publicándose notas acerca del Censo de Población que aún no terminaban de contabilizar. En la ciudad de México, tras de dar datos iniciales, determinaron que estaban equivocados y deberían de volver a levantarlo. En donde no parecía haber error era en el conteo realizado allá por los rumbos del pueblo. Acorde con las cifras la población de Coahuila había crecido, entre 1900 y 1910, de 296,938 a 365,521 habitantes. En Saltillo pasó de 40,442 a 63,332; en Monclova de 14,580 a 16,720; y, en el pueblo (Ciudad Porfirio Diaz) se contrajo de 13, 468 a 10,180. Pero eso quedaba muy lejos de la capital, allá otras eran las cosas importantes.
El lunes 7 de noviembre, El Tiempo daba cuenta de que, un día antes, la junta directiva del Jockey Club de México con motivo del Primer Derby Mexicano había ofrecido un banquete, en el Hipódromo de la Condesa (la hoy calle de Ámsterdam) al presidente Díaz Mori. Dicha junta directiva la integraban el gobernador del Distrito Federal, Guillermo Landa y Escandón; el senador Sebastián Camacho; el coronel Pablo Escandón; Ramón Alcázar, Francisco Suinaga, José de Jesús Pliego, Lic. Luis G. Tornel y Carlos Rincón Gallardo. La lista de asistentes, extensa e integrada por puro apellido con pedigrí, señalaba a quienes disfrutaron del acompañamiento musical del violinista español José Rocabruna.y Valdivieso. En una de esas y el tal Ireneo tenía razón, todo era diferente al resto del mundo, bueno para ese grupo selecto porque otros empezaban a menear las aguas con excusas diversas, de eso nos ocuparemos la semana próxima.
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Añadido (23.44.174) Hace unos días cuando charlábamos con un historiador iraní quien está exiliado de su patria desde hace más de cuatro décadas, le preguntábamos como había sido que sus paisanos aceptaran a los ayatolas. Su respuesta fue clara: El régimen del Sha era muy represor, ante ello la izquierda decidió “utilizar” a los religiosos bajo la premisa de que no tenían capacidad para gobernar y que, una vez derrocado el Sha, habrían de deshacerse de ellos y entonces la izquierda ejercería el mando. Los cálculos les fallaron y los ayatolas decidieron quedarse y exterminar a cualquier opositor, incluida la izquierda. Mientras lo escuchábamos un viento helado recorrió nuestro cuerpo, parecía que nos enfrentábamos a una escena más cercana en donde los arrepentidos, de hoy, entronizaron a un fundamentalista creyendo que con eso le saciarían su apetito de poder.
Añadido (23.44.175) La reacción que tuvieron TODOS los actores políticos del pancracio político mexicano ante los efectos del huracán Otis pudiera llevar el título de aquella película, de 1989, “Querida, encogí a los niños” (Honey, I Shrunk the Kids). Sin embargo, hay quien niega esa aserción y afirma que esa es su estatura real. ¿Será verdad?