TRANSICIÓN
La tolerancia llegará a tal nivel que las personas inteligentes tendrán prohibido pensar para no ofender a los imbéciles”. Frase de Fiódor Dostoyeski.
Oswaldo Villaseñor
Han pasado ya 16 días de campaña federal. Aún los candidatos siguen sin figurar mucho. El duelo, al día de hoy sigue siendo entre marcas y proyectos. Andrés Manuel sigue siendo el centro de la atención y la materia en disputa.
Se le apoya de nuevo y se camina en el rumbo de la continuidad o se opta por el cambio.
En pocas palabras, lo que está en juego, no es cual candidato es el mejor, quien presenta las mejores propuestas, o bien, quien es el de mejor hoja de vida o trayectoria política o social. Nada de eso es el objeto que influya en la decisión de los votantes.
A 16 días de campaña, la contienda sigue estancada en sí sigue la Cuarta Transformación o se opta por un cambio de régimen.
Es más, da la impresión que ni a los militantes, simpatizantes y ciudadanos libres sin partido que no están de acuerdo con el rumbo que le ha impuesto al país el presidente López Obrador, les ha caído el 20 de lo que está en juego y de que se trata el juego.
Los militantes del PRI, PAN y PRD aún no aceptan del todo a los candidatos emanados de un partido distinto al suyo aún cuando vayan en coalición y no se diga de los candidatos que se dicen ciudadanos, que reniegan y se esconden de los partidos que los postularon.
Ese es un gran problema que enfrenta al día de hoy el llamado Frente Opositor.
En el ambiente se palpa. La militancia panista y perredista no “compra” del todo a Paloma Sánchez y muchos priistas la ven como una desconocida e imposición.
En los municipios, los candidatos ciudadanos que van postulados por cualquiera de los partidos del Frente Opositor, intentan guardar cierta independencia de los mismos y mantenerse “inmaculados”, “limpios” de la carga negativa o descrédito que puedan traer las marcas y no se dan cuenta que la mayoría de los votos que caerán a las urnas a su favor provendrán de la militancia y simpatizantes de los partidos.
El voto ciudadano sin partido, solo vale un 8 o 10 por ciento; el resto lo aporta la militancia y simpatizantes de los partidos.
En Sinaloa hay un ejemplo claro. Jesús Vizcarra hizo a un lado a la militancia priísta bajo la premisa de que la marca estaba desacreditada y no buscó la empatía con estos. La militancia le dio la espalda y los votos no le alcanzaron para ganar la gubernatura.
A nivel federal está el caso de José Antonio Meade. La militancia del PRI nunca lo “compró” y no solo no ganó, sino que se cayó hasta la tercera posición.
Ambos casos hablan de perfiles ciudadanos excepcionales que seguramente hubieran sido grandes gobernantes pero cometieron el error de deslindarse de los partidos que los postularon.
Algo así pasa en el Frente Opositor. No están de acuerdo en lo particular con el rumbo del país bajo la dirección de Andrés Manuel, pero aún se provocan urticaria entre ellos y no les cae el 20 del objetivo que los une. Tumbar al régimen de un gobierno totalitario que busca la 4T.
Esa debilidad visible es aprovechada por los candidatos de Morena.
El gobierno de Andrés Manuel no es perfecto y con mucho, pero aún así sus candidatos van como los “machos rentados” por el puro surco y sin perder de vista su objetivo que es ganar la elección y consolidar su régimen.
Mucho se cuestionó que Claudia Sheinbaum firmara bajo protesta el acuerdo de seguridad propuesto por el Episcopado, pero para ello fue lo correcto, aún cuando con ello niegue la realidad.
Ella va por el voto duro de su base social quien está convencida de darle otra oportunidad a la 4T sin importar sus errores y fracasos.
Claudia sabe que depende al 100 por ciento de esa base social que controla y sigue a Andrés Manuel. Ella no le aporta votos a la marca, sino todo lo contrario le quita y eso se refleja en todas las encuestas incluyendo las compradas y divulgadas por los medios aliados.
En la competencia por marcas la ventaja de Morena sobre el Frente es mas amplia que en el careo entre las candidatas Claudia y Xóchitl.
Así, con una clara consciencia de la apuesta de Morena y con una evidente falta de cohesión en la militancia, simpatizantes y ciudadanos que integran el Frente ya se fueron los primeros 16 días de campaña.
¿Y como van? Habría que decir que igual como empezaron.
Los candidatos a diputados federales de Morena están montados en la fuerza y posicionamiento de la marca e invisibles sin mucha presencia y haciéndose visible lo menos posible para no quitarse votos y más en aquellos casos donde van por la reelección.
Entre menos visibles, menos riesgo de que la gente los ubique y les pregunte que hicieron a favor de los sinaloenses.
Los candidatos del Frente invisibles por no tener mucho acceso a medios de comunicación y sin dinero de los partidos -el de ellos no están dispuesto a meterlo- para promocionarse con mayor fuerza.
Además, varios de ellos transpiran miedo a hacer una crítica sobre los pobres resultados de los gobiernos de Morena.
Ahora si que si, han sido los candidatos al Senado quienes traen mayor exposición, actos de campaña y mayor movilidad por todas partes.
En el caso de Sinaloa, Imelda Castro y Enrique Inzunza siguen su campaña sin distraerse de los ataques y la marca los mantiene a flote en la punta de las encuestas.
La fórmula del Frente compuesta por Paloma Sánchez y Eduardo Ortiz se mantiene en la segunda posición, porque las otras 3 fórmulas, nada más no despuntan.
Por lo pronto, ya se fueron 16 días de 90 y las campañas siguen frías. Ni la guerra sucia o contra campaña las calienta aún.
Veremos si la incorporación de los candidatos a alcalde y diputados locales, las calientan un poco.
Habrá que estar pendientes.
PASO A PASITO.- La incorporación de Jesús Estrada Ferreiro y Luis Guillermo Benítez, como candidatos del PT, el primero al Senado y el segundo a una diputación local le meterá un juego futurista a una confrontación local que va más allá de la campaña presidencial.
La campaña de Estrada no tiene mucho futuro porque va maniatado. No le podrá hacer daño a los candidatos de Morena a diputados federales y candidata presidencial. Tiene que jugar para ellos.
A los candidatos del Senado les hará un paro con los votos que capte y evite se vayan al Frente Opositor.
Aquí no hay mucha expectativa.
La expectativa estará en el pago que recibirá por ayudar a Claudia en su campaña y a Morena en general en caso de que se gane la presidencia.
Si esto sucede y no les dan de nuevo atole con el dedo, la lucha contra Rubén Rocha y Enrique Inzunza se recrudecerá con rumbo al 2027.
Ahí está la real expectativa.
Ambos, El Químico y Estrada, estarán de regreso en el juego sucesorio de Sinaloa en el 2027.
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