En la actualidad la idea de ampliar las zonas verdes y dejar que la naturaleza penetre en los desarrollos inmobiliarios se ha empezado a convertir en una prioridad en el Valle de México, no sólo porque incrementan la calidad de vida y de aire de los ciudadanos, sino también porque ayudan a reducir la delincuencia, según estudios.
De acuerdo con datos del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal A.C., México alberga 18 de las 50 ciudades más violentas del mundo, por lo que los espacios ajardinados y zonas verdes brindan beneficios al reducir la criminalidad.
Investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan revelaron que la presencia de espacios verdes, como parques y árboles, redujeron la delincuencia violenta en las zonas urbanas en importantes ciudades de Estados Unidos como Flint, Filadelfia, Youngstown (Ohio), entre otras.
En el caso de la ciudad de Flint, en Michigan, era conocida por el deterioro urbano generalizado, así como por sus elevados índices de criminalidad. Sin embargo, la situación empezó a cambiar con un proyecto para ampliar algunas zonas verdes en el área.
De acuerdo con el profesor de la Universidad de Michigan, Marc A. Zimmerman, junto a sus colegas, compararon durante cinco años las calles de la ciudad en las que los miembros de la comunidad mantenían los terrenos baldíos a través del proyecto Clean & Green con las calles en las que los terrenos baldíos se dejaban solos.
Los resultados revelaron que en las áreas mantenidas hubo casi 40% menos de agresiones y delitos violentos, mientras que otro estudio demostró que los segmentos de barrios con césped cuidado presentaban índices más bajos de maltrato infantil.
Señalaron que el reverdecimiento reduce la delincuencia, pero otra investigación descubrió que, mientras que el simple mantenimiento de los terrenos baldíos reducía los robos, convertirlos en jardines reducía las agresiones.
Mientras que en Youngstown, descubrieron que los segmentos de calle con solares baldíos segados profesionalmente presentan descensos en la densidad de delitos violentos, en comparación con los solares de control.
En otro estudio publicado en la revista científica Environment and Behavior, los científicos se centraron en un suburbio de la ciudad de Chicago, que se encuentra entre los 12 peores de Estados Unidos por ser una zona con mucha población en riesgo de exclusión y en la que se habían ido perdiendo poco a poco las áreas verdes y esto había derivado en una criminalidad muy alta.
En esta línea, señalaron que comprobaron que convertir zonas degradadas de las ciudades en espacios verdes evitaba asaltos y dejaban de cometerse delitos de vandalismo o daños en propiedades, al ofrecer estos espacios una gran seguridad al ciudadano.
De hecho, concluyeron que en el 10% de las propiedades en la que había vegetación fueron donde eran menores los ataques con armas y donde se reducía el vandalismo y los vecinos aseguraban sentirse menos estresados.
Además de ayudar a disminuir la delincuencia, estudios también han demostrado que las áreas verdes favorecen la práctica de ejercicio, reducen el estrés y la ansiedad, absorben las aguas de lluvia cuando hay tormentas, ayudan a la regulación térmica de las ciudades, mejoran el desempeño del sistema inmune, aumentan la calidad de vida en las personas mayores, incrementan la concentración, entre otros beneficios.
Por esa razón, en el Valle de México cada vez más proyectos buscan destinar más hectáreas para áreas verdes y parques, tanto para sus habitantes como para el público en general y brindar de esta manera espacios al aire libre para que puedan relajarse, disfrutar de un picnic, un paseo en familia o del ejercicio al aire libre y al mismo tiempo, reducir los índices de delincuencia.
Un ejemplo es el Proyecto Terralago, en el municipio Naucalpan, Estado de México, debido a que contemplará 75,000 M2 de áreas verdes y además, tiene previsto la construcción de tres parques, uno de los cuales será abierto al público en general, estará equipado con ciclovía, pista de jogging, juegos infantiles y área para mascotas y será uno de los primeros espacios que se inaugurarán para beneficio de los vecinos.
Mientras que en la Ciudad de México se encuentra un espléndido espacio de convivencia natural en el poniente de la capital: el Parque Bicentenario. Este oasis cuenta con un jardín botánico, tres invernaderos gigantes, una chinampa, orquideario con más de 75 especies, un laberinto, un lago artificial, canchas deportivas, un anfiteatro, Gotcha y canchas de voylleyball de playa.
Existen beneficios ecológicos, ambientales, climáticos, para la salud y de seguridad de los espacios verdes como para ser ignorados, por lo que las autoridades, desarrollos y ciudades deben centrarse en recuperar suelo urbano para estas áreas naturales introduciendo soluciones basadas en la naturaleza como azoteas verdes y jardines verticales, corredores verdes, árboles en las calles, entre otros.