* Creo que debe quedarnos claro que una parte de los recursos con los que se “administra” la voluntad popular de este país, escurre sangre, dolor, violencia, sólo sugiero a los lectores que recuerden la película Diamantes de sangre, o la caja negra en Colombia, aquí reinventada en remesas y banco del Bienestar. El ingenio para el daño no les falta, pero veo imposible que reconsideren; el Plan México, la aspiración de convertir a esta nación en la décima economía está por verse, porque los empresarios prometen y sólo cumplen con absoluta seguridad jurídica, que se descompone con la reforma al Poder Judicial Federal
Gregorio Ortega Molina
¿Estamos satisfechos con el destino de los impuestos: ISR, o IVA; o TUA? o los que inventen ¿Cuánta riqueza contribuyen a producir, como lo logrado en la refinería Dos Bocas, o el Tren Maya, el AIFA, el ferrocarril transístmico?
Por el momento y desde el inicio de la Cuarta Transformación, únicamente aportan para mantener en santa paz los sepulcros, porque la vida de los deudos de las víctimas del humanismo mexicano, la violencia y el narco, viven en la desolación, nada más consolados por el apapacho raquítico y pronto sin poder adquisitivo, de los plásticos del bienestar.
¿Tienen idea, los integrantes de esa sociedad de mexicanos buenos y sabios, de lo que es y para qué sirve la recaudación fiscal? Ellos también contribuyen, aunque su único trabajo sea acudir a los cajeros del Banco del Bienestar u otro, a pesar de la comisión Con toda compra realizada con el dinero improductivo que el moral gobierno de la 4T les regala, contribuyen al engaño, pues el IVA les cae como anillo al cuello, y ya no digamos el pago al transporte, por más subvencionado que esté, o los servicios, o el celular, porque eso sí, muy jodidos pero todos con su teléfono pegado al oído izquierdo, o con audífono de los caros a muy caros. En ese gasto no se restringen, para beneficio del magnánimo Carlos Slim.
Los impolutos gobernantes de la 4T -como se refiere a ellos el por el momento mal parado Salinas Pliego- consideran que su comportamiento administrativo sienta precedente para el mundo, sin percatarse siquiera que enseñan las orejas, pues el dinero que reparten a manos llenas tiene un origen adicional -y sucio- a los recursos fiscales. Su humanismo mexicano es narco, violento, humillante, y muy pronto todos habremos de pagar las consecuencias, como lo anuncia el nombramiento de Ronald Jonhson, a menos de que nuestra avezado gobierno decida negarle el reconocimiento o placet. No sería extraño.
Creo que debe quedarnos claro que una parte de los recursos con los que se “administra” la voluntad popular de este país, escurre sangre, dolor, violencia, sólo sugiero a los lectores que recuerden la película Diamantes de sangre, o la caja negra en Colombia, aquí reinventada en remesas y banco del Bienestar. El ingenio para el daño no les falta, pero veo imposible que reconsideren; el Plan México, la aspiración de convertir a esta nación en la décima economía está por verse, porque los empresarios prometen y sólo cumplen con absoluta seguridad jurídica, que se descompone con la reforma al Poder Judicial Federal.
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