Ricardo Del Muro / Austral
La presidenta Claudia Sheinbaum informó que su gobierno avanza en la firma de un acuerdo “voluntario” con gasolineros para topar el precio de la gasolina en 24 pesos por litro.
A su vez, el director de Pemex, Víctor Rodríguez, en la conferencia matutina del miércoles, confirmó que “no habrá gasolinazos y el mercado interno estará abastecido”. Informó que se llevan a cabo negociaciones con los empresarios gasolineros del país para que a más tardar en dos semanas se dé a conocer el nuevo esquema de precios finales al público de las gasolinas.
Es una buena noticia para el consumidor, ya que los gasolinazos han sido el principal detonante de la inflación en el país, pero el anuncio también ha generado reacciones adversas, empezando por los defensores del libre mercado que rechazan los “controles de precios” y algunos empresarios gasolineros que temen que esta medida reduzca sus márgenes de ganancia. Incluso el líder de los diputados del PRI, Rubén Moreira, opinó que el acuerdo alentará el robo de combustible, pues “va a ser una tentación para gasolineros surtirse del huachicol”.
Durante el sexenio anterior el precio nominal promedio de la gasolina regular en México creció 28.3% al pasar de los 18.30 pesos en 2018 a 23.50 pesos en 2024, aunque hasta la fecha este tema de debate entre morenistas y opositores, de acuerdo al peso que se le reconozca al índice inflacionario en el precio del combustible.
El precio de la gasolina en la Ciudad de México se registró ayer en un rango que va de los 21.99 pesos el litro, el más barato, a 27.09 pesos, el más caro. En Tuxtla Gutiérrez el precio es de 23.66 por litro para la gasolina magna; 24.87 pesos para la Premium y 25.60 pesos para el diésel.
A decir de analistas, entrevistados por Karol García, reportera de El Economista, la fijación del precio tope solo se logrará si Pemex subsidia o negocia menores precios en la cadena de producción, o bien si se reducen los impuestos. De acuerdo a lo señalado por el director de Pemex, el impuesto especial sobre productos y servicios (IEPS) podría ya no ser el factor determinante en la fórmula de una nueva metodología para la determinación de precios.
“A los gasolineros, quienes operan la estación de servicio, les llega la gasolina con el 92% del precio final al que se va a vender al consumidor final. En realidad, es muy poco lo que puede hacer el gasolinero para bajar el precio”, dijo Ramsés Pech, asesor en energía y economía, además de articulista del diario Milenio.
Pech señaló que reducir los precios de la gasolina es aún más complicado si se toma en cuenta que el 52% del precio final de la gasolina depende de un mercado internacional de petróleo y combustibles que se mueve conforme a factores que nada tienen que ver con México.
De acuerdo con este experto en el tema, habría tres formas para ayudar a reducir el precio final de la gasolina, las cuales involucran a Petróleos Mexicanos (Pemex): 1) Establecer almacenes satelitales más próximos a las estaciones de servicio para reducir costos de transporte y seguridad; 2) Que Pemex ofrezca descuentos en la Terminal de Almacenamiento y Reparto (TAR) a comercializadores, distribuidores y estaciones de servicio; y 3) Que Pemex negocie con refinerías de Estados Unidos para obtener precios más bajos en las gasolinas importadas o bien eliminar intermediarios.
“Pemex podría dar un mayor descuento, al ser ahora una empresa social, responsable, y no productiva, dando pie a forzar al mercado, al tener una mayor competencia por los privados que están actualmente en el mercado de las TAR”, dijo Pech.
Por su parte, Alejandro Montúfar, director general de la consultora PETROIntelligence, dijo que un precio máximo de 22 pesos por litro al mayoreo y de 24 pesos al menudeo resulta impráctico en muchos casos para las estaciones de servicio o bien le costará al erario público.
La mayor parte de las terminales de almacenamiento y distribución de Pemex, explicó, tienen un precio de la gasolina al mayoreo por encima de los 22 pesos por litro, “lo que en la práctica va a generar un subsidio por parte de Pemex” que costaría hasta 10% de la recaudación del IEPS a las gasolinas y el diésel, alrededor de 40 mil millones de pesos.
“Una brecha para la cadena de valor indicada de sólo dos pesos por litro no es suficiente para todas las empresas participantes, ya que, solamente para el expendio a las estaciones de servicio está en más de tres pesos por litro”, indicó Montúfar.
Bajo dicho escenario, advirtió, varias estaciones de servicio no podrían recuperar sus costos, lo que incentivaría el suministro irregular. “La adulteración o el despacho de litros incompletos serían las alternativas para obtener la rentabilidad sobre el capital”, expresó. RDM