La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Reconfigura con la precisión quirúrgica de un machetazo
Poco después de la caída del Muro de Berlín, en 1989, se reunieron en Malta los ‘dos grandes’ (ya no fue necesaria la presencia de los británicos), George Bush y Mijaíl Gorbachov. Estados Unidos y la todavía Unión Soviética, replantearon los equilibrios geopolíticos globales, los acuerdos surgidos de Yalta en 1945, ya no funcionaban.
Hoy, con el ascenso, por segunda ocasión, de Donald Trump al poder, el mandatario estadounidense aprovecha los conflictos en Ucrania y Gaza, más la disputa de su país con China, por la hegemonía tecnológica y financiera, para intentar establecer un ‘nuevo orden’ mundial que, por lo que se aprecia, sería un retorno al sistema bipolar laxo.
Desde luego, la visión trumpista incluye una reorganización de la División Internacional del Trabajo surgida de la crisis del fordismo, que interesa abandonar el offshore en favor del nearshoring y el onshore, es decir, el gran capital estaría admitiendo el fracaso de la globalización económica, como mecanismo propicio para la reproducción, ad nauseam, del capitalismo. Pero, el asunto no es gratuito, esta recomposición afectaría, principalmente, a la economía china.
Otra de las áreas en la mira del magnate, es el multilateralismo, sobre todo, aquel especializado en la ayuda humanitaria y el cambio climático, el pretexto: sale muy caro al erario y, considera, que otras naciones no cooperan en la proporción que deberían, entiéndase, los villanos favoritos ubicados en Asia.
Sólo hacemos un bosquejo, el asunto es de gran calado, sin embargo, el susodicho está bajando ‘el panal a escobazos’ y, hay un gran riesgo, de que deje las cosas peor de como están. Por cierto, una Doctrina Monroe 2.0 se asoma, con especial énfasis, en el territorio que comprende de Alaska a Panamá. Veremos qué pasa.