homo políticus
- El Pastor Debe Oler a Oveja: Francisco
La consulta ciudadana de 2021 para enjuiciar a los expresidentes de México apenas rebasó el 7,07 por ciento de participación, pero el presidente López Obrador, su promovente, la calificó como exitosa.
Una segunda edición, que permitiría cobrar congruencia a Presidencia y Senado, lo que no sucederá, incluiría en 2027 al expresidente López Obrador a la lista anterior con Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña, a quienes no tocó ni con el pétalo de una averiguación previa.
Otros tiempos, otras circunstancias —escenario muy distinto uno del otro—, en ninguna de las consultas, con preguntas ambiguas que desalientan la participación, se podría alcanzar el 40 por ciento de opinión ciudadana, para que jurídicamente fueran vinculantes, es decir, que los seis fueran encontrados culpables, fueran sometidos a juicio y purgaran condena.
Es lógico que la popularidad de LO, incluso entre sus bases partidistas, con militancias de otros acrónimos alejados por hastío, ha sufrido una merma, no se diga entre sus malquerientes de disidencias políticas y oposiciones ciudadanas, que son más cada día dentro y fuera del país.
A mitad de sexenio, durante o después de las elecciones intermedias, por mandato constitucional, se convocará a la ciudadanía a refrendar el cargo o no refrendar el cargo, de presidenta de la República.
De realizarse, los numerales serían muy distintos a la consulta ciudadana de 2021 y a las presidenciales de 2024, para lo cual el segundo piso de la transformación —casi desvinculado eso de la cuatroté— urge a registrar este año, el cuarto mes corriendo, a 10 millones de nuevos militantes, porque no hay seguridad de que MORENA pueda mantener carro completo, alejada, desgastada y vituperada la imagen del patriarca que en opinión de uno de dos lados, debía ser llevado a juicio local, antes de que el 1,600 de Pennsylvania Avenue, NW, decida entrometerse por enésima ocasión en asuntos entre connacionales.
letraschiquitas
«El pastor debe oler a oveja», dictó el papa Francisco, el 266 de la historia, pero muchos de los príncipes de la Iglesia católica hicieron caso omiso. Cuando elegido obispo de Roma, marzo 13 de 2013, el sucesor de Pedro advirtió: «Obispo y pueblo», que pocos observaron. Un buen día, Jorge Mario Bergoglio [†] tomó en solitario el teléfono convencional de su oficina y llamó al móvil de un joven granadino que le escribió denunciando haber sufrido abusos de un sacerdote, sin que sus quejas hubiesen sido ya no atendidas, sino escuchadas. La atención personal, aún a distancia, supuso una declaración de guerra a la pederastia. La depuración de clérigos no tardó mucho. Mientras, arzobispos y obispos ordenaron cerrar las puertas de las iglesias, aún en lo más peligroso de la pandemia por coronavirus SARS-CoV-2. Ese pueblo necesitaba de sus obispos para ayudarlos a buscar a Dios, pero los grandes portones de madera o metal estaban cerrados. Sintió Francisco la animadversión de propios cuando ordenó cerrar más de mil cuentas bancarias de malversación de los fondos de financiamiento del Vaticano. —¿Qué haces allá dentro, si los pobres están afuera?, les dijo san Francisco de Asís a los obispos. Los pastores siguen sin oler a ovejas…